Mientras la autodemolición de la Iglesia se profundiza cotidianamente, Francisco/Bergoglio se encuentra de parabienes en Brasil, gozando de su carnaval grotesco.
En el presente post, vemos la felicidad que tiene cuando saludó a un grupo de indios del Amazonas al finalizar un encuentro que lo tuvo como principal protagonista en el Teatro Municipal de Río de Janeiro: