La santa humildad es el fundamento de todas las virtudes. El que se humillare será ensalzado, mas aquel que se levantare será humillado. Dios no revela sus sublimes secretos, sino a los pequeños y humildes de corazón.
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Un pequeño grano de orgullo basta para echar a tierra la más alta y encumbrada santidad; penetraos bien del conocimiento de vuestras miserias y pecados y permaneced en vuestra nada…
Cuanto más nos humilláremos, tanto más Dios nos levantará y nos absorberá en la inmensidad de su Ser infinito.
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La humildad y el desprecio de sí mismo hacen evitar muchos males y ponen en precipitada fuga a los demonios.
San Pablo de la Cruz