CONSAGRACIÓN
AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA, de las Misiones Católicas Cristo Rey, de Rusia,
y condena del CV II.
Prosternados
al pie de Vuestro Trono de Gracia, oh Reina del Santísimo Rosario, nos
proponemos cumplir, en cuanto está de nuestra parte, los pedidos que has
expresado al venir apareciéndote a nosotros en Fátima.
Los
abominables pecados del Mundo; la inicua proliferación de los vicios contra
natura; los ataques a la Familia y a la Vida Humana en todos sus estadios; el
avance del Comunismo; la instauración de la Usura como herramienta de dominio y
esclavización de los pueblos y de las naciones; el avance sostenido de las
Sectas y del Islamismo; las Persecuciones dirigidas contra la Iglesia de
Jesucristo; la declarada aversión de las jerarquías, sacerdotes y fieles por la
Santa Tradición y la Doctrina de Siempre; la Apostasía general de las naciones;
y el olvido por parte de la gran mayoría de los hombres de Tu Maternidad de Gracia,
destrozan tu Corazón Doloroso e Inmaculado, tan unido en su Compasión a los
sufrimientos del Sagrado Corazón de Tu Divino Hijo.
A
fin de reparar tantos crímenes, Tú has pedido el establecimiento de la Devoción
Reparadora a Tu Corazón Inmaculado, y con la finalidad de detener los flagelos
de Dios que has predicho, te constituiste en la Mensajera del
Altísimo para requerir del Vicario de Jesucristo, unido a todos los Obispos del
Mundo, la Consagración de Rusia a Tu Corazón Inmaculado, lo que desgraciadamente,
todavía no se ha cumplido.
Dígnate,
pues, oh Madre de Dios, aceptar en primer lugar, el Acto Solemne de Reparación que presentamos a tu Corazón
Inmaculado por todas las ofensas con que Él, junto al Sagrado Corazón de Jesús,
es constantemente ofendido por parte de los pecadores y de los impíos.
En segundo lugar, en cuanto está a nuestro
alcance y voluntad, Entregamos y Consagramos Rusia a Tu Corazón
Inmaculado, a fin de poder cumplir en la humilde medida de nuestras
posibilidades, lo que Tú con insistencia pediste en Vuestro Mensaje de Fátima.
Asimismo, Te Consagramos nuestras
Misiones, y en especial esta Misión de…., sus Sacerdotes y Fieles,
para que Ellas sean Bastiones de la Fe, y en todo busquemos la Santidad y el Reino
de Cristo.
Finalmente, y siguiendo el consejo evangélico
de “Por los frutos los conoceréis…” (Mt. 7-16), en base a los
abundantes errores, ambigüedades y herejías contenidos en los documentos y
conclusiones oficiales, en la lógica consecuencia de los nefastos frutos
cosechados en los últimos 50 años, y con el objeto de poner fin en lo que está
de nuestra parte, sin atribuirnos
una autoridad que no nos pertenece, pero que impelidos de la sin par gravedad
del tiempo presente, y en el deseo de pedir al Cielo ponga fin a este verdadero
Calvario de Su Iglesia, queremos de
manera expresa hacer una Condena Formal de todo el Concilio Vaticano II;
esperando sea formalmente condenado como un inicuo conciliábulo en un tiempo no
lejano por las debidas autoridades.
Por
tanto, en nuestras Misiones, queda absolutamente sin valor alguno y condenado
el tal Concilio, así como también aquellas obras que se derivaron de él, como
el Novus Ordo Missae, el Código de Derecho Canónico del 1983, el Catecismo
moderno(1992) con todos los demás documentos pos-conciliares que contrarían al
Magisterio y Tradición de la Iglesia.(*).
Nos, in perpetuo, nos
Consagramos a Vos, a vuestro Corazón Inmaculado, Reina y Madre Nuestra,
para que todas las naciones, en paz con Dios, y unos con otros, os proclamen
Beatísima y entonen de un extremo a otro de la Tierra el “Magníficat” de Gloria,
de Amor y de Reconocimiento al Sagrado Corazón de Jesús, en el cual solamente
pueden encontrar la Verdad, la Vida y la Paz.
Amén.
(*)Cns. 2314,2316, y 2317)