Bagdad, 02 de noviembre 2010. (ACI). En la homilía de la Misa de funerales tras la masacre de extremistas musulmanes que acabó con la muerte de 53 personas en la Catedral católica de esta capital, el Arzobispo de Bagdad, Cardenal Emmanuel III Delly, señaló que "no tenemos miedo de la muerte ni de las amenazas" y expresó su voluntad de permanecer en Irak porque "somos los hijos de este país".
Según señala AFP, unas 700 personas abarrotaron la iglesia de San José en donde al comienzo de la Misa estaban siete ataúdes. La Eucaristía fue interrumpida varias veces por la entrada de otros ocho, aplaudidos fuertemente por los presentes.
El Cardenal dijo sobre el ataque que los cristianos ese día "vinieron a la iglesia para rezarle a Dios y para cumplir con su deber religioso, pero la mano del diablo entró en este lugar de culto para matar".
En medio de la profunda consternación ante el ataque más grave contra la comunidad católica en este país, el Arzobispo señaló que "no tenemos miedo de la muerte ni de las amenazas" después de que muchos cristianos dijeron desde el domingo que quieren abandonar Irak. "Somos los hijos de este país y permaneceremos en Irak junto con nuestros hermanos musulmanes para glorificar el nombre de Irak", añadió.
"El gobierno atenderá a los heridos, indemnizará a las familias de las víctimas y financiará inmediatamente la reparación de la iglesia", indicó en un comunicado el portavoz del gobierno, Ali al Dabagh.
Antes de la Misa, una procesión acompañó los féretros de los dos sacerdotes asesinados el domingo: el P. Wasim Sabih, de 27 años, y el P. Athir, de 32, hasta la iglesia de San José.
Uno de los sobrevivientes del ataque y tío del P. Athir, Salem Ablahad Boutros, relató a AFP que ese día este sacerdote "estaba rezando y leyendo un pasaje de la Biblia cuando llegaron los hombres armados". "Dijo: 'mátenme a mí, pero dejen a los fieles en paz'", agregó.
Una joven de 24 años que presenció el hecho explica que lo que sucedió a continuación fue que "los hombres armados le dijeron: 'conviértete al islam, porque de todas formas vas a morir' y le dispararon en la cabeza".
El Papa Benedicto XVI condenó enérgicamente este brutal ataque de fundamentalistas musulmanes contra los fieles que se reunían el sábado por la noche en la Catedral católica de rito Sirio en Bagdad.
Según una fuente del ministerio del Interior, 46 católicos murieron y 60 resultaron heridos en el ataque el domingo por la tarde. Siete miembros de las fuerzas de seguridad murieron en el asalto posterior.
Tomado de: Catolicidad