- La invasión del Estado Islámico de grandes partes de Irak y Siria inició hace un año la huida masiva de la minoría cristiana que vivía desde hace siglos en regiones como Nínive.
- La persecución del grupo terrorista se dirige contra todas la minorías que no comulgan con su visión de barbarie y violencia.
Este jueves, 6 de agosto, los cristianos iraquíes conmemoran un triste aniversario: hace exactamente un año, cientos de ellos tuvieron que huir de la región de Qaraqosh, en las llanuras de Nínive. Según se calcula, más de 120.000 personas tuvieron que huir del avance del Estado Islámico. No han vuelto a sus casas todavía.
Una jornada que conmemorarán con rezos y la concienciación a través de redes sociales. Y con espacio para la esperanza. "El 6 de agosto es una día de duelo, pero también es el día en que Dios nos salvó, pues en definitiva estamos vivos. Celebraremos la Misa. Pediremos a Dios que perdone a los culpables y que cambie su modo de pensar", recoge un superviviente cristiano.
El 6 de agosto huyeron de Qaraqosh, pero la pesadilla había comenzado unas semanas antes, cuando llegó el Estado Islámico y las casas de los cristianos de las ciudades y pueblos de la región de Nínive empezaban a ser marcadas con una letra: ن (nuun). La 'n' de Nazarenos: el Estado Islámico comenzó a marcar a los creyentes, a los que no comulgan con su idea de barbarie y violencia. Ante la señal, miles de cristianos optaron por huir. Los que habían huído a la región de Qaraqosh lo hacían de nuevo: el EI volvía a avanzar, ante la poca resistencia que ofrecieron los kurdos. De Qaraqosh huyeron, como lo habían hecho otros miles desde Mosul un mes antes. Su vuelta todavía es incierta: ahora mismo, miles de ellos rezarán hoy, como todos los días, para poder retornar a sus hogares, a donde nacieron y crecieron.
Iglesias transformadas en "mezquitas de los muyahidines"
Con la invasión del 'EI', los últimos meses han visto cómo los islamistas radicales hacían todo lo posible por eliminar cualquier rastro del cristianismo y otras minorías. Lo hicieron públicamente: mostrando en las redes sociales su destrucción y desdén por todo aquello que no concordara con su visión del mundo.
Numerosas iglesias han quedado destruidas, y los islamistas buscan imponer su ley. El pasado mes de junio se difundía a través de medios iraquíes la transformación de la que era una de las iglesias más importantes de la región en una 'mezquita de los Muyahidines', los combatientes del Estado Islámico que dicen luchar en nombre del Islam. La Iglesia de San Efrén pertenecía a la Iglesia sirio-ortodoxa.
Antes de su conversión en mezquita los islamistas radicales habían derruido la cruz de su cúpula, y habían vaciado el edificio.
Incluso si vuelven, su futuro es incierto
Sueñan con volver. Pero aún cuando vuelvan, saben que sus vidas no serán fáciles. Una historia dura para un grupo que se ha mantenido en la misma región desde hace siglos. Étnicamente, los habitantes de la región llevan allí 6.000 años. Como cristianos, casi desde el inicio mismo del cristianismo.
Hay pocos lugares en el mundo en el que el cristianismo tenga raíces más profundas que en las regiones de Irak que ahora ocupa el Estado Islámico. Desde el nacimiento de Cristo hasta su llegada a la región pasaron menos de cien años: la fe cristiana llegaría de la mano de Santo Tomás, uno de los apóstoles, que envió a uno de sus seguidores a Mesopotamia para predicar el evangelio.
Hoy en día, la mayor parte de los cristianos que viven en Irak siguen respondiendo al nombre de asirios o caldeos Nombres milenarios, tomados de los reinos entre el Tigris y el Eufrates miles de años antes del nacimiento de Cristo.
Pero su futuro no está asegurado: son una minoría, y su seguridad, que nunca ha sido del 100%, no tienen visos de mejorar. Porque, como explicó hace unos meses el obispo de Kirkuk a lainformacion.com, la situación en el país no había sido fácil desde hace años. "La invasión americana no hizo ningún bien a Irak, y ningún bien a los cristianos. Desde entonces, comenzaron a aumentar los ataques, los secuestros, los ataques a Iglesias", explicaba monseñor Yousif Thomas Mirkis, "el 31 de octubre de 2010, hubo un ataque a la catedral de Baghdad, y hubo cerca de 50 muertos". Fue su particular 11-S, pero nada que ver con lo que se avecinaba. Ahora, muchos de ellos optarán por huir, pero el temor con la huida es el del olvido.
Fuente: lainformacion