miércoles, 27 de agosto de 2025

Al principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios - San Juan Apóstol

 


Al principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios. 2 Él estaba al principio en Dios. 3 Todas las cosas fueron hechas por El, y sin Él no se hizo nada de cuanto ha sido hecho. 4 En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz luce en las tinieblas, pero las tinieblas no la acogieron. Hubo un hombre enviado de Dios de nombre Juan. 7 Vino este a dar testimonio de la luz para testificar de ella y que todos creyeran por él. No era el la luz, si no que vino a dar testimonio de la luz. Era la luz verdadera que, viniendo a este mundo ilumina a todo hombre. 10 Estaba en el mundo y por Él fue hecho el mundo pero el mundo no le conoció. 11 Vino a los suyos pero los suyos no le recibieron. 12 Más a cuantos le recibieron les dio poder de venir a ser hijos de Dios, a aquellos que creen en su nombre; 13 que no de la sangre, ni de la voluntad carnal, ni de la voluntad de varón, sino de Dios son nacidos. 14 Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria como de Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. 15 Juan da testimonio de Él clamando: Este es de quien os dije: El que viene detrás de mí ha pasado delante de mí, porque era primero que yo. 16 Pues de su plenitud recibimos todos gracia sobre gracia. 17 Porque la Ley fue dada por Moisés, la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. 18 A Dios nadie le vio jamás; Dios unigénito, que está en el seno del Padre, este le ha dado a conocer. 

San Juan 1:1-18

martes, 19 de agosto de 2025

MILAGROS EUCARISTICOS - 64

 



SACRILEGO ATREVIMIENTO 
 Año 1605, Dulae (Filipinas) 

Las Cartas anuas de la Compañía de Jesús, refieren un hecho portentoso acaecido en Dulac, pueblo de la isla de Leyte. 

Un joven que había tenido la desgracia de ofender gravemente a Dios, quiso acercarse a la sagrada Mesa sin confesar antes su pecado. El castigo de tan sacrílego atrevimiento no se hizo esperar. Al punto sintió intensísimos dolores en todos sus miembros, que no le dejaban momento de reposo. Como reconociese la causa de tan grandes padecimientos, procuró arrojar la santa Hostia, con lo cual quedó aliviado. 

Continuó luego en su mala vida, y se acercó otra vez a comulgar, manchada su conciencia con nuevos pecados. Un fuego ardoroso le secó entonces la garganta y le abrasaba todo el cuerpo: y aun cuando le era patente la causa de este nuevo castigo, no quiso el infeliz descubrirla, antes otra vez repitió la Comunión en desgracia de Dios. 

En justo enojo, permitió el señor que un enjambre de moscardones se le entrase por la boca y le atormentase espantosamente. 

El desdichado joven reconoció entonces la enormidad de su crimen; y sinceramente arrepentido obtuvo de la infinita misericordia de Dios su gracia, viéndose al propio tiempo libre de tan terribles padecimientos, preludio de los eternos que le esperaban en el infierno si de veras no se hubiese convertido. 

(Cartas anuas de la Compañía de Jesús. Año 1605, pag. 496)

P. Manuel Traval y Roset S.J. (1856-1919)

sábado, 16 de agosto de 2025

Profecías de Nuestra Señora del Buen Suceso (Siglo XVII)



 Era el año 1634 cuando, a las 3 en punto de la madrugada del 2 de febrero, la Madre Mariana de Jesús Torres, abadesa del convento Concepcionista en la ciudad de Quito, vio la lámpara que ardía en el santuario cerca del Santísimo Sacramento parpadear y apagarse, dejando la iglesia en total oscuridad. Sus sentidos se entumecieron, y vio una luz celestial que iluminaba toda la iglesia. Era la Reina del Cielo quien, después de hacer a la mecha prenderse otra vez, dijo estas palabras a la Madre Mariana: “Amada hija de mi corazón, Yo soy María del Buen Suceso, su madre y protectora”.

  Tras profetizar sobre la muerte de la vidente y el futuro del monasterio, Nuestra Señora del Buen Suceso empezó a explicar a la Madre Mariana los varios significados de que se hubiese apagado la lámpara: “En el siglo diecinueve, hacia su final, y a través de la mayor parte del siglo veinte, muchas herejías abundarán en esta tierra, que será entonces una república libre. La preciosa luz de la Fe se extinguirá en las almas debido a la casi total corrupción de las costumbres. Para entonces habrán grandes calamidades, físicas y morales, públicas y privadas. Las pocas almas que preservarán la devoción a la Fe y las virtudes sufrirán cruel e indescriptible congoja, algo así como un prolongado martirio; muchos de ellos irán a la tumba debido a la violencia del sufrimiento y serán considerados mártires que se sacrificaron a sí mismos por la Iglesia y la Nación. Para obtener la libertad de la esclavitud de esas herejías, aquellos a quienes el misericordioso amor de mi Santísimo Hijo haya destinado para tal restauración necesitarán gran fuerza de voluntad, constancia, valor y mucha confianza en Dios. Para probar la Fe y Confianza del Justo, momentos vendrán en que todo parezca perdido y paralizado, pero ellos serán el feliz comienzo de la completa restauración”.

 

Profecías a cumplirse

  Al indicar el agente de la crisis tan catastrófica que describe en sus profecías sobre los siglos XIX y XX, Nuestra Señora del Buen Suceso se refiere a las herejías en general y a las sectas, o simplemente a la secta (Masonería).

  Esas herejías o sectas tendrían el poder para extender sus garras desde el recinto sagrado del Templo hasta el hogar, influenciando perniciosamente todos los campos de la actividad humana.


Libertinaje, impureza, corrupción de mujeres y niños

  “...Se desbordarán las pasiones y habrá una total corrupción de costumbres, por casi reinar Satanás con las sectas masónicas, tendientes principalmente a corromper a los niños para sostener con ese medio la corrupción general. ¡Ay de los niños de ese tiempo!: el sacramento del Bautismo lo recibirán difícilmente, la Confirmación, de igual manera”.

  “Habiéndose apoderado la secta de todas las clases sociales, tendrá tanta sutileza para introducirse en los hogares domésticos, que perdiendo a la niñez, se gloriará el demonio de alimentarse con el exquisito manjar de los corazones de los niños. En esos aciagos tiempos, apenas se encontrará inocencia infantil, de esa manera irán perdiéndose las vocaciones para el sacerdocio, que será una verdadera calamidad”.


La virginidad habrá casi desaparecido

  “La atmósfera repleta del espíritu de impureza, el que a manera de un mar inmundo correrá por calles, plazas y sitios públicos con una libertad asombrosa de manera que casi no habrá en el mundo almas vírgenes. La delicada flor de la virginidad, tímida y amenazada de completa destrucción, lucirá de lejos”.


Puerta abierta para el divorcio, el concubinato, los hijos ilegítimos, la educación laica...

  “El sacramento del matrimonio, el que representa la unión de Cristo con la Iglesia, será atacado y profanado en toda la extensión de la palabra... [se aprobarán] inicuas leyes procurando extinguirlo, facilitando a todos vivir mal y propagándose la generación de hijos mal nacidos y sin la bendición de la Iglesia, irá decayendo rápidamente el espíritu cristiano”.

  “Apagándose la luz preciosa de la fe hasta llegar a casi una total y general corrupción de costumbres; esto, unido con la educación laica, será motivo de escasear las vocaciones sacerdotales y religiosas”.


Desestima por la unción de los enfermos

  “El sacramento de la extremaunción, por ese tiempo en el que faltará en esta pobre Patria el espíritu cristiano, será poco acatado y muchas personas morirán sin recibirlo, ya por descuido de las familias, como por un mal entendido afecto hacia sus enfermos...”


La Sagrada Eucaristía será profanada y pisoteada

  Peor aún se dará con la Sagrada Comunión: “¡Ay, cuánto siento manifestarte que habrá muchos y enormes sacrilegios públicos y también ocultos, profanando la Sagrada Eucaristía!... Mi Hijo Santísimo se verá rodado por el suelo y pisoteado por inmundas plantas”.


Muchas naciones serán castigadas por los pecados de sacerdotes y religiosos

“Sabe aún que la Justicia Divina acostumbra descargar castigos terribles sobre naciones enteras, no tanto por los pecados del pueblo, cuanto por los de los sacerdotes y religiosos, porque estos últimos son llamados, por la perfección de su estado, a ser la sal de la Tierra, los maestros de la verdad y los pararrayos de la Ira Divina”.


Por servirle a medias, renegará Dios de muchas almas

  El Niño Jesús reveló a la madre Mariana que muchas almas religiosas y sacerdotales “quieren servirme a medias, conservando sus caprichos y genios, satisfaciendo en todo sus voluntades y tomando libertades incompatibles con su estado y profesión. Yo no las tolero; nada por la mitad me agrada. Yo las abandono y dejo que sigan todos los deseos de su corazón pervertido para desconocerlas delante de mi Padre Celestial. ¡Ay de aquéllos y de aquéllas!”


Quien debía hablar, callará

  “Casi no se encontrará inocencia en los niños ni pudor en las mujeres, y en esta suprema necesidad de la Iglesia, callará quien a tiempo debió hablar”.

  Esta grave omisión es repetida por la Santísima Virgen en la siguiente aparición, el 2 de febrero de 1610: “Campearán los vicios de impureza, la blasfemia y el sacrilegio en aquel tiempo de depravada desolación, callando quien debería hablar”.

  Los que deberían defender los derechos de la Iglesia, darán la mano a sus enemigos

  Nuestra Madre Santísima hace a su hija dilecta esta terrible declaración:

“Tiempos funestos sobrevendrán, en los cuales... aquellos que deberían defender en justicia los derechos de la Iglesia, sin temor servil ni respeto humano, darán la mano a los enemigos de la Iglesia para hacer lo que éstos quieran”.


Cuando todo parezca perdido, será el inicio del triunfo de María

  Como en Fátima, después de la previsión de catástrofes para la Iglesia y la civilización cristiana, la previsión de una espléndida victoria.

  Así, al tratar de la propagación de las herejías en los siglos XIX y XX, María del Buen Suceso revela a la madre Mariana de Jesús Torres:

  “El corto número de almas en las cuales se conservará el culto de la fe y de las buenas costumbres sufrirá un cruel e indecible al par que prolongado martirio; muchas de ellas descenderán al sepulcro por la violencia del sufrimiento y serán contadas como mártires que se sacrificaron por la Iglesia y por la Patria”.

  “Para libertar de la esclavitud de estas herejías, necesitarán gran fuerza de voluntad, constancia, valor y mucha confianza en Dios aquéllas a quienes destinará para esta restauración. El amor misericordioso de mi Hijo Santísimo, para poner a prueba en los justos esta fe y confianza llegarán momentos en los cuales, al parecer, todo estará perdido y paralizado, y entonces, será feliz principio de la restauración completa”.

  Y, después de referirse a la prevaricación en las filas eclesiásticas, Nuestra Señora afirma:

  “Ora con instancia, clama sin cansarte y llora con lágrimas amargas en el secreto de tu corazón, pidiendo a nuestro Padre Celestial, que por el amor al Corazón Eucarístico de mi Hijo Santísimo ponga cuanto antes fin a tan aciagos tiempos, enviando a esta Iglesia el Prelado que deberá restaurar el espíritu de sus sacerdotes”.

  “A ese hijo mío muy querido lo dotaremos de una capacidad rara, de humildad de corazón, de docilidad a las divinas inspiraciones, de fortaleza para defender los derechos de la Iglesia y de un corazón tierno y compasivo. En su mano será puesta la balanza del Santuario, para que todo se haga con peso y medida, y Dios sea glorificado”.

  Para que esto no suceda, el demonio y sus secuaces incitarán “todos los vicios”, provocando así “toda clase de castigos, entre ellos la peste, el hambre, la pendencia entre propios y ajenos, la apostasía, perdiendo a un número considerable de almas... Habrá una guerra formidable y espantosa... Esa noche será horrorosísima, porque al parecer humano será triunfante la maldad”.

  “Entonces es llegada mi hora en la que Yo, de una manera asombrosa destronaré al soberbio y maldito Satanás, poniéndole bajo mi planta y encadenándole en el abismo infernal, dejando por fin libres a la Iglesia y la Patria de su cruel tiranía”.

 

FUENTES:

1) Vida Admirable de la Rvda. Madre Mariana de Jesús Torres, escrita alrededor de 1790 por Fray Manuel de Sousa Pereira O.F.M.

2) Madera para Esculpir la Imagen de una Santa, por Mons. Dr. Luis E. Cadena y Almeida. Foundation for a Christian Civilization, Nueva York, 1987.

3) Mensaje Profético de la Sierva de Dios Sor Mariana Francisca de Jesús Torres y Berriochoa, Quito, 1989, de Mons. Luis E. Cadena y Almeida.

4) http://sempefidelis.blogspot.com.es/2009/10/yo-soy-maria-de-el-buen-suceso.html

5) http://www.fatima.org.pe/seccion-verarticulo-460.html

Dios es Amor - I San Juan 4, 7-21




7 Carísimos, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. 8 El que no ama, no ha aprendido a conocer a Dios, porque Dios es amor. 9 Y el amor de Dios se ha manifestado en nosotros en que Dios envió al mundo su Hijo Unigénito, para que nosotros vivamos por Él. 10 En esto está el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió su Hijo como propiciación por nuestros pecados. 11  Amados, si de tal manera nos amó Dios, también nosotros debemos amarnos mutuamente. 12 A Dios nadie lo ha visto jamás; mas si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor llega en nosotros a la perfección. 13 En esto conocemos que permanecemos en Él y Él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu. 14 Y nosotros vimos y testificamos que el Padre envió al Hijo como Salvador del mundo. 15 Quienquiera que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. 16 En cuanto a nosotros, hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en ese amor. Dios es amor; y el que permanece en el amor, en Dios permanece y Dios permanece en él. 17 En esto es perfecto el amor en nosotros –de modo que tengamos confianza segura en el día del juicio– porque tal como es Él somos también nosotros en este mundo. 18 En el amor no hay temor; al contrario, el amor perfecto echa fuera el temor, pues el temor supone castigo. El que teme no es perfecto en el amor. 19 Nosotros amamos porque Él nos amó primero. 20 Si alguno dice: “Yo amo a Dios”, y odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios, a quien nunca ha visto. 21 Y éste es el mandamiento que tenemos de Él: que quien ama a Dios ame también a su hermano. 

I San Juan 4, 7-21

jueves, 14 de agosto de 2025

Oración a San Juan de Dios




Oración a San Juan de Dios para pedir su intercesión

¡Glorioso San Juan de Dios, caritativo protector de los enfermos y desvalidos! Mientras vivisteis en la tierra no hubo quien se apartase de vos desconsolado: el pobre halló amparo y refugio; los afligidos consuelo y alegría; confianza los desesperados y alivio en sus penas y dolores todos los enfermos. Si tan copiosos fueron los frutos de vuestra caridad estando aún en el mundo, ¿qué no podremos esperar de vos ahora que vivís íntimamente unido a Dios en el Cielo? Animados con este pensamiento, esperamos nos alcancéis del Señor la gracia de… si es para mayor gloria de Dios y bien de nuestras almas. Amén.


miércoles, 16 de julio de 2025

Oración de Santa Catalina de Siena a Jesús Sacramentado

 



¡Oh caridad sin límites! Así como te diste a nosotros, completamente Dios y completamente hombre, también nos dejaste todo de Ti como alimento para que, mientras somos peregrinos en esta vida, no nos desmayemos en nuestro cansancio, sino que seamos fortalecidos por Ti, Alimento Celestial.

¡Oh, pueblo mercenario! ¿Y qué les ha dejado su Dios? Él les ha dejado a sí mismo, completamente Dios y completamente hombre, oculto bajo la blancura de este pan.

¡Oh fuego de amor! ¿No fue suficiente regalarnos la creación a tu imagen y semejanza, y crearnos de nuevo por la gracia en la sangre de tu Hijo, sin darnos a Ti mismo como alimento, la totalidad del ser divino, la totalidad de Dios?

¿Qué te impulsó? Nada más que tu caridad, ¡Loco de amor Tú estás!