De las Personas Divinas
— ¿Qué queréis decir cuando decís que Dios es un Espíritu en tres Personas?
— Que hay en El tres Personas, cada una de las cuales se identifica con Dios, y posee los atributos de la divinidad (XXX, 2).— ¿Cuáles son los nombres de las tres divinas Personas?
— Padre, Hijo y Espíritu Santo.— ¿Quién es el Padre?
— El que sin haber tenido principio, engendra al Hijo y da origen al Espíritu Santo.— ¿Quién es el Hijo?
— El engendrado del Padre, y del cual, junto con Padre, procede el Espíritu Santo.— ¿Quién es el Espíritu Santo?
— El procedente del Padre y del Hijo.— Las divinas Personas, ¿son distintas de Dios en sí mismo?
— No señor.
— ¿Son distintas entre sí?
— Sí señor.— ¿Qué queréis decir cuando decís que las divinas Personas son distintas entre sí?
— Que el Padre no es el Hijo, ni el Espíritu Santo; el Hijo no es el Padre, ni el Espíritu Santo; que el Espíritu Santo no es el Padre, ni el Hijo.— ¿Pueden separarse las divinas Personas?
— No señor.¿Están unidas desde toda la eternidad?
— Sí señor.— ¿Posee el Padre, con respecto al Hijo, todo lo que hemos visto que hay en Dios?
— Sí señor.— ¿Y el hijo con relación al Padre?
— También.— ¿Y el Espíritu Santo con relación al Padre y al Hijo?
— Sí señor.— ¿Luego son tres Dioses con conexiones eternas?
— No señor; son tres Personas que se identifican con Dios, a pesar de lo cual permanecen realmente distintas.— ¿Las divinas Personas forman sociedad?
— Sí, y la más perfecta de cuantas existen, (XXXI, 3, ad 1).— ¿Por qué?
— Porque, siendo tres, cada una de ellas posee de modo infinito la perfección, la duración, el amor, la felicidad, y todas y cada una constituyen su propia bienaventuranza en el seno de la divinidad.— ¿Cómo sabemos que hay tres personas en Dios?
— Porque El mismo nos lo ha revelado.— ¿Puede la razón humana sin el auxilio de la fe, averiguar la existencia de las divinas Personas?
— No señor (XXXII. 1, ad 2).— ¿Cómo se llaman las verdades inasequibles a la inteligencia, y que sólo por la fe conocemos?
— Llámanse Misterios.— ¿Es, por consiguiente, un misterio, la existencia de las divinas Personas?
— Es misterio, y el más profundo de todos.— ¿Qué nombre recibe?
— El de Misterio de la Santísima Trinidad (XXX, 1).— ¿Podremos llegar a entenderlo?
— Sí señor, y con su conocimiento seremos eternamente felices.— ¿Podremos en esta vida entrever algo de los admirables secretos del misterio de la Santísima, Trinidad, estudiando la naturaleza y operaciones de los seres Espirituales?
— Sí señor; dos son los actos inmanentes del ser Espiritual: entender y amar, y en cada uno se establecen relaciones de principio a término y de término a principio de operación. De aquí se deduce, conforme a lo que enseña la fe, que el Padre, en el acto de entender, es principio, por cuanto dice o pronuncia un Verbo, y el Verbo tiene relación de término, dicho o pronunciado. Lo propio sucede en el acto de amor. El Padre y el Hijo forman un principio de amor con relación al Espíritu Santo, que es el término.— ¿En qué cualidad divina se funda el misterio de la Santísima Trinidad?
— En la fecundidad y riqueza infinita de la divina naturaleza, en virtud de la cual se establecen en Dios misteriosas procesiones de origen (XXVIII, 1).— ¿Cómo se llaman las procesiones de origen?
— Generación y procesión (XXVIII, 1, 3).— ¿Qué se deduce de la existencia de la generación y procesión?
— Que entre los dos términos de cada procesión hay relación real, por los mismos términos constituida (XXVIII, 1).— ¿Cuántas y cuáles son las relaciones en Dios?
— Son cuatro: Paternidad, Filiación, Inspiración activa, y Procesión o Inspiración pasiva (XXVIII,4).— ¿Es lo mismo relación que Persona divina?
— Sí señor (XL. 1).— ¿Por qué siendo cuatro las relaciones, no son más que tres las Personas?
— Porque la relación llamada inspiración activa, en vez de oponerse relativamente a la paternidad ni a la filiación, conviene a una y a otra; por tanto, las Personas constituidas por la paternidad y la filiación, pueden y deben ser sujeto de la inspiración activa, la cual no constituye persona, sino que conviene conjuntamente a las Personas de Padre e Hijo (XXX, 2).— ¿Guardan orden entre sí las divinas Personas?
— Sí señor; guardan orden de origen, en virtud del cual, el Padre puede enviar al Hijo, y el Padre y el Hijo, al Espíritu Santo (XLII, XLIII).— Las acciones divinas (exceptuando los actos nocionales de engendrar e inspirar), ¿son comunes a las tres Personas?
— Sí señor; y así, el entender y amar de Dios, es un sólo acto efectuado por las tres Personas, lo mismo que todas las acciones divinas que produzcan algo extrínseco a la divinidad (XXXIX, XLI).— ¿No hay, a pesar de ello, algunos actos que se atribuyan especialmente a determinadas Personas?
— Sí señor; y se les atribuyen en virtud de cierta conveniencia entre aquellos actos y los caracteres distintivos de la Persona; así, por apropiación, se atribuye la omnipotencia al Padre, al Hijo la sabiduría., y la bondad al Espíritu Santo, aunque los tres son igualmente poderosos, sabios y buenos (XXXIX, 7, 8; XLV, 6).— Luego siempre que hablamos de Dios en relación con el mundo, ¿entendemos hablar de El como uno en esencia y trino en Persona?
— Sí señor; excepto cuando hablamos de la Persona del Verbo en el misterio de la Encarnación (XLV, 6).
Catecismo de la Suma Teológica (Santo Tomás de Aquino)Por Tomás Pègues O.P.
(Ed. Difusión – Bs. Aires – Año 1945)
Publicado en: Stat Veritas
Visto en: Devoción Católica
— Que hay en El tres Personas, cada una de las cuales se identifica con Dios, y posee los atributos de la divinidad (XXX, 2).— ¿Cuáles son los nombres de las tres divinas Personas?
— Padre, Hijo y Espíritu Santo.— ¿Quién es el Padre?
— El que sin haber tenido principio, engendra al Hijo y da origen al Espíritu Santo.— ¿Quién es el Hijo?
— El engendrado del Padre, y del cual, junto con Padre, procede el Espíritu Santo.— ¿Quién es el Espíritu Santo?
— El procedente del Padre y del Hijo.— Las divinas Personas, ¿son distintas de Dios en sí mismo?
— No señor.
— ¿Son distintas entre sí?
— Sí señor.— ¿Qué queréis decir cuando decís que las divinas Personas son distintas entre sí?
— Que el Padre no es el Hijo, ni el Espíritu Santo; el Hijo no es el Padre, ni el Espíritu Santo; que el Espíritu Santo no es el Padre, ni el Hijo.— ¿Pueden separarse las divinas Personas?
— No señor.¿Están unidas desde toda la eternidad?
— Sí señor.— ¿Posee el Padre, con respecto al Hijo, todo lo que hemos visto que hay en Dios?
— Sí señor.— ¿Y el hijo con relación al Padre?
— También.— ¿Y el Espíritu Santo con relación al Padre y al Hijo?
— Sí señor.— ¿Luego son tres Dioses con conexiones eternas?
— No señor; son tres Personas que se identifican con Dios, a pesar de lo cual permanecen realmente distintas.— ¿Las divinas Personas forman sociedad?
— Sí, y la más perfecta de cuantas existen, (XXXI, 3, ad 1).— ¿Por qué?
— Porque, siendo tres, cada una de ellas posee de modo infinito la perfección, la duración, el amor, la felicidad, y todas y cada una constituyen su propia bienaventuranza en el seno de la divinidad.— ¿Cómo sabemos que hay tres personas en Dios?
— Porque El mismo nos lo ha revelado.— ¿Puede la razón humana sin el auxilio de la fe, averiguar la existencia de las divinas Personas?
— No señor (XXXII. 1, ad 2).— ¿Cómo se llaman las verdades inasequibles a la inteligencia, y que sólo por la fe conocemos?
— Llámanse Misterios.— ¿Es, por consiguiente, un misterio, la existencia de las divinas Personas?
— Es misterio, y el más profundo de todos.— ¿Qué nombre recibe?
— El de Misterio de la Santísima Trinidad (XXX, 1).— ¿Podremos llegar a entenderlo?
— Sí señor, y con su conocimiento seremos eternamente felices.— ¿Podremos en esta vida entrever algo de los admirables secretos del misterio de la Santísima, Trinidad, estudiando la naturaleza y operaciones de los seres Espirituales?
— Sí señor; dos son los actos inmanentes del ser Espiritual: entender y amar, y en cada uno se establecen relaciones de principio a término y de término a principio de operación. De aquí se deduce, conforme a lo que enseña la fe, que el Padre, en el acto de entender, es principio, por cuanto dice o pronuncia un Verbo, y el Verbo tiene relación de término, dicho o pronunciado. Lo propio sucede en el acto de amor. El Padre y el Hijo forman un principio de amor con relación al Espíritu Santo, que es el término.— ¿En qué cualidad divina se funda el misterio de la Santísima Trinidad?
— En la fecundidad y riqueza infinita de la divina naturaleza, en virtud de la cual se establecen en Dios misteriosas procesiones de origen (XXVIII, 1).— ¿Cómo se llaman las procesiones de origen?
— Generación y procesión (XXVIII, 1, 3).— ¿Qué se deduce de la existencia de la generación y procesión?
— Que entre los dos términos de cada procesión hay relación real, por los mismos términos constituida (XXVIII, 1).— ¿Cuántas y cuáles son las relaciones en Dios?
— Son cuatro: Paternidad, Filiación, Inspiración activa, y Procesión o Inspiración pasiva (XXVIII,4).— ¿Es lo mismo relación que Persona divina?
— Sí señor (XL. 1).— ¿Por qué siendo cuatro las relaciones, no son más que tres las Personas?
— Porque la relación llamada inspiración activa, en vez de oponerse relativamente a la paternidad ni a la filiación, conviene a una y a otra; por tanto, las Personas constituidas por la paternidad y la filiación, pueden y deben ser sujeto de la inspiración activa, la cual no constituye persona, sino que conviene conjuntamente a las Personas de Padre e Hijo (XXX, 2).— ¿Guardan orden entre sí las divinas Personas?
— Sí señor; guardan orden de origen, en virtud del cual, el Padre puede enviar al Hijo, y el Padre y el Hijo, al Espíritu Santo (XLII, XLIII).— Las acciones divinas (exceptuando los actos nocionales de engendrar e inspirar), ¿son comunes a las tres Personas?
— Sí señor; y así, el entender y amar de Dios, es un sólo acto efectuado por las tres Personas, lo mismo que todas las acciones divinas que produzcan algo extrínseco a la divinidad (XXXIX, XLI).— ¿No hay, a pesar de ello, algunos actos que se atribuyan especialmente a determinadas Personas?
— Sí señor; y se les atribuyen en virtud de cierta conveniencia entre aquellos actos y los caracteres distintivos de la Persona; así, por apropiación, se atribuye la omnipotencia al Padre, al Hijo la sabiduría., y la bondad al Espíritu Santo, aunque los tres son igualmente poderosos, sabios y buenos (XXXIX, 7, 8; XLV, 6).— Luego siempre que hablamos de Dios en relación con el mundo, ¿entendemos hablar de El como uno en esencia y trino en Persona?
— Sí señor; excepto cuando hablamos de la Persona del Verbo en el misterio de la Encarnación (XLV, 6).
Catecismo de la Suma Teológica (Santo Tomás de Aquino)Por Tomás Pègues O.P.
(Ed. Difusión – Bs. Aires – Año 1945)
Publicado en: Stat Veritas
Visto en: Devoción Católica