viernes, 7 de agosto de 2015

MILAGROS EUCARÍSTICOS - 37


DESDE EL SAGRARIO VA A SANTA ROSA EL ANILLO

Santa Rosa de Lima, nacida en la ciudad de Lima, vivió una muy extraordinaria vida de santidad y muy angelical. Cuando Jesús la bendijo diciéndole: «Rosa de mi corazón, tú has de ser mi Esposa»; y la Virgen: «Mira, Rosa, el favor que mi Hijo se digna hacerte», determinó hacer un anillo que fuese la señal de su desposorio. Llamó a un hermano suyo y... pidió que le hiciese una medida para que pudiese fabricar un anillo el platero como ella quería, advirtiéndole que en el hueco de la piedra había de haber un Jesús y algunas letras que declarasen el asunto por el que el anillo se hacía... Le preguntó Rosa qué letras le parecía se podrían poner allí; a lo que respondió prontamente el hermano las mismas que le había dicho el Niño Jesús: «Rosa de mi corazón, tú has de ser mi Esposa», de lo cual quedó atónita... Le hizo el anillo como la Santa deseaba, y al día siguiente, que era Jueves Santo, se lo entregó al sacristán del convento del Rosario para que lo pusiese en la urna donde había de estar guardado el Santísimo Sacramento. Allí estuvo hasta el día de Pascua, y este día por la mañana, estando la virgen Rosa en la capilla donde se habían celebrado aquellas castísimas y divinas bodas, se vino a ella el anillo, y se puso en el dedo del corazón, quedando llena de gozos celestiales y confirmada con tantas demostraciones de que Jesús la había escogido para Esposa».

(Leyenda de Oro, 30. VIII).