viernes, 12 de diciembre de 2025
miércoles, 10 de diciembre de 2025
sábado, 6 de diciembre de 2025
Un Concilio oscuro destruirá la Iglesia: la impactante revelación de Marie Julie Jahenny
martes, 25 de noviembre de 2025
Oración de Santo Tomás de Aquino para antes de la Comunión
ORACIÓN DE SANTO TOMÁS DE AQUINO PARA ANTES DE LA COMUNIÓN
jueves, 20 de noviembre de 2025
miércoles, 12 de noviembre de 2025
viernes, 7 de noviembre de 2025
domingo, 2 de noviembre de 2025
Oración a Santa Clara
sábado, 11 de octubre de 2025
MILAGROS EUCARISTICOS - 65
miércoles, 8 de octubre de 2025
Los neosantos de la Nueva Iglesia: Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati
Los neosantos de la Nueva Iglesia: Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati
lunes, 15 de septiembre de 2025
Oración de San Antonio María Claret para antes de la Comunión
Señor mío Jesucristo, Creador y conservador del cielo y de la tierra, Padre el más amoroso, médico el más compasivo, maestro sapientísimo, pastor el más caritativo de nuestras almas. Aquí tenéis a este miserable pecador, indigno de estar en vuestra presencia y más indigno aún de acercarse a ese banquete inefable. ¡Ay, Señor! Cuando considero vuestra infinita bondad en querer venir a mí, me pasmo..., y al mirar la multitud de pecados con que os ofendí y agravié en toda mi vida, me confundo, me ruborizo y me siento compelido a deciros: «Señor, no vengáis...; apartaos de mí, porque soy un miserable pecador». Si el Bautista no se consideraba digno de desatar las correas de vuestro calzado, ¿cómo mereceré yo tan grande honor?... Si el temor y el respeto hace que tiemblen los Ángeles en vuestra presencia, ¿podré yo no temblar al presentarme y sentarme a vuestra mesa divina? Si la Santísima Virgen, aunque destinada para ser vuestra Madre, y condecorada con todas las excelencias, prerrogativas y gracias posibles en una pura criatura, se considera, sin embargo, como una esclava, e indigna de concebiros en sus purísimas y virginales entrañas, ¿podré yo, miserable pecador, lleno de imperfecciones y defectos, tener valor para recibiros en mi interior? ¡Ay, Señor! ¿No os horroriza este delincuente?... ¿No os causa asco el venir a mi y entrar en tan vil e inmunda morada?
En verdad, Señor, que yo no tuviera valor para acercarme a Vos, si primero no me llamaseis, diciéndome como a otro Zaqueo, no una vez sola, sino tantas cuantas son las inspiraciones con que me dais a conocer el deseo que tenéis de venir a mi: Baja, Zaqueo, pues hoy quiero hospedarme en tu casa. Pero ¿qué es lo que os mueve a venir a mí, Señor? ¿Mis méritos? ¿Mis virtudes? ¿Cómo hablará de virtudes y méritos un pecador como yo?, ¡ah, ya lo entiendo, Señor; mis miserias, mi pobreza: esto es lo que os mueve. ¡Oh exceso de amor!
Vos dijisteis que no son los sanos los que necesitan del médico, sino los enfermos; y he aquí por qué queréis venir: veis mi urgente necesidad, y el deseo de remediarla os impele. En efecto, Señor, es tal el estado de mi alma, que puedo decir con verdad: «De la planta del pie a la coronilla de la cabeza no hay en mi parte sana»; ¡tantas son mis imperfecciones! No obstante, aquí me tenéis, Señor; me presento a Vos, no porque de Vos me juzgue digno, sino porque no puedo vivir sin Vos; iré a Vos cual otro mendigo al rico, para que remediéis mis miserias y para que me libréis del ahogo de mis faltas e imperfecciones; iré porque las grandes enfermedades que me aquejan sólo Vos podéis remediarlas; una mirada compasiva, divino Médico, y quedarán sanas mis potencias y sentidos.
Párate aquí un poco y descúbrele confiado todos tus males corporales y espirituales, y después prosigue:
Virgen Santísima: ya que compadecida de los esposos de Caná de Galilea los sacasteis del apuro, alcanzándoles de Jesús aquella milagrosa conversión del agua en vino, pedidle también que obre en mi favor un prodigio semejante, concediéndome las gracias que para recibirle dignamente he menester. A Vos nunca os dio un desaire; siempre sois atendida: interesaos, pues, por mí; haced en mi favor cuanto podéis. ¡Oh, cuánto lo necesito!
Ángeles santos: veis que voy a sentarme a la santa Mesa y comer al que es vuestro pan; alcanzadme que yo vaya con el vestido nupcial y ataviado con el adorno de todas las virtudes.
¡Oh Santos todos moradores del cielo! Interesaos por mí, y haced que yo me llegue al augusto Sacramento cual os llegabais vosotros, y que, sacando de él los frutos que vosotros, pueda decir con verdad: «Vivo yo, mas no yo, sino que vive en mi Cristo ». Con esta fe, esperanza, confianza y amor me llego a Vos, Señor y Dios mío.
miércoles, 27 de agosto de 2025
Al principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios - San Juan Apóstol
martes, 19 de agosto de 2025
MILAGROS EUCARISTICOS - 64
sábado, 16 de agosto de 2025
Profecías de Nuestra Señora del Buen Suceso (Siglo XVII)
Era el año 1634 cuando, a las 3 en punto de la madrugada del 2 de febrero, la Madre Mariana de Jesús Torres, abadesa del convento Concepcionista en la ciudad de Quito, vio la lámpara que ardía en el santuario cerca del Santísimo Sacramento parpadear y apagarse, dejando la iglesia en total oscuridad. Sus sentidos se entumecieron, y vio una luz celestial que iluminaba toda la iglesia. Era la Reina del Cielo quien, después de hacer a la mecha prenderse otra vez, dijo estas palabras a la Madre Mariana: “Amada hija de mi corazón, Yo soy María del Buen Suceso, su madre y protectora”.
Tras profetizar sobre la muerte de la vidente y el futuro del monasterio, Nuestra Señora del Buen Suceso empezó a explicar a la Madre Mariana los varios significados de que se hubiese apagado la lámpara: “En el siglo diecinueve, hacia su final, y a través de la mayor parte del siglo veinte, muchas herejías abundarán en esta tierra, que será entonces una república libre. La preciosa luz de la Fe se extinguirá en las almas debido a la casi total corrupción de las costumbres. Para entonces habrán grandes calamidades, físicas y morales, públicas y privadas. Las pocas almas que preservarán la devoción a la Fe y las virtudes sufrirán cruel e indescriptible congoja, algo así como un prolongado martirio; muchos de ellos irán a la tumba debido a la violencia del sufrimiento y serán considerados mártires que se sacrificaron a sí mismos por la Iglesia y la Nación. Para obtener la libertad de la esclavitud de esas herejías, aquellos a quienes el misericordioso amor de mi Santísimo Hijo haya destinado para tal restauración necesitarán gran fuerza de voluntad, constancia, valor y mucha confianza en Dios. Para probar la Fe y Confianza del Justo, momentos vendrán en que todo parezca perdido y paralizado, pero ellos serán el feliz comienzo de la completa restauración”.
Profecías a cumplirse
Al indicar el agente de la crisis tan catastrófica que describe en sus profecías sobre los siglos XIX y XX, Nuestra Señora del Buen Suceso se refiere a las herejías en general y a las sectas, o simplemente a la secta (Masonería).
Esas herejías o sectas tendrían el poder para extender sus garras desde el recinto sagrado del Templo hasta el hogar, influenciando perniciosamente todos los campos de la actividad humana.
Libertinaje, impureza, corrupción de mujeres y niños
“...Se desbordarán las pasiones y habrá una total corrupción de costumbres, por casi reinar Satanás con las sectas masónicas, tendientes principalmente a corromper a los niños para sostener con ese medio la corrupción general. ¡Ay de los niños de ese tiempo!: el sacramento del Bautismo lo recibirán difícilmente, la Confirmación, de igual manera”.
“Habiéndose apoderado la secta de todas las clases sociales, tendrá tanta sutileza para introducirse en los hogares domésticos, que perdiendo a la niñez, se gloriará el demonio de alimentarse con el exquisito manjar de los corazones de los niños. En esos aciagos tiempos, apenas se encontrará inocencia infantil, de esa manera irán perdiéndose las vocaciones para el sacerdocio, que será una verdadera calamidad”.
La virginidad habrá casi desaparecido
“La atmósfera repleta del espíritu de impureza, el que a manera de un mar inmundo correrá por calles, plazas y sitios públicos con una libertad asombrosa de manera que casi no habrá en el mundo almas vírgenes. La delicada flor de la virginidad, tímida y amenazada de completa destrucción, lucirá de lejos”.
Puerta abierta para el divorcio, el concubinato, los hijos ilegítimos, la educación laica...
“El sacramento del matrimonio, el que representa la unión de Cristo con la Iglesia, será atacado y profanado en toda la extensión de la palabra... [se aprobarán] inicuas leyes procurando extinguirlo, facilitando a todos vivir mal y propagándose la generación de hijos mal nacidos y sin la bendición de la Iglesia, irá decayendo rápidamente el espíritu cristiano”.
“Apagándose la luz preciosa de la fe hasta llegar a casi una total y general corrupción de costumbres; esto, unido con la educación laica, será motivo de escasear las vocaciones sacerdotales y religiosas”.
Desestima por la unción de los enfermos
“El sacramento de la extremaunción, por ese tiempo en el que faltará en esta pobre Patria el espíritu cristiano, será poco acatado y muchas personas morirán sin recibirlo, ya por descuido de las familias, como por un mal entendido afecto hacia sus enfermos...”
La Sagrada Eucaristía será profanada y pisoteada
Peor aún se dará con la Sagrada Comunión: “¡Ay, cuánto siento manifestarte que habrá muchos y enormes sacrilegios públicos y también ocultos, profanando la Sagrada Eucaristía!... Mi Hijo Santísimo se verá rodado por el suelo y pisoteado por inmundas plantas”.
Muchas naciones serán castigadas por los pecados de sacerdotes y religiosos
“Sabe aún que la Justicia Divina acostumbra descargar castigos terribles sobre naciones enteras, no tanto por los pecados del pueblo, cuanto por los de los sacerdotes y religiosos, porque estos últimos son llamados, por la perfección de su estado, a ser la sal de la Tierra, los maestros de la verdad y los pararrayos de la Ira Divina”.
Por servirle a medias, renegará Dios de muchas almas
El Niño Jesús reveló a la madre Mariana que muchas almas religiosas y sacerdotales “quieren servirme a medias, conservando sus caprichos y genios, satisfaciendo en todo sus voluntades y tomando libertades incompatibles con su estado y profesión. Yo no las tolero; nada por la mitad me agrada. Yo las abandono y dejo que sigan todos los deseos de su corazón pervertido para desconocerlas delante de mi Padre Celestial. ¡Ay de aquéllos y de aquéllas!”
Quien debía hablar, callará
“Casi no se encontrará inocencia en los niños ni pudor en las mujeres, y en esta suprema necesidad de la Iglesia, callará quien a tiempo debió hablar”.
Esta grave omisión es repetida por la Santísima Virgen en la siguiente aparición, el 2 de febrero de 1610: “Campearán los vicios de impureza, la blasfemia y el sacrilegio en aquel tiempo de depravada desolación, callando quien debería hablar”.
Los que deberían defender los derechos de la Iglesia, darán la mano a sus enemigos
Nuestra Madre Santísima hace a su hija dilecta esta terrible declaración:
“Tiempos funestos sobrevendrán, en los cuales... aquellos que deberían defender en justicia los derechos de la Iglesia, sin temor servil ni respeto humano, darán la mano a los enemigos de la Iglesia para hacer lo que éstos quieran”.
Cuando todo parezca perdido, será el inicio del triunfo de María
Como en Fátima, después de la previsión de catástrofes para la Iglesia y la civilización cristiana, la previsión de una espléndida victoria.
Así, al tratar de la propagación de las herejías en los siglos XIX y XX, María del Buen Suceso revela a la madre Mariana de Jesús Torres:
“El corto número de almas en las cuales se conservará el culto de la fe y de las buenas costumbres sufrirá un cruel e indecible al par que prolongado martirio; muchas de ellas descenderán al sepulcro por la violencia del sufrimiento y serán contadas como mártires que se sacrificaron por la Iglesia y por la Patria”.
“Para libertar de la esclavitud de estas herejías, necesitarán gran fuerza de voluntad, constancia, valor y mucha confianza en Dios aquéllas a quienes destinará para esta restauración. El amor misericordioso de mi Hijo Santísimo, para poner a prueba en los justos esta fe y confianza llegarán momentos en los cuales, al parecer, todo estará perdido y paralizado, y entonces, será feliz principio de la restauración completa”.
Y, después de referirse a la prevaricación en las filas eclesiásticas, Nuestra Señora afirma:
“Ora con instancia, clama sin cansarte y llora con lágrimas amargas en el secreto de tu corazón, pidiendo a nuestro Padre Celestial, que por el amor al Corazón Eucarístico de mi Hijo Santísimo ponga cuanto antes fin a tan aciagos tiempos, enviando a esta Iglesia el Prelado que deberá restaurar el espíritu de sus sacerdotes”.
“A ese hijo mío muy querido lo dotaremos de una capacidad rara, de humildad de corazón, de docilidad a las divinas inspiraciones, de fortaleza para defender los derechos de la Iglesia y de un corazón tierno y compasivo. En su mano será puesta la balanza del Santuario, para que todo se haga con peso y medida, y Dios sea glorificado”.
Para que esto no suceda, el demonio y sus secuaces incitarán “todos los vicios”, provocando así “toda clase de castigos, entre ellos la peste, el hambre, la pendencia entre propios y ajenos, la apostasía, perdiendo a un número considerable de almas... Habrá una guerra formidable y espantosa... Esa noche será horrorosísima, porque al parecer humano será triunfante la maldad”.
“Entonces es llegada mi hora en la que Yo, de una manera asombrosa destronaré al soberbio y maldito Satanás, poniéndole bajo mi planta y encadenándole en el abismo infernal, dejando por fin libres a la Iglesia y la Patria de su cruel tiranía”.
FUENTES:
1) Vida Admirable de la Rvda. Madre Mariana de Jesús Torres, escrita alrededor de 1790 por Fray Manuel de Sousa Pereira O.F.M.
2) Madera para Esculpir la Imagen de una Santa, por Mons. Dr. Luis E. Cadena y Almeida. Foundation for a Christian Civilization, Nueva York, 1987.
3) Mensaje Profético de la Sierva de Dios Sor Mariana Francisca de Jesús Torres y Berriochoa, Quito, 1989, de Mons. Luis E. Cadena y Almeida.
4) http://sempefidelis.blogspot.com.es/2009/10/yo-soy-maria-de-el-buen-suceso.html
5) http://www.fatima.org.pe/seccion-verarticulo-460.html
Dios es Amor - I San Juan 4, 7-21
jueves, 14 de agosto de 2025
Oración a San Juan de Dios
viernes, 8 de agosto de 2025
miércoles, 16 de julio de 2025
Oración de Santa Catalina de Siena a Jesús Sacramentado
¡Oh caridad sin límites! Así como te diste a nosotros, completamente Dios y completamente hombre, también nos dejaste todo de Ti como alimento para que, mientras somos peregrinos en esta vida, no nos desmayemos en nuestro cansancio, sino que seamos fortalecidos por Ti, Alimento Celestial.
¡Oh, pueblo mercenario! ¿Y qué les ha dejado su Dios? Él les ha dejado a sí mismo, completamente Dios y completamente hombre, oculto bajo la blancura de este pan.
¡Oh fuego de amor! ¿No fue suficiente regalarnos la creación a tu imagen y semejanza, y crearnos de nuevo por la gracia en la sangre de tu Hijo, sin darnos a Ti mismo como alimento, la totalidad del ser divino, la totalidad de Dios?
¿Qué te impulsó? Nada más que tu caridad, ¡Loco de amor Tú estás!
Nuestra Señora del Carmen - 16 de Julio
Oración a Ntra. Sra. del Carmen
¡Oh Virgen Santísima Inmaculada, belleza y esplendor
del Carmen! Vos, que miráis con ojos de particular bondad al que viste
vuestro bendito Escapulario, miradme benignamente y cubridme con el manto de
vuestra maternal protección. Fortaleced mi flaqueza con vuestro poder,
iluminad las tinieblas de mi entendimiento con vuestra sabiduría, aumentad en
mí la fe, la esperanza y la caridad. Adornad mi alma con tales Gracias y
virtudes que sea siempre amada de vuestro divino Hijo y de Vos. Asistidme en
vida, consoladme cuando muera con vuestra amabilísima presencia, y presentadme
a la augustísima Trinidad como hijo y siervo devoto vuestro, para alabaros
eternamente y bendecidos en el Paraíso. Amén.
domingo, 6 de julio de 2025
Oración de San Buenaventura a Jesús Sacramentado
Concede que mi alma pueda anhelarte
Traspasa, dulcísimo Jesús y Señor mío,
la médula de mi alma con el suavisísimo
y saludabilísimo dardo de tu amor
con la verdadera, pura y santísima caridad apostólica,
a fin de que mi alma desfallezca y se derrita siempre sólo en amarte
y en deseo de poseerte: que por Ti suspire,
y desfallezca por hallarse en los atrios de tu Casa;
anhele ser desligado del cuerpo para unirse contigo.
Haz que mi alma tenga hambre de Ti, Pan de los Ángeles,
alimento de las almas santas, Pan nuestro de cada día,
lleno de fuerza, de toda dulzura y sabor, y detodo suave deleite.
Oh Jesús, en quien se desean mirar los Ángeles:
tenga siempre mi corazón hambre de Ti,
y el interior de mi alma rebose con la dulzura de tu sabor.
Tenga siempre sed de Ti, fuente de vida,
manantial de sabiduría y de ciencia,
río de luz eterna, torrente de delicias,
abundancia de la Casa de Dios.
Que te desee, te busque, te halle;
que a Ti vaya y a Ti llegue; en Ti piense, de Ti hable,
y todas mis acciones encamine a honra y gloria de tu nombre,
con humildad y discreción, con amor y deleite, con facilidad y afecto,
con perseverancia hasta el fin.
Para que Tú solo seas siempre mi esperanza,
toda mi confianza, mi riqueza
mi deleite, mi contento, mi gozo, mi descanso y mi tranquilidad,
mi paz, mi suavidad, mi perfume, mi dulzura, mi comida,
mi alimento, mi refugio, mi auxilio, mi sabiduría, mi herencia,
mi posesión, mi tesoro, en el cual esté siempre fija y firme e inconmoviblemente
arraigada mi alma y mi corazón.
Amén.

















