La madrugada de este jueves un grupo de desconocidos entraron a la Basílica de Nuestra Señora del Rosario, donde causaron serios destrozos: El gobernador Mario López Valdez calificó el hecho como un atentado a la fe.
Un grupo de sujetos armados causó destrozos en la catedral de Culiacán —en pleno centro de esa ciudad—, en cuyo interior quemó bancas, decapitó efigies, pintarrajeó y destruyó cuadros con imágenes religiosas y artículos ornamentales y litúrgicos, e intentó incendiar el templo.
Los hechos ocurrieron durante la noche de miércoles a jueves, en la Catedral de Nuestra Señora del Rosario.
El gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, señaló que a raíz de los hechos referidos fue instrumentado un operativo en los 18 municipios del estado con el fin de cuidar las capillas ante posibles ataques.
Autoridades religiosas y civiles, entretanto, se abocaron a determinar el monto de los daños materiales causados al mobiliario y la nave de la Catedral.
López Valdez señaló la presunción de que los atacantes pudieron haberse introducido a la Catedral durante la noche con intención deliberada de causar los destrozos, puesto que no se tienen evidencias de que pudiera tratarse de un robo.
Diversas imágenes fueron tiradas al suelo, algunas fueron decapitadas y otras destruidas en su totalidad, así como las alcancías donde se recolectan la limosnas.
Alfonso Carlos Ontiveros Salas, titular de la Secretaría de Seguridad Pública municipal, comentó, por su parte, que podría tratarse de una acción de fanatismo, ya que no se registra la extracción de objetos o dinero de la limosna de los cepos.
ATAQUE A CAPELLÁN. Apenas el viernes pasado el capellán de la Iglesia de Cristo Resucitado, de Culiacán, Simón García Casas, fue atacado a cuchilladas, dentro de su capilla, por un solitario agresor que le causó siete heridas de consideración. El sacerdote está ya fuera de peligro, pero aún se recupera del ataque.
El templo de Cristo Resucitado está ubicado en la colonia La Compañía, en la capital sinaloense.
Como reacción al ataque a García Casas, el obispo de la Diócesis de Culiacán, Jonás Corona Guerrero, expresó en los medios de información estatales:
“Lamentamos junto con toda la ciudad de Culiacán la violencia en la que estamos inmersos, todos somos familia y debemos trabajar para vivir como hermanos.
“Todos queremos un Culiacán y un Sinaloa en paz social, por eso se necesita que unamos esfuerzos y nos convirtamos en constructores de paz”.
Corona Guerrero precisó que tanto los movimientos apostólicos de la Iglesia como los organismos de la sociedad y las instituciones responsables deben trabajar conjuntamente por conservar el orden y la armonía de los culiacanenses.
Fuente: Ecce christianus
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