martes, 20 de marzo de 2012

SE ACENTÚA EL CISMA AUSTRÍACO


"Benedicto XV truncó toda ilusión sobre la mitigación de la "sacrosanta y sublime benéfica" ley del celibato"

Sandro Magister

CIUDAD DEL VATICANO, 20 de marzo de 2012 – “Como nació un cisma": es el título de una artículo publicado en "L'Osservatore Romano", firmado por el cardenal bávaro Walter Brandmüller (en la foto). Un artículo de corte histórico, pero con referencias explícitas a la actualidad.

Un artículo que, desde el principio, recuerda al movimiento anti-romano "Los von Rom", nacido en Austria entre los siglos XIX y XX y que "consiguió alejar de la Iglesia a casi cien mil austriacos".

Este movimiento – continua el cardenal entrando en la actualidad –
"fue retomado después del Concilio Vaticano II." No sólo. "Tendencias análogas parecen emerger de vez en cuando también en nuestros días, con algunos llamamientos a la desobediencia respecto al papa y a los obispos."

El cardenal se refiere de manera evidente a cuanto está sucediendo en Viena y alrededores con la "Pfarrer Initiative", promovida en 2006 por monseñor Helmut Schüller – hasta 1999 vicario general del cardenal Christoph Schönborn en la capital austriaca, anteriormente presidente de Caritas nacional – y que tiene entre sus objetivos clave la abolición del celibato y reintegrar en el ejercicio del sacerdocio a sacerdotes "casados" y que viven en concubinato.

Este movimiento está sostenido por más de 400 entre sacerdotes y diáconos, y ha lanzado un claro “Llamamiento a la desobediencia” respecto a Roma, que quiere extenderse más allá de la frontera austriaca creando una red internacional. Ya se han adherido sectores del clero en Alemania, Francia, Eslovaquia, Estados Unidos, Australia. El pasado octubre, el propio Schüller fue a Irlanda para hacer proselitismo.

La iniciativa se sigue en Vaticano con bastante inquietud, tanto que a dicha cuestión se dedicó el pasado 23 de enero una reunión reservada entre una representación de los obispos austriacos y los vértices de los dicasterios vaticanos más importantes. En este encuentro, que tuvo lugar en el edificio del Santo Oficio, participaron: de Austria, el cardenal Schönborn, el arzobispo de Salzburgo Alois Kothgasser, los obispos de Graz y Sankt Polten, Egon Kapellari y Klaus Küng, mientras que del Vaticano estaban presentes, entre otros, los cardenales prefectos de la congregación para la doctrina de la fe, William J. Levada, de los obispos, Marc Ouellet, y del clero, Mauro Piacenza.

El cardenal Schönborn, junto a otros obispos, ha tomado las distancias de manera muy firme de la "Pfarrer Initiative", criticando tanto la forma como los contenidos del llamamiento. Hasta ahora, de todos modos, no ha impulsado ninguna acción canónica contra el mismo.

Pero volvamos al texto del cardenal Brandmüller.

El artículo analiza además el cisma que tuvo lugar en Bohemia tras la primera guerra mundial con el movimiento de protesta "Jednota", que también tenía como caballo de batalla
"la abolición de la obligación del celibato" y cuyo líder, Bohumil Zahradnik, era un "sacerdote y novelista, que desde 1908 vivía una relación matrimonial ilegítima".

El cisma llevó el 8 de enero de 1920 a la proclamación de una "Iglesia checoslovaca". Pero lo que más interesa al cardenal es el análisis de cómo la Santa Sede, guiada por Benedicto XV, reaccionó a esta rebelión del clero bohemio.

La causa principal fue individuada en la
"formación insuficiente del clero, tanto desde el punto de vista teológico como espiritual, en los decenios precedentes", de lo cual se derivó "una crisis que sacudía a la fe católica en sus fundamentos."

De aquí el rechazo, por parte de Roma, de apaciguar a los sacerdotes rebeldes con concesiones. El Santo Oficio los excomulgó "inmediatamente", obteniendo el pleno apoyo de los obispos. Y Benedicto XV truncó toda ilusión sobre la mitigación de la "sacrosanta y sublime benéfica" ley del celibato.

De este modo el cisma afectó sólo a una pequeña fracción de los católicos bohemios. Concluye el autor del artículo: "Este modo de actuar de la Santa Sede, no determinado por reflexiones políticas y pragmáticas, sino sólo por la verdad de la fe, se reveló "el único justo" que había que seguir."

Aquí se detiene la reflexión de Brandmüller el cual, en "L'Osservatore Romano", es calificado simplemente como "cardenal diácono de San Julián de los Flamencos”, pero que es mucho más. Académico y profesor de historia de la Iglesia medieval y moderna en la Universidad de Augsburgo durante casi treinta años, de 1998 al 2009 presidió la pontificia comisión de ciencias históricas, en la cual había entrado a formar parte en 1981, sustituyendo a Hubert Jedin, el gran histórico del Concilio de Trento, fallecido el año anterior.

Nacido en 1929, Brandmüller ha sido siempre muy estimado por el compañero profesor y compatriota bávaro Joseph Ratzinger que, convertido en Benedicto XVI, lo mantuvo en la dirección del comité hasta el cumplimiento de los 80 años, y al que quiso honrar con el cardenalato en el consistorio del 20 de noviembre de 2010.

Gran experto en historia de los Concilios, Brandmüller no desdeña la polémica docta, como cuando en un artículo publicado el 13 de julio de 2007 contemporáneamente en "L'Osservatore Romano" y en el diario de la conferencia episcopal italiana "Avvenire", criticó a fondo el planteamiento de la obra “Conciliorum Oecumenicorum Generaliumque Decreta” editada por la escuela historiográfica de Bolonia.

Como tampoco desdeña hablar de hoy recordando las analogías con el pasado, como sucede con el artículo del diario vaticano del 11 de marzo de 2012, reproducido de forma íntegra a continuación.

Que en este caso la historia pueda convertirse verdaderamente en “magistra vitæ”, y que Benedicto XVI quiera repetir hoy – respecto a la "Pfarrer Initiative" y otros movimientos de sacerdotes rebeldes – los pasos llevados a cabo por Benedicto XV hace casi un siglo, es... otra historia.

Fuente: Chiesa

Comentario Druídico: ¡Qué oportunidad para Benedicto XVI de ponerse codo a codo con su ilustre predecesor Benedicto XV!