viernes, 16 de mayo de 2014

MILAGROS Y PRODIGIOS DEL SANTO ESCAPULARIO DEL CARMEN - 23


PADECE GRAVES ENFERMEDADES UNO QUE SE MOFA DEL ESCAPULARIO 
Y SANA LUEGO QUE LO VISTE ARREPENTIDO 

El Rvdo. P. Fr. Pablo de los Santos nos dice que en Praga había un caballero noble, llamado don Juan Bta. Castelo, cuya esposa, doña Bárbara, era devotísima del Santo Escapulario y muy observante en todo cuanto se prescribe para lucrar la Indulgencia Sabatina, de todo lo cual se burlaba el incrédulo esposo, tomándolo a burla y chacota. Sufríalo y soportábalo con gran paciencia la devota señora, pero un día le dijo: "No tomes a chanza y burla las cosas de la Virgen Santísima, no sea que atraigas sobre ti la cólera y el enojo del Señor." Y nunca tal dijera ni pensara, pues de allí a pocos días le sobrevino una penosa enfermedad, que se fue agravando día por día, hasta perder del todo la vista. Seis meses estuvo así, sin la menor esperanza de remedio, aunque llamó a los más célebres doctores de toda su patria. 

Viéndose en tan lamentable estado, comenzó a cavilar en lo presto que perdió su salud luego que su esposa le sugirió aquella fatídica sentencia. Mas Dios nuestro Señor, que le quería con salud, pero arrepentido, comenzó a infundirle la luz en su alma, a fin de que, conociendo sus yerros, pidiese perdón a Dios arrepentido, poniendo por intercesora a nuestra dulce Madre María. Estando embebido y ensimismado en semejantes ideas, se quedó transportado en un dulce sueño, logrando en él la mejor receta para su salud, pues con la viveza con que el sueño representa las cosas vio a la Virgen Santísima con hábito del Carmen, diciéndole que se impusiera cuanto antes el Santo Escapulario y que con él, juntamente con la vista, recibiría perfecta salud en su alma. Vuelto en sí, contó a su devota esposa lo que le había pasado. Y ella, enajenada de gozo y anhelando que recibiera el Escapulario, llamó inmediatamente a su confesor, el cual se lo impuso, recibiendo al par su confesión más humilde y fervorosa, y al momento de recibir la Sagrada Comunión recuperó de súbito la vista, manifestando el efecto milagroso que la receta, aunque soñada, tuvo un efecto rápido, eficaz y prodigioso. 

Este ejemplo nos manifiesta cuánto abomina Dios el que se tome a burla lo que pertenece a la gloria de su Madre y cuántas gracias hemos de dar a nuestra Madre por conservarnos la fe y el fervor y la esperanza en sus divinas promesas. 

Milagros y Prodigios del Santo Escapulario del Carmen 
por el P. Fr. Juan Fernández Martín, O.C.