sábado, 17 de abril de 2010

MÁRTIRES DE LA DIÓCESIS DE CIUDAD REAL



ÁNGEL ABENGOZAR SÁNCHEZ
Coadjutor de Santa María de Alcázar de San Juan

Nace en Alcázar de San Juan el dos de agosto de 1895; hijo de Jesús Abengózar Díaz Miguel, ganadero, y de Petra Sánchez Lizcano.
Bautizado a los pocos días de nacer en la Parroquia de Santa María la Mayor, el cinco de agosto del mismo año, por D. Álvaro Corrales, Cura Vicario de la parroquia.
Confirmado en la misma parroquia el día 8 de julio de 1901 por D. Casimiro Piñera y Naredo, Obispo de Dora y Prior de las Órdenes Militares en la misma Parroquia en la que sería acólito en sus primeros años y en torno al altar recibió la vocación sacerdotal. Vive y crece en la calle Puerta de Cervera, número 16 en un ambiente familiar cristiano y de especial devoción a la Virgen de Rosario patrona de la localidad. Ingresa en el seminario diocesano de Ciudad Real en 1910 siguiendo con lucimiento los estudios sacerdotales y recibe el Orden del Presbiterado en mayo de 1921; y canta su primera Misa el 31 del mismo mes en el altar de la Virgen de Rosario.
Casi toda su vida de sacerdote transcurre de Coadjutor en Alcázar de San Juan y en el anejo de La Alameda de Cervera.

Ya antes de declararse la persecución, en julio de 1936, sufre la persecución; y el mismo Jueves Santo, 29 de marzo, al concluir de predicar el sermón de la Pasión, es detenido con el pretexto de una algarada callejera, se le encarcela y durante veinte días se le somete a un duro y cruel suplicio. Desenmascarada al fin la insidia calumniosa, se le deja en libertad el 18 de abril, y opta por residir en la aldea de la Alameda del Castillo de Cervera y, al no sentirse seguro en este lugar, decide regresar a Alcázar de San Juan, poniéndose totalmente en manos de la Providencia. Debido a estos sufrimientos morales enferma hasta el punto de recibir la Unción de Enfermos.

El 17 de agosto es de nuevo encarcelado, haciéndosele objeto en la prisión de crueles sufrimientos. El 29 es sacado, al fin, en unión de don Clodoaldo Cañizares, coadjutor de la Parroquia de Santa Quiteria, y ambos son asesinados, el 30 de agosto, en el sitio denominado “La Sevillana”, de donde la Cruz Roja de Herencia trasladó sus cadáveres al cementerio de esta población. Don Ángel, conocido cariñosamente por el “cura piñón”, a penas había cumplido cuarenta y un años.

Terminada la guerra civil, desde el cementerio de Herencia, sus restos son trasladados a la Parroquia de Santa María la Mayor de Alcázar de San Juan y reposan en la capilla de Nuestra Señora del Monte Carmelo y en la lápida una sencilla inscripción :” D. Ángel Abengozar Sánchez, Coadjutor de esta parroquia, muerto el 30 de agosto de 1936”, donde se le venera como mártir.

MATÍAS-FABIÁN ÁLVAREZ RIVERA
Cura de Villarta de San Juan

Nació en Daimiel (Ciudad Real), el día 20 de enero de 1903. Fue hijo de Matías Álvarez Muñoz y Presentación Rivera Pareja, naturales de Daimiel En la Parroquia de Santa María la Mayor recibió el Bautismo de manos de D. José María Rodríguez de Guzmán, el día 25 de enero.

En la calle La Plaza transcurrió su infancia hasta que se traslada a Ciudad Real el año 1913 para iniciar los estudios eclesiásticos en el Seminario, continuando desde el 1924 en Burgos donde se licenció en Sagrada Teología. Acabados brillantemente sus estudios fue ordenado de sacerdote y celebra su canto de Misa, el 9 de mayo de 1927, en la parroquia donde fue bautizado. Ordenado sacerdote, su primer destino fue Coadjutor de Membrilla, donde estuvo poco tiempo; pero fue muy querido del pueblo. Después es enviado (también de Coadjutor) a la Solana. El destino siguiente fue Párroco de Villarta de San Juan distinguiéndose por su especial esmero por la Catequesis, implantación de la Acción Católica siendo nombrado por el Excmo Sr, Obispo Consiliario el 6 de junio de 1934, amor a la Eucaristía y a la Santísima Virgen.

Especialmente devoto de la Santísima Virgen se celebraba cada año la novena y fiesta de la Inmaculada con actos religiosos y culturales. Constituye una página de oro en la historia de Villarta de San Juan la gesta del pueblo alentado por su párroco de la construcción de una nueva ermita a la Patrona de Villarta, Nuestra Señora de la Paz, organizándose cultos y festejos extraordinarios los días 23 y 24 de enero de 1936 como preparación para bendición solemne de la nueva ermita por el Sr. Obispo.
En Villarta de San Juan le cogió la persecución religiosa y el 25 de julio de 1936 se vio obligado a salir de Villarta. El padre, de nombre Matías como el hijo sacerdote, fue a por él y sus cosas en un camión, pensando que estaría más seguro en Daimiel, por ser su pueblo natal. Permaneció oculto en la casa paterna de donde fue sacado varias veces con el consabido pretexto de prestar declaración. Finalmente, en el convento de las Monjas Mínimas, convertido en horrible checa apresaron a este sacerdote, el día 22 de agosto, era medio día. Y, entrada la noche, fue asesinado con otros cinco sacerdotes y algunos seglares. Sus restos reposan en el cementerio de Daimiel.
Los padres de D. Matías, tenían un familiar muy próximo que gozaba de mucha influencia y autoridad entre los que mandaban en Daimiel durante la guerra civil y, valiéndose de ello, sacó varias veces de la cárcel y libró de la muerte a algunos familiares. Terminada la guerra, al juzgar a esta persona, quienes fueron librados de morir, testificaron a favor suyo. En el juicio, el fiscal le dijo: ¿-V. tenía también otro familiar sacerdote? –Sí, respondió –; Y a éste ¿por qué no lo salvó V.?” Continúo el fiscal. La respuesta fue rápida y lacónica: -“¡Porque era CURA!”. Valioso testimonio de primera mano y documentación histórica del martirio de tan ejemplar sacerdote.



CARLOS ÁLVAREZ RODRÍGUEZ
Adscrito a la Parroquia de Herencia

D. Carlos Álvarez Rodríguez, nace en Herencia el 7 de abril de 1869. Sus primeros estudios los realiza bajo la dirección del párroco de Herencia, D. Salustiano Almeida y los termina en el seminario de Ciudad Real donde recibe la ordenación sacerdotal el día 31 de diciembre de 1893 y en la fiesta de la Epifanía del Señor celebra su primera Misa, 6 de enero de 1894.
Ejerce el ministerio sacerdotal primero como coadjutor de Tomelloso, y en julio de 1898 pasa de Ecónomo a Santa María de Alcázar de San Juan; finalmente llega a su pueblo de Herencia como coadjutor y permanece hasta que es asesinado.
Sabiendo de su generosidad, incluso momentos antes de su muerte, le pidieron como precio para salvarlo quince mil pesetas. Con eso, "pagó" sólo cuatro meses de vida, al cabo de los cuales es asesinado en la casa de D. Gabriel Enríquez, convertida en “checa”, junto con otros muchos, sacerdotes y seglares, que son arrojados a la tristemente célebre mina de Camuñas (Toledo). Era el 25 de noviembre de 1936. Hombre sencillo, generoso con los pobres y celoso por el decoro del templo dona el retablo de la iglesia parroquial y valiosos ornamentos sagrados, tristemente destruidos en la guerra civil.
D. Carlos preparó a todos sus compañeros de prisión para la muerta, absolviéndolos y exhortándolos a perseverar en la fe.


D. ARCADIO ALVAREZ SORIANO
Párroco de Cabezarados

D. Arcadio Álvarez Soriano nace en Almadenejos (Ciudad Real) el 13 de noviembre de 1880, y es bautizado el día 21 de noviembre del mismo año en la Parroquia de la Inmaculada Concepción por el párroco D. Santiago Navarro y se le puso los nombres de Arcadio, José y Domingo. Hijo de Domingo Álvarez Molina, natural de Almodovar del Campo y Carmen Soriano Gijona, de Argamasilla de Calatrava.
El padre, D. Domingo Álvarez, maestro de escuela, ejerce mucho tiempo en Almodovar del Campo (Ciudad Real), donde D. Arcadio pasa la casi totalidad de los años de niño y seminarista, razón por la que ha sido tenido por vecino de Almodóvar del Campo. Debido al buen ambiente familiar pronto destaca por su capacidad y brillantez intelectual. Cursa los estudios eclesiásticos en el Seminario de Ciudad Real y, obtiene el bachillerato en Teología en Toledo, destacándose por su cultura, cualidades humanas cultivadas desde niño en una familia profundamente cristiana.
Bachiller en Teología, toma parte en el concurso a parroquias del año 1904 durante el pontificado del obispo Piñera, consiguiendo, antes de ser ordenado de presbítero el 26 de octubre de 1905, la Parroquia de Cabezarrubias del Puerto donde ejerce el ministerio sacerdotal muchos años hasta que permuta por la de Cabezarados.

Al amanecer del día 19 de julio de 1936 un grupo de milicianos registran la casa parroquial de Cabezarados, con el pretexto de buscar armas, y junto con su hermana son expulsados de la casa. Ambos son recogidos en casa del Sr. Zamora, vecino del pueblo
Por fin, el 6 de agosto de 1936 se le obliga a salir del pueblo junto con su hermana. El día 12 de este mismo mes y año, a tres kilómetros del pueblo, es asesinado, tras sufrir horribles vejaciones, insultos y atrocidades. Su cadáver fue arrojado el fondo de la mina "Los Cartageneros", sin que haya sido posible sacar los restos.
En el lugar de la muerte, el sacerdote D. Antonio Martín López, recientemente fallecido, siendo párroco de Cabezarados, hizo colocar una cruz en el lugar donde fue asesinado en su memoria.
Desde esta columna hacemos una llamada a familiares, paisanos de Almadenejos, vecinos de Almodovar del Campo lugar donde se crió, feligreses de las parroquias de Cabezarrubia del Puerto y Cabezarados donde ejerció el ministerio sacerdotal y a cuantos pudieran aportar documentación y testimonios con el fin de completar el expediente para su pronta beatificación por martirio.


ISIDRO ARROYO CHACÓN
Capellán de Manzanares

ISIDRO ARROYO CHACÓN nació en Membrilla (Ciudad Real) el día 28 de noviembre de 1868. Cursó los estudios eclesiásticos en el Seminario de Madrid apadrinado por don Antonio Chacón y Muñoz, natural de Membrilla y Rector de dicho seminario aunque fue ordenado sacerdote en Ciudad Real, el 19 de diciembre de 1891. Transcurre toda su vida en Manzanares como capellán de religiosas Concepcionistas de la enseñanza. De aspecto bondadoso, pacífico y bonachón gozaba de especial habilidad para reconciliar entre sí a las familias con problemas que acudían a él como intercesor.

Septuagenario, en 1936, y muy enfermo, el día 12 de agosto de 1936 violentamente lo arrastraron a la calle en pleno medio día. El calor asfixiante en el agosto manchego, su enorme peso y su enfermedad le hicieron caer muerto rápidamente. Con todo, fue rematado a golpes y tiros en la misma vía pública. Sin haber sido sometido a juicio, y por su condición de sacerdote, fue asesinado en Manzanares. Era el 12 de agosto de 1936.


FEDERICO AVENGOZA REMÓN DE MONCADA
Coadjutor de Herencia

Federico Avengoza Remón de Moncada, nace en Herencia el 25 de febrero de 1871, donde pasa su infancia hasta que respondiendo a la llamada de Dios al sacerdocio estudia primero en el Colegio de Vocaciones eclesiásticas de Murcia y más tarde en el Sacro Monte de Granada, terminando los estudios en Toledo y es ordenado de Presbítero por el Cardenal Sancha el 18 de marzo de 1899. En Herencia, canta Misa el día 25 del mismo mes. Ejerció el sacerdocio en sus primeros años en la Diocesis de Toledo como cura de Cabañas de la Sagra; después como Coadjutor de Santiago del Arrabal y como Cura Encargado, últimamente, de la Concepción en el propio Toledo. El año 1909 llega a su pueblo natal como Sacristán- Sacerdote, oficio que desempeña hasta el martirio.
No obstante hallarse enfermo en cama, lo conminan a presentarse, en el plazo de una hora, en la casa de D. Gabriel Enríquez. Tiempo que aprovecha para rezar el Rosario en compañía de su hermana. Esa misma noche del 25 de noviembre de 1936, es asesinado junto con otros veinticinco, entre seglares y sacerdotes. Su cadáver, junto con otros, es arrojado a la mina abandonada en la carretera de Puerto Lápice, sin posibilidad alguna de poder extraer para conservar los restos mortales.
En su oficio de sacerdote- sacristán es considerado como un servidor ejemplar en el encargo de cuidar el decoro del templo y la dignidad de las celebraciones. Fue perseguido por el único motivo de ser sacerdote como el resto de sus compañeros sacrificados en Herencia


VICTORIANO BEAMUD SAÑOSO
Cura de Arenales de San Gregorio

Nace en Campo de Criptana a las once de la noche del día 8 de mayo del año 1892 en una familia humildes y cristiana. Fueron sus padres Valeriano Beamud y Rodríguez Manzaneque, naturales y vecinos de Campo de Criptana y María de la Cruz Sañoso y Gómez. En el momento de su nacimiento el padre de profesión carpintero a penas tenía veintisiete años y la madre dedicada a las labores del hogar, veintidós años.
En Toledo cursó los primeros estudios de Latinidad, Humanidades y filosofía. En Ciudad Real cursa la Teología y pasa, últimamente, a Valencia donde obtiene la licenciatura en Sagrada Teología.
En marzo de 1916, es ordenado de Presbítero y el día 23 de abril canta la primera Misa en su parroquia natal, donde fue bautizado, aunque desconozcamos detalles del mismo por haber desaparecido el Archivo Parroquial en la guerra civil.
En el comienzo de su ministerio ejerció de Coadjutor de Fuencaliente y, al poco tiempo, es trasladado a Alcázar de San Juan como Coadjutor de Santa María la Mayor, permaneciendo en ésta doce años. Pasa a Campo de Criptana como Capellán del Asilo y a la vez regenta la Parroquia de Arenales.

Procedía de una familia trabajadora y muy humilde. Esto le da la posibilidad de hacer mucho bien entre los obreros y los pobres de su pueblo. Labor que no impidió fuera perseguido y detenido. Apenas iniciada la persecución religiosa en el mes de julio de 1936, es detenido, previo riguroso registro de su domicilio. El día 26 de julio se le anuncia que podrá volver a su casa (cosa que creyó cándidamente). Nada más traspasar los umbrales de la prisión, desde el interior de la misma le disparan y cae muerto a unos pasos de la puerta. Eran las 10 horas y treinta minutos del día 26 de julio Sus restos reposan en el cementerio de su pueblo natal.

Buen sacerdote, la motivación de la muerte fue precisamente su condición de sacerdote “lo mataron porque era cura”, dicen quienes le conocieron.
Desde esta columna hacemos una llamada a familiares, paisanos y vecinos delos pueblos en los que ejerció el sacerdocio para que nos transmitan testimonios y noticias referentes a D. Victoriano


D. VICENTE BORRELL DOLZ
Párroco de Tomelloso

Vicente Borrell Dolz nace en Valencia el día 22 de enero del año 1876. Su infancia transcurre en un clima austero de familia numerosa, cinco hermanos. Inicia los estudios eclesiásticos en Valencia, y cuando su familia se traslada a Valdepeñas (Ciudad Real) continúa y finaliza brillantemente su formación sacerdotal en el seminario de Ciudad Real. Huérfano de padre, la madre debe atender con mil esfuerzos a sus cinco hijos, el mayor de los cuales es el seminarista. Vicente, ordenado Sacerdote en 1900, se convierte en el padre de sus hermanos y consuelo de su anciana madre. Ejerce el ministerio sacerdotal como coadjutor en Valdepeñas y, vacante la Parroquia de Tomelloso participa en el concurso del año 1913, obtiene la Parroquia de Tomelloso en propiedad y permanece durante 30 años ininterrumpidos en Tomelloso, hasta su muerte. Fue uno de los ocho Párrocos consultores que asesoraban al Sr. Obispo en el gobierno de la Diócesis.
El asesinato de D. Vicente Borrell, el día 16 de agosto de 1936, es uno de los hechos que más se recuerdan todavía en Tomelloso, quizás por la significación de la víctima, por la forma en que ocurrieron los hechos y por la cantidad de personas que, directa o indirectamente, participaron en el mismo. D. Vicente Borrell en años anteriores había tenido problemas que le enfrentaron con el ayuntamiento republicano que pretendía derrumbar una parte de la iglesia parroquial, el “pretil” para ampliar una calle y el párroco se opone.

A este enfrentamiento un acontecimiento desafortunado vino a enturbiar más las relaciones entre el párroco, autoridades y parte de los vecinos: el asunto de "El Pichele". Un joven, al que apodaban así, dirigió un anónimo al párroco exigiendo una determinada cantidad de dinero. El párroco pone en conocimiento del chantaje recibido a la Guardia Civil que decidió tender una trampa al autor del anónimo y detenerle en el lugar donde D. Vicente debía depositar el dinero, cerca del cementerio. Cuando el estafador- "El Pichele" fue a recoger la cantidad exigida, se encontró con la Guardia Civil que le dio el alto sin obedecer intentando escapar. La guardia civil disparó y el “chantajista” herido de gravedad moría unos días después. El pueblo nunca perdonó al párroco la denuncia del anónimo a la Guardia Civil y la muerte de este joven. El carácter de venganza colectiva que tiene esta muerte parece demasiado evidente
Acaeció la revolución y el cura fue detenido. Una entrega de dinero a los dirigentes, le libró del primer encuentro. Huyó de la población y de nuevo fue atrapado, en dramáticas circunstancias. Ya encarcelado, fue humillado, maltratado y herido. El "populacho" apareció y el suplicio del sacerdote inició su ascensión, ya inevitable. Desde la prisión siguió por su calle de amargura, seguido de su anciana madre, implorando misericordia. Aquella multitud sintió la embriaguez de sangre y acaso no faltó quien dejara de mancharse con la del desgraciado anciano. Más de ochenta heridas le fueron contadas en su cuerpo despedazado y las entrañas esparcidas por el suelo. En las paredes del cementerio fue martirizado cruelmente. Al finalizar la guerra civil sus restos fueron trasladados a la parroquia. El relato del asesinato de D. Vicente coincide a grandes rasgos con el que hizo, pocos años después de los acontecimientos, la propia hermana del asesinado, Pilar Borrell (Cf. Francisco J. Navarro Ruiz.: La Segunda República y la Guerra Civil en Tomelloso (1930 1940) B.A.M, Ciudad Real, 2000, pp.182-187).


JAIME EUSEBIO CABAÑERO Y CABAÑERO
Párroco de Puertollano

Nace en Puertollano (Ciudad Real), el día 5 de marzo del año 1873, y bautizado en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción el día 6 del mismo mes, por don Feliciano Muñoz, inscrito con los nombres de Joaquín Eusebio.
Hijo de Juan Bernabé Cabañero y Pascuala Cabañero. Su infancia transcurre en la calle de las Cruces, n. 1, en un ambiente cristiano y de sencillez, a pesar de su buena posición económica; el padre era propietario de bienes rústicos. Habitaba una casa de su propiedad situada en lugar céntrico y se veía siempre frecuentada de pobres
Cursa los estudios eclesiásticos en el Seminario de Ciudad Real y es ordenado sacerdote en 1897. Su ministerio sacerdotal estuvo consagrado siempre a la ciudad minera, donde pasó toda su vida haciendo el bien, metido siempre en la parroquia, como en guardia perenne de celo y apostolado, respetado y admirado de todos.

El 26 de julio de 1936, al día siguiente de la fiesta del Apóstol Santiago, fue obligado a salir de su casa a la que no volvería. Llevaba puesta su sotana, consciente de que iba a la muerte. Lo pasearon, en medio de golpes e insultos y amenazas, a lo largo del céntrico Paseo de San Gregorio, hasta la ermita, ya incendiada y devastada de la Virgen de Gracia, Patrona de Puertollano. Una vez allí, dijo: "Vais a matarme... Pues yo os ruego que sea aquí, cabe las ruinas y a la puerta de la Virgen de Gracia". Y allí murió, de rodillas, con el breviario en la mano y manifestando su amor a la Virgen. A las quince horas y treinta minutos del día 26 de julio de 1936 caía asesinado el segundo de los sacerdotes en la diócesis de Ciudad Real. Sus restos reposan en un nicho familiar en el cementerio de Puertollano.

D. Jaime ha sido y es considerado como un sacerdote muy fiel, caritativo, sencillo y su muerte sólo motivada por ser sacerdote. Desde la Prisión Preventiva de Almodovar del Campo el Párroco de Puertollano, D. Enrique García escribía a D. Gaspar Naranjo Molina, coadjutor de Puertollano librado milagrosamente de la muerte, refiriendose a la muerte de D. Jaime: “...Ya sabe Ud. lo del pobre compañero D. Jaime. ¡Que él interceda por nosotros desde el Cielo, en donde estará seguramente gozando el premio de sus virtudes y de su martirio”.
Desde esta columna hacemos una llamada a cuantas personas le conocieron y trataron que puedan aportar noticias y documentación con el fin de completar el expediente para su pronta beatificación

GABRIEL CAMPILLO SÁNCHEZ DE LA BLANCA
Párroco de Montiel

Nace en San Carlos del Valle (Ciudad Real) el día 18 de marzo de 1886, en el seno de una familia cristiana, recibiendo el bautismo a los dos días de nacer en la Iglesia Parroquial del Santísimo Cristo del Valle. Fueron sus padres Gabriel Campillo Ruiz, practicante de profesión y Elena Sánchez de la Blanca Arroyo. Él era el tercero de nueve hermanos de una familia acomodada.
Cursa estudios de sacerdote en los Seminarios de Ciudad Real y Toledo. Ordenado Presbítero celebra su primera Misa el 7 de julio de 1912 ante el Santísimo Cristo del Valle, Patrono de San Carlos del Valle. Es enviado primeramente a Valverde como cura propio. El año 1919 ya es cura de Montiel por permuta con don Agustín Moreno Luján.

Corno párroco de Montiel (Ciudad Real), se distinguió no sólo por su preocupación religiosa y la restauración del templo parroquial que estaba en ruinas cuando él llegó, esforzándose además por socorrer a los más necesitados y por dotar al pueblo de escuelas, cementerio, fábrica de luz y aguas, y por urbanizarlo; así como por colaborar en conseguir toda clase de beneficios y resolver las diversas necesidades del pueblo, así fue como ayudó a hacer una fábrica de harinas y a extinguir la plaga de langosta, creó una banda de música y un grupo de teatro, además contribuyó a la creación de centenares de bibliotecas públicas en toda España, por lo que en su día fue merecedor de los aplausos y menciones honoríficas de los organismos públicos y oficiales. D. Gabriel fue un sacerdote celoso por el bien espiritual y material de su pueblo.
A pesar de tantos y reconocidos méritos por los incontables bienes aportados al pueblo, al iniciarse la Guerra Civil fue objeto de persecución y tiene que refugiarse en su pueblo natal, San Carlos del Valle, los paisanos de Montiel en un gesto de gratitud le ayudan a trasladar a su pueblo todas sus pertenencias. En San Carlos del Valle es acogido por sus padres y hermanos, pero el 18 de noviembre de 1936 vienen a por él por segunda vez milicianos de Montiel y esta vez consiguen llevárselo enfermo y con fiebre, tras encerrar a sus hermanos para que no se opusieran a su marcha. Le amenazaron con matar a sus hermanos si no se entregaba y é se entregó tranquilizando a sus padres “ A mis hermanos no les pasará nada. Ellos tienen sus hijos. Me buscan a mí.” Del lecho y de los brazos de sus padres fue arrancado violentamente y llevado a Montiel. Durante dos días le ocasionan los sufrimientos más horrorosos y despiadados, tras el cruel martirio fue asesinado de seis tiros de pistola en la cabeza el 20 de noviembre de 1936
Sus restos mortales trasladados para recibí cristiana sepultura el 16 de octubre de 1939 en Montiel al cementerio de San Carlos del Valle. El día 6 de diciembre del año 1964, por orden del Sr. Obispo D. Emeterio Echevarria fueron trasladados a la iglesia parroquial de Santísimo Cristo del Valle.
Desde su muerte fue reconocida la fama de mártir y perdura en la actualidad tanto en Montiel como en San Carlos del Valle.

Biografía elaborada por Teresa Campillo Campillo


RAMÓN CAMPILLO VILLENA
Coadjutor de Santa María de Daimiel

Nace en 1888 en el seno de una familia acomodada de La Solana, su padre era médico, y muy cristiana, pues algún hermano más fue seminarista. El 1900 comienza los estudios eclesiásticos en el seminario de Ciudad Real y, aprobado el primer cursó, pasa a continuar los estudios en Toledo, donde ingresó en los Operarios Diocesanos, que completaron su formación en Burgos, donde cantó Misa en 1911. Durante cuatro años, fue Vicerrector de Valladolid. Finalmente, por circunstancias familiares, se vio obligado a dejar a los Operarios y volver a nuestra Diócesis. En su pueblo natal ejerce algún tiempo la Capellanía del Convento de las Dominicas. Pasa a Ecónomo de Alhambra y, sucesivamente, Coadjutor en Campo de Criptana ; Cura de Cózar y, por fin, Coadjutor de Santa María de Daimiel donde le sorprende la persecución religiosa en julio del año 1936..l
Por motivos de seguridad sus hermanos le invitan a ir a La Solana y no aceptó, ya que ellos "tenían hijos" y su presencia podría comprometerles, decía. Permanece en Daimiel acogido en casa de los señores de Herrero hasta que una criada lo delata y es apresado. La madrugada del 18 de noviembre del 1936 es asesinado en las tapias del cementerio. El coche que le lleva al cementerio era conducido por un joven daimieleño de muy honorable familia y entrañable amigo suyo en días mejores.
En octubre de 1939 al ser exhumados los restos para proceder a trasladarlos a su pueblo natal donde reposan se aprecia que el cadáver fue enterrado desnudo y descalzo.
Por los escasos testimonios escuchados y conociendo el talante de la persecución religiosa en Daimiel, la opinión común es que ejerció siempre el ministerio con ejemplaridad y la motivación de la muerte fue por ser sacerdote.

EMILIANO CAMPILLOS RÁEZ
Capellán de Las Mínimas de Daimiel

Emiliano nace en Daimiel el día 18 de septiembre del año 1897. Fueron sus padres José Joaquín Campillos Fernández de Silva y María Teresa Raez de la Zarza. Bautizado el día 22 de septiembre en la parroquia de Santa María. Cursa los estudios eclesiásticos en el Seminario de Ciudad Real, es ordenado sacerdote el 20 de junio de 1920 junto con D. Antonio Martínez Giménez, natural de Terrinches y D. Rosario de Lope Castellanos, natural de Villanueva de los Infantes, por el Excmo Sr. D. Javier Irastorza, Obispo Prior de las Órdenes Militares y celebra su primera Misa el día 24 de junio del año 1920 en la parroquia donde fue bautizado.
Ordenado sacerdote fue nombrado secretario del Sr. Obispo (julio de1920); en octubre de 1922 pasa a Daimiel como Coadjutor de Santa María la Mayor; posteriormente, el 15 de febrero de 1929 de cura ecónomo a Torralba de Calatrava; y en diciembre de 1933 es nombrado Capellán de las monjas Carmelitas de Daimiel. A su vez daba clases de Latín y de Ética en la Academia de 2ª Enseñanza de Daimiel.
En compañía de su madre y sus hermanas transcurre su vida de sacerdote en la calle Jesús n.1 de Daimiel, dedicado a su ministerio y a la familia y con un comportamiento correctísimo. Expulsada toda la familia de la casa en que vivían se refugia junto con su madre y hermanas en casa del otro hermano Juan Francisco, y permanece escondido en la calle Maestro Baeza n.3, propiedad del mismo. Por esos días llega el Padre de la Compañía de Jesús D. Manuel González huyendo de Ciudad Real y pide ayuda y asilo. Es bien recibido y los dos sacerdotes permanecen escondidos en la misma casa de Juan Francisco. Ahí celebran diariamente la Santa Misa.

Los milicianos de Daimiel, que buscan a ambos sacerdotes, apresan a Juan Francisco para que denuncie el paradero de éstos a lo que se resiste, a pesar de los malos tratos y palizas, que dejarían huellas y lesiones para el resto de su vida. Al enterarse de la situación en la que se encontraba Juan Francisco, ambos sacerdotes salen del escondite y se presentan en el Ayuntamiento de Daimiel diciendo:"suelten a mi hermano que es un padre de familia. Es inocente y de mí hagan lo que quieran". Era el día 17 de agosto de 1936 y el 21 fue asesinado en el lugar conocido por el “Carrerón” . Su hermana Matilde recogió en el Ayuntamiento los enseres del hermano sacerdote: el reloj, un crucifijo y una servilleta.
El cadáver es recogido por la Cruz Roja el mismo día en un majuelo al lado de la carretera que de Daimiel lleva a Manzanares. D. Emiliano muere abrazado a su crucifijo; el mismo que su hermana Matilde recogería en el Ayuntamiento de Daimiel. El 29 de mayo de 1960 los restos mortales fueron inhumados en el Valle de los Caídos.

Tomado de: www.persecucionreligiosa.es/