sábado, 5 de junio de 2010

CONCLUYE EL CONGRESO EUCARÍSTICO DE TOLEDO SIN LA MÁS MÍNIMA MENCIÓN A LA "FORMA EXTRAORDINARIA" DEL RITO ROMANO


La oposición silenciosa de los obispos españoles al Motu Propio Summorum Pontificum es ya clamorosa. Sobre todo, después de haberse clausurado el Congreso Eucarístico de Toledo, que no dio la más mínima cabida a la forma reina de la liturgia romana. Mucho rito hispano-mozárabe, eso sí, es lo que pudieron ver los poco más de 1.000 asistentes que tuvo la cita.

Sin pena ni gloria, así es como, afortunadamente, ha pasado de largo el último Congreso Eucarístico que ha tenido lugar en nuestro país, bajo la presidencia del cardenal de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Antonio María Rouco Varela, a quien muchos sitúan en la rama más radical del catolicismo español. Nada más alejado de la realidad.

De hecho, él y buena parte de su corte, incluido el arzobispo de Toledo y primado de España, monseñor Braulio Rodríguez, son los responsables de la escasa acogida o más bien, la silenciosa oposición que el episcopado español en su conjunto ha prestado a las últimas indicaciones del Papa Benedicto XVI en materia litúrgica. De hecho, desde la entrada en vigor del Motu Propio, el 7 de julio de 2007, no se han efectuado cambios que abran la participación activa de los fieles en la liturgia que ha sido propia de la Iglesia latina durante más de 1.000 años, hasta su completa renovación en 1969.

Es lamentable comprobar como, por el contrario, la página web de la CEE ha tenido expuesto durante muchos meses un texto del secretario general de la Comisión de Liturgia en la que se criticaba abiertamente el documento papal, o como el obispo de Málaga, monseñor Jesús Catalá, se desentendía de la petición de un grupo de fieles que le escribieron con el fin de que éste nombrara un sacerdote que les atendiera espiritualmente según las normas litúrgicas vigentes en 1962. Lo que dio lugar a una enorme polémica y la posterior rectificación del prelado.

Pero la cosa no acaba ahí. El actual presidente de la ineficiente Comisión de Liturgia, el obispo de León, conocido por su incapacidad de seguir las indicaciones de la Santa Sede, aun no ha publicado el Calendario Litúrgico Pastoral de la "forma extraordinaria", que tenga en cuenta las necesidades de los diferentes grupos de fieles que quieren participar de la Misa tridentina.

Sea como fuere, la verdad es que muchos de ellos, sino la mayoría, dejan mucho que desear. Aunque alguno habrá que se salve... Simplemente están a otra cosa. No se enteran y lo que es peor, no se quieren enterar.

de Sector Católico