El próximo 5 de Junio, será consagrado Obispo de Rodez, Francia, el padre Francois Fonlupt, un sacerdote que sostiene, entre otras cosas, teorías heréticas sobre la Eucaristía. Evidentemente, algo anda mal en el servicio de información del Vaticano en Francia.
El padre Fonlupt publicó, en Marzo de 2007, en la revista Chercheurs de Dieu (Nº 161), órgano del Servicio Nacional de Catequesis y Catecumenado, un artículo llamado "Comunión fraterna y Comunión en el Cuerpo de Cristo".
Según un comentario a este breve artículo publicado en Osservatore Vaticano, para el padre Fonlupt "el Cuerpo del Señor, su presencia de Resucitado, se hace presente a través del pan y del vino, pero también, de manera real y significante en la asamblea". Hay por lo tanto para él, equivalencia de realidad y de significado, entre las especies consagradas y la asamblea que celebra. Es decir que hay presencia real en la asamblea (Cuerpo místico), e inversamente presencia mística en el pan y el vino consagrados. En última instancia, esto es una herejía material muy cercana al concepto calvinista de la Eucaristía.
Pues 21 sacerdotes franceses, en representación de otros muchos parece que desilusionados con los nombramientos que efectúa la Santa Sede, le han escrito una súplica al Cardenal Mark Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos, carta que reproducimos abajo según nuestra traducción.
Osservatore Vaticano, publicación que la ha dedo a conocer, se ha reservado los nombres de los firmantes para no exponerlos a represalias. Pero adelantó que del total, 4 son religiosos, 2 miembros de institutos amparados en Ecclesia Dei, y 15 pertenecen al clero secular de distintas diócesis. Algunos han sido ordenados recientemente y otros tienen ya más de 20 años de sacerdocio, pero todos son menores de 50. Puede considerárselos tan partidarios de la reforma de la reforma litúrgica, como adversarios de las interpretaciones modernistas del Concilio Vaticano II. No se han incluido a seminaristas, que estaban deseosos de firmar esta súplica, para evitar represalias que en Francia serían durísimas.
Vamos a la carta:
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A su Eminencia el Cardenal Ouellet,
Prefecto de la Congregación para los Obispos
Eminencia:
Queríamos hacerle saber, que una gran parte de los sacerdotes y de los católicos de Francia, no comprenden el por qué de las actuales designaciones episcopales.
Las últimas tres o cuadro décadas, han sido testigos de la decadencia del catolicismo en nuestro país, fenómeno que continúa dramáticamente (decaimiento constante de la práctica dominical, del número de sacerdotes, de religiosos, de catecúmenos, de vocaciones, etc.)
No es imposible, que la Santa Sede se vea pronto obligada a convertir ciertas diócesis francesas, en administraciones apostólicas, teniendo en cuenta el número irrisorio de sus sacerdotes en actividad.
Pero este Catolicismo enfermo no ha muerto aún. Transformado por la terrible prueba de la secularización, tiene todavía, aunque no sepamos por cuánto tiempo más, la capacidad de revitalizarse: los grupos scouts, las escuelas verdaderamente católicas, los movimientos católicos, las múltiples comunidades nuevas, las jóvenes y vivaces comunidades tradicionales, las nuevas generaciones de sacerdotes realmente misioneros, las seminaristas diocesanos y las potenciales vocaciones tipo "generación Benedicto XVI", los posibilidades litúrgicas y vocacionales ofrecidas por el Motu Proprio Summorum Pontificum, las jóvenes familias numerosas, las activas agrupaciones en defensa de la vida.
Este catolicismo anhela dar vuelta una página mortífera de su historia: los abusos litúrgicos, la desastrosa predicación en lo que concierne a moral del matrimonio, el complejo antirromano latente (1), las prácticas sacramentales ilícitas (por ejemplo: las bendiciones de "matrimonios" entre divorciados, las absoluciones colectivas), la catequesis de dudosa ortodoxia acerca del sacramento de la Eucaristía, etc.
En este contexto, no podemos entender los nombramientos episcopales. Muchos obispos de Francia tienen un enfrentamiento creciente con este catolicismo revitalizado. Y para nosotros, constituye una inmensa decepción el ver que una parte de los nombrados hasta hoy, bajo el pontificado de Benedicto XVI, mantienen todavía un espíritu "generación 68" (2) más o menos reciclado, como si se hubieran reproducido por cooptación (3); mientras que la otra parte ha sido elegida, tratando de lograr un consenso imposible, entre hombres de una timidez reformadora extrema.
Los sacerdotes, religiosos y clérigos a los que nosotros representamos, desean que se haga, a una sociedad cada vez más indiferente, un anuncio claro del Evangelio. Y están animados por un sincero deseo de reconciliación y de paz entre los católicos de Francia, que se saben, en lo futuro, ampliamente minoritarios.
Pero para poner en ejecución una nueva pastoral, hace falta elegir nuevos pastores. Y resulta que los sacerdotes de entre 50 y 60 años que tienen un perfil pastoral, psicológico e intelectual sólido, que responde perfectamente a las necesidades vitales del nuevo catolicismo francés, son numerosos.
Eminencia, la salvación del catolicismo francés depende del nombramiento de obispos que respondan a sus necesidades reales y a sus verdaderas expectativas.
Expresamos a su Eminencia, nuestro profundo y religioso respeto, al mismo tiempo que le rogamos transmita al Santo Padre el Papa, el afecto devoto y respetuoso de éstos sus fieles hijos, sacerdotes de Jesucristo.
(1): Se ha dicho que la Iglesia en Francia tiene una tendencia separatista con respecto al Papa y a jurisdicción de Roma, conocida con el nombre de Galicanismo.
(2): La generación del 68 fue protagonista de los acontecimientos turbulentos del Mayo francés. Su espíritu es sinónimo de revolución y progresismo.
(3): Cooptar:Llenar las vacantes que se producen en el seno de una corporación mediante el voto de los integrantes de ella.
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Ilustra esta entrada: Retrato del Cardenal Louis Edouard Pie, obispo de Poitiers y modelo de obispo católico.
El padre Fonlupt publicó, en Marzo de 2007, en la revista Chercheurs de Dieu (Nº 161), órgano del Servicio Nacional de Catequesis y Catecumenado, un artículo llamado "Comunión fraterna y Comunión en el Cuerpo de Cristo".
Según un comentario a este breve artículo publicado en Osservatore Vaticano, para el padre Fonlupt "el Cuerpo del Señor, su presencia de Resucitado, se hace presente a través del pan y del vino, pero también, de manera real y significante en la asamblea". Hay por lo tanto para él, equivalencia de realidad y de significado, entre las especies consagradas y la asamblea que celebra. Es decir que hay presencia real en la asamblea (Cuerpo místico), e inversamente presencia mística en el pan y el vino consagrados. En última instancia, esto es una herejía material muy cercana al concepto calvinista de la Eucaristía.
Pues 21 sacerdotes franceses, en representación de otros muchos parece que desilusionados con los nombramientos que efectúa la Santa Sede, le han escrito una súplica al Cardenal Mark Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos, carta que reproducimos abajo según nuestra traducción.
Osservatore Vaticano, publicación que la ha dedo a conocer, se ha reservado los nombres de los firmantes para no exponerlos a represalias. Pero adelantó que del total, 4 son religiosos, 2 miembros de institutos amparados en Ecclesia Dei, y 15 pertenecen al clero secular de distintas diócesis. Algunos han sido ordenados recientemente y otros tienen ya más de 20 años de sacerdocio, pero todos son menores de 50. Puede considerárselos tan partidarios de la reforma de la reforma litúrgica, como adversarios de las interpretaciones modernistas del Concilio Vaticano II. No se han incluido a seminaristas, que estaban deseosos de firmar esta súplica, para evitar represalias que en Francia serían durísimas.
Vamos a la carta:
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A su Eminencia el Cardenal Ouellet,
Prefecto de la Congregación para los Obispos
Eminencia:
Queríamos hacerle saber, que una gran parte de los sacerdotes y de los católicos de Francia, no comprenden el por qué de las actuales designaciones episcopales.
Las últimas tres o cuadro décadas, han sido testigos de la decadencia del catolicismo en nuestro país, fenómeno que continúa dramáticamente (decaimiento constante de la práctica dominical, del número de sacerdotes, de religiosos, de catecúmenos, de vocaciones, etc.)
No es imposible, que la Santa Sede se vea pronto obligada a convertir ciertas diócesis francesas, en administraciones apostólicas, teniendo en cuenta el número irrisorio de sus sacerdotes en actividad.
Pero este Catolicismo enfermo no ha muerto aún. Transformado por la terrible prueba de la secularización, tiene todavía, aunque no sepamos por cuánto tiempo más, la capacidad de revitalizarse: los grupos scouts, las escuelas verdaderamente católicas, los movimientos católicos, las múltiples comunidades nuevas, las jóvenes y vivaces comunidades tradicionales, las nuevas generaciones de sacerdotes realmente misioneros, las seminaristas diocesanos y las potenciales vocaciones tipo "generación Benedicto XVI", los posibilidades litúrgicas y vocacionales ofrecidas por el Motu Proprio Summorum Pontificum, las jóvenes familias numerosas, las activas agrupaciones en defensa de la vida.
Este catolicismo anhela dar vuelta una página mortífera de su historia: los abusos litúrgicos, la desastrosa predicación en lo que concierne a moral del matrimonio, el complejo antirromano latente (1), las prácticas sacramentales ilícitas (por ejemplo: las bendiciones de "matrimonios" entre divorciados, las absoluciones colectivas), la catequesis de dudosa ortodoxia acerca del sacramento de la Eucaristía, etc.
En este contexto, no podemos entender los nombramientos episcopales. Muchos obispos de Francia tienen un enfrentamiento creciente con este catolicismo revitalizado. Y para nosotros, constituye una inmensa decepción el ver que una parte de los nombrados hasta hoy, bajo el pontificado de Benedicto XVI, mantienen todavía un espíritu "generación 68" (2) más o menos reciclado, como si se hubieran reproducido por cooptación (3); mientras que la otra parte ha sido elegida, tratando de lograr un consenso imposible, entre hombres de una timidez reformadora extrema.
Los sacerdotes, religiosos y clérigos a los que nosotros representamos, desean que se haga, a una sociedad cada vez más indiferente, un anuncio claro del Evangelio. Y están animados por un sincero deseo de reconciliación y de paz entre los católicos de Francia, que se saben, en lo futuro, ampliamente minoritarios.
Pero para poner en ejecución una nueva pastoral, hace falta elegir nuevos pastores. Y resulta que los sacerdotes de entre 50 y 60 años que tienen un perfil pastoral, psicológico e intelectual sólido, que responde perfectamente a las necesidades vitales del nuevo catolicismo francés, son numerosos.
Eminencia, la salvación del catolicismo francés depende del nombramiento de obispos que respondan a sus necesidades reales y a sus verdaderas expectativas.
Expresamos a su Eminencia, nuestro profundo y religioso respeto, al mismo tiempo que le rogamos transmita al Santo Padre el Papa, el afecto devoto y respetuoso de éstos sus fieles hijos, sacerdotes de Jesucristo.
(1): Se ha dicho que la Iglesia en Francia tiene una tendencia separatista con respecto al Papa y a jurisdicción de Roma, conocida con el nombre de Galicanismo.
(2): La generación del 68 fue protagonista de los acontecimientos turbulentos del Mayo francés. Su espíritu es sinónimo de revolución y progresismo.
(3): Cooptar:Llenar las vacantes que se producen en el seno de una corporación mediante el voto de los integrantes de ella.
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Ilustra esta entrada: Retrato del Cardenal Louis Edouard Pie, obispo de Poitiers y modelo de obispo católico.
Fuente: Página Católica