sábado, 31 de diciembre de 2011

EL AMOR DE DIOS


Autor: San Alfonso Mª de Ligorio

Pues amemos nosotros a Dios,
porque Dios nos amó primero.

(1 Jn. 4, 19)

PUNTO 1

Considera, ante todo, que Dios merece tu amor, porque Él te amó antes que tú le amases, y es el primero de cuantos te han amado (Jer. 31, 3). Los que primeramente te amaron en este mundo fueron tus padres, pero no sintieron ni pudieron tenerte amor sino después de haberte conocido.

Mas antes que tuvieras el ser, Dios te amaba ya. No habían nacido ni tu padre ni tu madre, y Dios te amaba. ¿Y cuánto tiempo antes de crear el mundo comenzó Dios a amarte?... ¿Quizá mil años, mil siglos antes?... No contemos años ni siglos. Dios te amó desde la eternidad (Jeremías 31, 3).

En suma: desde que Dios fue Dios, te ha amado siempre; desde que se amó a Sí mismo, te amó también a ti. Con razón decía la virgen Santa Inés: “Otro amante me cautivó primero”. Cuando el mundo y las criaturas la requerían de amor, ella respondía: No, no puedo amaros. Mi Dios es el primero que me amó, y es justo que a Él sólo consagre mis amores.

De suerte, hermano mío, que eternamente te ha amado tu Dios; y sólo por amor te escogió entre tantos hombres como podía crear, y te dio el ser y te puso en el mundo, y además formó innumerables y hermosas criaturas que te sirviesen y te recordasen ese amor que Él te profesa y el que tú le debes. “El Cielo, la tierra y todas las criaturas –decía San Agustín– me invitan a que te ame”. Cuando el Santo contemplaba el sol, la luna, las estrellas, los montes y ríos, paréciale que todos le hablaban, diciéndole: Ama a Dios, que nos creó para ti a fin de que le amases.

El Padre Rancé, fundador de los Trapenses, no veía los campos, fuentes y mares sin recordar por medio de esas cosas creadas el amor que Dios le tenía. También Santa Teresa dice que las criaturas le reprochaban la ingratitud para con Dios.

Y Santa Magdalena María de Pazzi, no bien contemplaba la hermosura de alguna flor o fruto, sentía el corazón traspasado con las flechas del amor de Dios, y exclamaba: “¡Desde la eternidad ha pensado el Señor en crear estas flores a fin de que yo le ame!”.

Considera, además, con qué singular amor hizo Dios que nacieses en pueblo cristiano y en el gremio de la Santa Iglesia. ¡Cuántos nacen entre idólatras, judíos, mahometanos o herejes, y por ello se pierden!... Pocos son los hombres que tienen la dicha de nacer donde reina la verdadera fe, y el Señor te puso entre ellos.

¡Oh, cuán alto don el de la fe! ¡Cuántos millones de almas no disfrutan de sacramentos, ni sermones, ni ejemplos de hombres santos, ni de los demás medios de salvación que la Iglesia nos proporciona!

Y Dios quiso concederte todos esos grandes auxilios sin mérito alguno de tu parte; antes, previendo tus deméritos. Al pensar en crearte y darte esas gracias, ya preveía las ofensas que habías de hacerle.


PUNTO 2

Y no solamente nos dio el Señor tantas hermosas criaturas, sino que no vio satisfecho su amor hasta que se nos dio y entregó Él mismo (Ga. 2, 20). El maldito pecado nos había hecho perder la divina gracia y la gloria, haciéndonos esclavos del infierno. Pero el Hijo de Dios, con asombro del Cielo y de la tierra, quiso venir a este mundo y hacerse hombre para redimirnos de la muerte eterna y conquistarnos la gracia y la perdida gloria.

Maravilla sería que un poderoso monarca quisiera convertirse en gusano por amor de estos míseros seres. Pues infinitamente más debe maravillarnos al ver a Dios hecho hombre por amor a los hombres. “Se anonadó a Sí mismo tomando forma de siervo..., y reducido a la condición de hombre...” (Fil. 2, 7). ¡Dios en carne mortal! Y el Verbo se hizo carne... (Jn. 1, 14). Pero el asombro y pasmo se aumentan al considerar lo que después hizo y padeció por amor nuestro el Hijo de Dios.

Bastaba para redimirnos una sola gota de su preciosísima Sangre, una lágrima suya, una sola oración, porque esta oración de persona divina tenía infinito valor y era suficiente para rescatar el mundo, e infinitos mundos que hubiese. Mas, dice San Juan Crisóstomo, lo que bastaba para redimirnos no era bastante para satisfacer el amor inmenso que Dios nos tenía. No quiso únicamente salvarnos, sino que le amásemos mucho, porque Él mucho nos amó, y para lograrlo escogió vida de trabajos y de afrentas y muerte amarguísima entre todas las muertes, a fin de que conociésemos su infinito y ardentísimo amor para con nosotros. “Se humilló a Sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Fil. 2, 8).

¡Oh exceso de amor divino, que ni los ángeles ni los hombres llegarán nunca a comprender! Exceso le llamaron en el Tabor Moisés y Elías, refiriéndose a la Pasión de Cristo (Le. 9, 31). “Exceso de dolor, exceso de amor”, dice San Buenaventura.

Si el Redentor no hubiera sido Dios, sino un deudo o amigo nuestro, ¿qué mayor prueba de afecto podría habernos dado que la de morir por nosotros? “Que nadie tiene más grande amor que el que da su vida por sus amigos” (Jn. 15, 13). Si Jesucristo hubiese tenido que salvar a su mismo Padre, ¿qué más pudiera haber hecho por amor a Él? Si tú, hermano mío, hubieses sido Dios y creador de Cristo, ¿qué otra cosa hiciera por ti sino sacrificar su vida en un mar de afrentas y dolores? Si el hombre más vil de la tierra hubiese hecho por ti lo que hizo el Redentor, ¿podrías vivir sin amarle?

¿Creéis en la Encarnación y muerte de Jesucristo?... ¿Lo creéis y no le amáis? ¿Y podéis siquiera pensar en amar otras cosas, fuera de Cristo? ¿Acaso dudáis que os ama?... ¡Pues si Él vino al mundo, dice San Agustín, para padecer y morir por vosotros, a fin de patentizaros el amor que os tiene!

Tal vez antes de la Encarnación del Verbo pudiera dudar el hombre de que Dios le amase tiernamente; pero después de la Encarnación y muerte de Jesucristo, ¿cómo puede ni dudar de ello? ¿Con qué prueba más clara y tierna podía demostrarnos su amor que con sacrificar por nosotros su vida?... Habituados estamos a oír hablar de creación y redención, de un Dios que nace en un pesebre y muere en una cruz... ¡Oh santa fe, ilumina nuestras almas!


PUNTO 3

Se aumentará en nosotros la admiración si consideramos el deseo vehementísimo que tuvo nuestro Señor Jesucristo de padecer y morir por nuestro bien. “Bautizado he de ser con el bautismo de mi propia sangre, y muero de deseo porque llegue pronto la hora de mi Pasión y muerte, a fin de que el hombre conozca el amor que le tengo”. Así decía el Hijo de Dios en su vida terrena (Lc. 12, 50). Por eso mismo exclamaba en la noche que precedió a su dolorosa Pasión (Lc. 22, 15): Ardientemente he deseado celebrar esta Pascua con vosotros. Diríase que nuestro Dios no puede saciarse de amor a los hombres, escribe San Basilio de Seleucia (c. 419).

¡Ah Jesús mío! ¡Los hombres no os aman porque no ponderan el amor que les profesáis! ¡Oh Señor!, el alma que piensa en un Dios muerto por su amor, y que tanto deseó morir para demostrarle la grandeza del afecto que le tenía, ¿cómo es posible que viva sin amarle?...

San Pablo dice (2 Co. 5, 14) que no tanto lo que hizo y padeció Jesucristo como el amor que nos demostró al padecer por nosotros, nos obliga y casi nos fuerza a que le amemos. Considerando este alto misterio, San Lorenzo Justiniano exclamaba: Hemos visto a un Dios enloquecido de amor por nosotros. Y, en verdad, si la fe no lo afirmase, ¿quién pudiera creer que el Creador quiso morir por sus criaturas?...

Santa Magdalena de Pazzi, en un éxtasis que tuvo llevando en sus manos un Crucifijo, llamaba a Jesús loco de amor. Y lo mismo decían los gentiles cuando se les predicaba la muerte de Cristo, que les parecía increíble locura, según testimonio del Apóstol (1 Co. 1, 23): “Predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos, necedad para los gentiles”.

¿Cómo, decían, un Dios felicísimo en Sí mismo, y que de nadie necesita, pudo venir al mundo, hacerse hombre y morir por amor a los hombres, criaturas suyas? Creer eso equivale a creer que Dios enloqueció de amor... Y con todo, es de fe que Jesucristo, verdadero Hijo de Dios, se entregó a la muerte por amor a nosotros. “Nos amó y se entregó Él mismo por nosotros” (Ef. 5, 2).

¿Y para qué lo hizo así? Hízolo a fin de que no viviésemos para el mundo, sino para aquel Señor que por nosotros quiso morir (2 Co. 5, 15) Hízolo para que el amor que nos mostró ganase todos los afectos de nuestros corazones; así, los Santos, al considerar la muerte de Cristo, tuvieron en poco el dar la vida y darlo todo por amor de su amantísimo Jesús.

¡Cuántos ilustres varones, cuántos príncipes abandonaron riquezas, familia, patria y reinos para refugiarse en los claustros y vivir en el amor de Cristo! ¡Cuántos mártires le sacrificaron la vida! ¡Cuántas vírgenes, renunciando a las bodas de este mundo, corrieron gozosas a la muerte para recompensar como les era dado el afecto de un Dios que murió por amarlas!...

Y tú, hermano mío, ¿qué has hecho hasta ahora por amor a Cristo?... Así como el Señor murió por los Santos, por San Lorenzo, Santa Lucía, Santa Inés..., también murió por ti... ¿Qué piensas hacer, siquiera en el resto de tus días que Dios te concede para que le ames? Mira a menudo y contempla la imagen de Jesús crucificado; recuerda lo mucho que Él te amó, y di en tu interior: “Dios mío, ¿con que Vos habéis muerto por mí?” Haz siquiera esto; hazlo con frecuencia, y así te sentirás dulcemente movido a amar a Dios, que te ama tanto.

PREPARACIÓN PARA LA MUERTE
San Alfonso Mª Ligorio

martes, 27 de diciembre de 2011

PÍDELE A MARIANO RAJOY QUE PROHIBA EL ABORTO EN ESPAÑA



AES se concentrará ante la sede del PP para pedir la derogación de toda la legislación abortista.

Alternativa Española, como cada 28 de Diciembre, día de los Santos Inocentes y jornada reivindicativa del derecho a nacer, convoca concentraciones en diversas ciudades españolas ante los centros donde se practican abortos y en Madrid, ante la sede el Partido Popular, para solicitar la derogación de toda ley del aborto.

La concentración para pedir a Mariano Rajoy la abolición de la legislación abortista se realizara el
proximo miércoles 28 de diciembre, ante la Sede del PP, C/ Génova nº 13, a las 19:30 h.

Para consultar horarios y otros detalles de las concentraciones convocadas en las distintas ciudades, asi como las organizaciones adheridas, se puede visitar la web:
http://www.alternativaespanola.com/inocentes.htm

Si estas a favor de la vida, busca la concentración más cercana y acude. Ven con tus hijos, tu familia, tus amigos... Es la oportunidad para cambiar esta legislación tan injusta e inhumana.

Madrid, 23 de diciembre de 2011.
Alternativa Española (AES)

lunes, 26 de diciembre de 2011

EL SACRAMENTO DE VIDA, POR SAN PEDRO JULIÁN DE EYMARD


Nisi manducaveritis carnem Filii hominis et biberitis ejus sanguinem, non habebitis vitam in vobis.
"Si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis la vida en vosotros."
(Joann; VI, 5.4).


La encarnación es una segunda creación, en sentir de todos los Padres: en Jesucristo hemos sido creados de nuevo y rehabilitados; en El hemos recuperado la vida y la dignidad: Recreati in Christo Jesu.

Lo que se ha dicho de la encarnación puede también decirse de la Eucaristía, que no es más que extensión de aquélla. Veamos cómo recuperamos en la Eucaristía la vida, la vida divina que el pecado original destruyó en la humanidad.

Jesucristo ha dicho: "El que me coma tendrá la vida. Si no coméis la carne del Hijo del hombre ni bebéis su sangre, no tendréis la vida en vosotros." Pero ¿no nos da la vida divina el bautismo que nos hace hijos de Dios? ¿No nos la devuelve acaso la penitencia cuando hemos tenido la desdicha de perderla por el pecado? ¿Qué pueden, por tanto, significar estas palabras que nuestro Señor apoya con Juramento? No parece sino que en este punto hay una contradicción en la doctrina católica. Nada de eso, sin embargo. La Eucaristía es el sacramento de vida, porque nos comunica la perfección de la vida, porque nos da la vida en su pleno desenvolvimiento. El niño recién nacido tiene vida a no dudarlo; el enfermo que acaba de salir de una enfermedad la tiene también; pero si al niño le dejáis sólo, si no dais al convaleciente remedios y alimentos con que recobrar fuerzas, no tardará el uno en perder la vida de que apenas comienza a disfrutar y el otro a tener una recaída más profunda. El bautismo y la penitencia, que nos dan la vida, no bastan para mantenerla; nuestro Señor, al resucitar a la hija de Jairo mandó que le diesen de comer; la vida y la alimentación que la sostiene son dos cosas que no pueden separarse; es necesario comulgar si no se quiere ir desfalleciendo siempre; y ¿cómo podría un cristiano vivir vida de ángeles? Claro que podemos merecer y trabajar para el cielo tan pronto como entramos en estado de gracia; pero para hacerlo por largo tiempo resulta necesario este manjar de los fuertes. No hay medio que así pueda darnos fuerzas suficientes para sostener el rudo combate de cada día.

La oración, por buena y necesaria que sea, os cansará; y, si la Comunión no la sostiene, acabaréis por abandonarla. Para vivir de penitencia y adelantar en este estrecho y crucificante sendero de la muerte a nosotros mismos, es menester que obedezcamos a un impulso divino, que no es otra cosa que la presencia de Jesucristo constantemente renovada en nuestro corazón.

El ejemplo de los anacoretas, que vivían en el fondo del, desierto, parece a primera vista echar por tierra esta afirmación; pero téngase presente que los anacoretas iban al monasterio a comulgar todos los domingos. Y por cierto que tenían más necesidad que otros para progresar en su santo estado. Siento como principio que cuanto más santa sea la vida que queramos llevar, cuanto más puros queramos ser, tanto más grande e imperiosa es la necesidad de, comulgar a menudo. Pues mucho habéis de trabajar, comed también mucho. No consideréis la Comunión sino como medio de sustentaros y de adquirir fuerzas. No es un acto de elevada y difícil virtud, ni se os propone como premio de vuestras virtudes; habéis de comulgar para haceros santos, no porque lo seáis ya. Tal es el principio.

Comulgad porque sois flacos y os abaten los trabajos de la vida cristiana; Jesucristo os llama a comulgar de esta manera: "Venid a mí todos los que estáis agobiados de cansancio, que yo os aliviaré." Si alguna vez no nos da descanso la Comunión ni nos restablece, ello es debido a que la hacemos consistir en un acto de virtud difícil, nos esforzamos en mil actos fatigosos; en una palabra, trabajamos en lugar de alimentarnos y descansar. Recibid a nuestro Señor y descansad. ¿Por qué tanta agitación? No se va a un banquete para tratar de negocios; saboread el celestial alimento, y pues coméis el pan de los ángeles, quedaos un poco en contemplación como ellos. No tomáis tiempo para gustar de nuestro Señor, ¡y luego os retiráis inquietos por no haber experimentado nada! Imitad al cartujo que se acuesta al pie del altar durante la acción de gracias. Hay almas buenas que dicen: No me aprovecha la Comunión porque no siento nada en ella. Mal discurrido. Aprovecháis, puesto que vivís. La señal de una buena Comunión no es necesariamente el hacer actos heroicos de virtud ni sacrificios en extremo costosos. La Eucaristía es fuerza y dulzura. Así es como se la figura en todo el antiguo testamento; ora es un pan que encierra todo deleite; ora un misterioso pan ofrecido a Elías desanimado, que le da fuerzas para continuar el camino; ora una nube que refrigera durante el día y da luz y calor durante la noche. Lo mismo es la Eucaristía. Si os faltan fuerzas, ella os las da; si andáis cansados, ella os descansa: es esencialmente un socorro proporcionado a las necesidades de cada cual.

La conclusión que de todo lo que hemos dicho hay que sacar es ésta: Si queréis ser fuertes y rebosar de vida, cosa que os es muy necesaria, comulgad. "El que cree en mí se salvará", ha dicho el Señor; pero hablando de la Eucaristía dice: "El que me coma tendrá la vida." Rebosará de vida la Eucaristía no es sólo un filón, sino manantial, río, océano de vida; es una vida que se alimenta por sí misma y que dura siempre, con tal que se la quiera tomar; es la vida del mismo Jesucristo, vida de amor que no muere en tanto se ame, y el que vive de acción de gracias tiene en sí la verdadera vida de Jesús. Materialmente, poco tiempo queda nuestro Señor en nuestros corazones por la Comunión; pero se prolongan los efectos de la misma y su espíritu permanece; las sagradas especies son como la envoltura de un remedio que se rompe y desaparece, para que el remedio produzca en el organismo sus saludables efectos.

No alcanzo a comprender cómo pueda uno conservarse puro en el mundo sin comulgar; por eso se adelanta tan poco. Hay personas piadosas que dicen: No tengo necesidad de comulgar a menudo; me siento tranquila. ¡Oh, demasiado lo estás! Esa calma trivial presagia tempestades. No admires tus pequeñas virtudes; no te fíes de tu paz; no te apoyes tanto en ti misma; mira por tu adelantamiento, y para eso comulga con frecuencia. Hay que seguir en esto, es cierto, el consejo del confesor; pero bien podéis exponerle vuestros deseos y vuestras necesidades. El con su prudencia juzgará.

Mas desgraciadamente hay muchos que teniendo permiso para comulgar, se dispensan de hacerlo so pretexto de cansancio, malestar o falta de devoción. Ahí se oculta un ardid del demonio; y si una vez cedéis, todos los días os irán obsesionando los mismos pretextos.

Obrar así es cometer una falta de cortesía para con nuestro Señor; es una injuria, una grosería. El permiso del director es invitación del mismo Jesucristo, ¡y vosotros la rechazáis! De esa comunión omitida se os pedirá cuenta, como se pidió al siervo infiel del evangelio por haber enterrado el talento que recibiera.
Animo, pues; id a menudo a fortaleceros en la sagrada mesa, de la que sacaréis vida fuerte y activa. Crezca esta vida en vosotros, hasta tanto que Dios la trasforme en otra de eterna bienventuranza.


"Obras Eucarísticas de San Pedro Julián Eymard"

Fuente: Stat Veritas

EL PERDÓN DEL NIÑO ABORTADO


El 28 de Octubre del presente, en Eslovaquia, se inauguró el monumento del niño por nacer de un joven escultor de ese país. El monumento expresa no sólo el pesar y arrepentimiento de las madres que han abortado, sino también el perdón y el amor del niño por nacer hacia la madre. La ceremonia de Inauguración contó con la presencia del Ministro de Salud de ese país.

La idea de construir un monumento a los niños por nacer fue de un grupo de mujeres jóvenes, madres que están muy conscientes del valor de toda vida humana y el daño que se inflige, no sólo en la irreparable pérdida de los niños por nacer, sino también por el deterioro permanente de la salud mental (y a veces física) de la salud de cada mujer que decide, impulsada por diversas situaciones, abortar a su hijo concebido.

Fuente: Diario Ya, España

sábado, 24 de diciembre de 2011

FELIZ Y SANTA NAVIDAD

Et Verbum caro factum est, et havítavit in novis...
Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros...

Apostolado Eucarístico les desea a todos sus lectores y amigos una Feliz y Santa Navidad.

viernes, 23 de diciembre de 2011

EL PESEBRE EN LLAMAS


Por Antonio Caponnetto

El pasado 20 de diciembre, un revoltijo inmundo de agrupaciones comunistas se dio cita en la Plaza de Mayo para recordar la caída del funesto delarruismo, y la serie de oscuros episodios que envolvió a aquella infeliz jornada.

En tales circunstancias se quemó impunemente un pesebre y un árbol navideño, amén de consumarse las consabidas pintadas agraviantes sobre el frente de la Catedral. Las imágenes del Nacimiento estaban bendecidas, y habían sido hechas por las piadosas manos de unas ex alumnas del Colegio María Auxiliadora. En cuanto al árbol, y mas allá de la vulgarización comercial que de él se ha hecho, no deja de ser un símbolo tradicional del lignum vitae, del leño de la vida, prefiguración del de la Cruz.

Nada cuesta deducir que el hecho tiene todos los caracteres de un sacrilegio y de una profanación.

Es cierto que aquellos manifestantes blasfemos expresaron su oposición al actual gobierno. Pero también es cierto que coinciden con él en lo sustantivo; esto es, en la subversión cultural, espiritual y moral, en virtud de la cual, unos y otros viven para ultrajar al Decálogo cada día.

Acaso como un símbolo procaz de lo que decimos,
Fernando Esteche, uno de los visibles responsables de la manada agresora, es al mismo tiempo profesor en la Universidad Nacional de La Plata, y en carácter de tal ocupó el palco oficial con que las autoridades educativas kirchneristas premiaron a Hugo Chávez el 29 de marzo de 2011. La libertad de la que goza para consumar reiterados desmanes y delitos a la vista del público, es la prueba ilevantable de su condición de compañero de ruta de los actuales dueños del poder.

El Gobierno, pues, no es ajeno a este vejamen. No sólo porque nada hace para contener el salvajismo o para castigarlo después, sino porque lo engendra y alimenta, lo acompaña y cultiva, toda vez que el desprecio a las enseñanzas de la Fe Católica es política de Estado.

El Ministro de Ambiente y Espacio Público porteño,
Diego Santili, se quejó por los ciento cincuenta mil pesos que costó reparar el daño al espacio público. ¡Insensato crapuloso! Como si la ofensa al Verbo Encarnado fuera una cuestión presupuestaria o una alteración del paisaje.

El Jefe de Gabinete macrista,
Horacio Rodríguez Larreta, twitteó “lamentar muchísimo que volviera a vivirse lo que justamente se estaba repudiando". ¡Imbécil consumado! Como si diez años atrás las masas se hubieran movilizado para repudiar la persecución a la Iglesia. Como si no hubiera un solo y único hilo conductor entre la gimnasia revolucionaria del marxismo, otrora y ahora, década mediante.

La DAIA condenó la afrenta “a un símbolo de la grey cristiana, representativo del espíritu de paz y armonía que las fiestas encarnan”, reafirmando “sus principios permanentes de respeto a los símbolos de todos los credos, de fortalecer los valores de promoción de la diversidad y la armónica convivencia de todos quienes conformamos el mosaico multicolor del tejido social argentino”.

¡Hipócritas! ¡Sepulcros blanqueados! Como si fueran equivalente el Misterio de la Encarnación y los falsos cultos, la Religión Verdadera con las mendaces, la manifestación de Cristo con los tenebrosos enredos sectarios, el horrísono Talmud con el Santo Evangelio, la Natividad del Redentor y las maquinaciones de los deicidas. Como si no fuera la causa de tanto estropicio “la promoción de la diversidad”, eufemismo vil utilizado para encubrir a los peores degenerados. Como si “el mosaico multicolor” no fuera otra elipsis para justificar la lenidad absoluta de cuanto pervertido ande suelto.

Cristina y su séquito peronoide, que parlan en cadena a cada instante para inaugurar una cloaca con el nombre de “él”, o comunicarle al país los últimos estertores de su rencor indigno, callaron ante tamaña irreverencia. ¡Miserable ella, de mil maneras merecedora de ser llamada estulta, irreligiosa e infame. Antítesis de la mujer cristiana, deshonor para sus congéneres y encarnadura penosa de arrogancia y maldad. Heredera política al fin de aquel cínico impar que incendiaba los templos, enmandilaba sus leyes, judaizaba sus programas de gobierno y declaraba a la vez su pertenencia a la grey católica.

Los obispos, por supuesto, también callaron. El Arzobispado de Buenos Aires repone el pesebre, vuelve a bendecir las imágenes, llama a la convivencia pacífica, a la construcción de una sociedad plural, al ecumenismo irrestricto de todas las creencias, y todo sigue su curso. ¡Ciegos que guían a otros ciegos! ¡Pastores devenidos en lobos! ¿Qué más tiene que suceder para que tomen conciencia de la tragedia que estamos viviendo? ¿Qué nueva conducta endemoniada tienen que presenciar para que escudriñen y vean con claridad lo que está sucediendo, para que reaccionen con firmeza, para que luchen con varonía, para que llamen a la resistencia activa y ardiente en defensa de la Cruz? ¿En que momento crucial de sus carreras eclesiásticas fueron emasculados de consuno, para que nadie quiera quebrar la colegialidad cobarde, llamando al combate frontal contra los enemigos de Dios y de la Patria?

En cuanto a los incendiarios, llegan tarde y en vano al festín del demonio. El Cristo que adviene ha derrotado al furente Herodes y ha dado cumplimiento a las profecías. Nace en la próxima, en las anteriores, en las futuras y en las eternas Nochebuenas. Él es el fuego, la lumbre, la llama, la brasa y el ardor.

Contra su ígnea divinidad se estrellan los
Caifás y el Sanedrín en pleno. Contra su rostro irrefragable se tumban las teas de los caínes y los judas. Sobre su pecho manso y viril habita el cirio de la Pascua Nueva, las candelas lumínicas de María Santísima, el blandón de José, la promesa intacta de venir a la tierra a arrojar fuego (Lc. 12, 49), y a desear que su combustión amorosa y salvífica se extienda victoriosa sobre todas las naciones de la tierra.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

FISICHELLA, SIEMPRE PREOCUPANTE, SIEMPRE


Fisichella, Salvatore (Rino per gli amici), no hay vez que abra el pico que no me provoque un repelús, tiene esa des-gracia. Me preocupa que la tal facultad le haya venido con la mitra; pero también me pregunto si estaba dotado de ella antes de la concesión del anillo y el báculo, porque si la cosa fue a priori, no me explico cómo. O si me explico, prefiero abstraerme, para no desbarrar.

La última fisichellada es esta sentencia recogida en una entrevista que publicaba el otro día un medio impío:

La nueva evangelización debe hacerse con dulzura, respeto y recta conciencia

Questiones derivadas de la sentencia, a saber:

I)- ¿Acaso la 'antigua evangelización' se hizo con amargura, rigor, o acritud?

II)- ¿Acaso la 'vieja evangelización' fue irrespetuosa y/o se caracterizó por ello?

III)- ¿Acaso la 'anterior evangelización' se realizó con una conciencia pecaminosa, torcida, alevosa?

Entiendo que de la afirmación se desprenden muy bien esas tres cuestiones, todas quasi respondidas en cuanto supuestas en la declaración titular de Fisichella.

Él lo explica así:

P. ¿Cuál es el estilo de la nueva evangelización?

R. La nueva evangelización debe hacerse con dulzura, respeto y recta conciencia. La dulzura es sinónimo de mansedumbre. Es decir, no se puede recurrir a la arrogancia ni al orgullo ni al sentido de superioridad respecto a otras doctrinas. El respeto tiene que ver con la capacidad de ponerse en el lugar del interlocutor. El respeto significa también sentido de responsabilidad ante Dios, porque nadie puede atenuar la radicalidad del Evangelio ni limitar instrumentalmente sus contenidos.

P. ¿Y la recta conciencia?

R. Se trata de ofrecer una conducta vital irreprochable y creíble.

P. Sorprende, por lo poco habitual, la referencia a la dulzura como instrumento de la nueva evangelización.

R. La dulzura es una nota esencial de la nueva evangelización. Significa acercarse al otro con buenas maneras, sin cogerlo del cuello, sin pretensión de imponerle nada. Con respeto a la diferencia de formas de pensar y de vivir.

Obligadamente, se impone transportar las tres cuestiones que propuse a cada una de las respuestas de Fisichella. De las que se deduce una pésima y muy peyorativa opinión respecto a toda la antigua evangelización y sus protagonistas, los viejos evangelizadores. Pienso, por ejemplo, en los antiguos misioneros. Ustedes pueden pensar también en evangelizadores que se les vengan a la cabeza, para aplicarles los criterios-fisichella. Se sorprenderán.

Sorprendetemente, en mitad de la entrevista, Don Salvatorino traza una semblanza del porqué de sí mismo, de su perfil, raccontando un breve sumario de su vida pastoral-evangelizadora:
"(La política)...Es otro lugar importante para la nueva evangelización. Lo sé por experiencia propia. Durante 15 años fui el párroco de Montecitorio, es decir el capellán del parlamento italiano. Todos los días celebraba misa, hablaba con los diputados y realizaba allí mis funciones sacerdotales. Y eso se puede hacer, siempre que respetemos la idiosincrasia de cada país. En Francia, es impensable algo así. En Italia, se puede hacer: De hecho, en el Parlamento italiano hay una iglesia del siglo VIII. Tenemos que estar presentes en el mundo de la política, porque la política hace la ley y la ley crea la cultura. De ahí que sea muy importante la formación política de los creyentes, asi como su implicación política".

Una nota que nos ayuda a comprender cómo se ha hecho y de qué pasta es este prelado. Muy politicante, diría yo, como si se volviera a la antigua categoría del XVIII-XIX, cuando el Colegio Cardenalicio y la Curia se dividían en dos facciones: Los Zelanti (ancièn régime) y los Politicanti (ilustrados y liberales). Pues Don Rino sería/hubiera sido de los politicanti, pasteleros, acomodaticios, contemporizadores, hombres de flexibilidad, diálogo, promiscuidades y todo aquello. Ahora lo llaman 'mix', en música, me parece. También lo llaman 'fusión'.

¿Y de lo de Asís, qué piensa el comisario de la nuevangelización? Pue esto:

"...En el encuentro del día 27 de octubre, recordamos el espíritu de Asís y nos comprometimos a mantenerlo vivo y operante. No podemos olvidar que también hoy sigue habiendo conflictos y guerras. En Asís recordamos que la paz es el primer objetivo de las religiones...//...sin duda fue algo muy bello y con mucho eco mediático. Pero tenemos que hacer algo más. Asís no puede ser sólo flor mediática de un día. Porque Asís es el compromiso de la Iglesia católica y también de todas las demás religiones para poner en marcha una etapa de compromiso por la paz."
.

¡¡Toma del frasco, Carrasco! y Que si quieres arroz, Catalina. Todo junto y en la misma ristra. La mar de claro, para las mentes oscuras. Trepanante.

Y, ya que estamos, ¿de la Eta, qué nos dice Fisichella de la Eta? Pues también opina de ello este cráneo privilegiado, tan girocho:

"...Cuando termina la violencia en un país, siempre es una etapa muy importante. Una etapa nueva, en la que creo se debería mirar a otras etapas y tener en cuenta otros elementos importantes. Por ejemplo, el respeto a las tradiciones que no pueden ser uniformadas. Y, en estos momentos, predomina la tendencia a uniformar en un contexto de globalización que no respeta las diferencias. Entre ellas, las diferentes tradiciones culturales y religiosas."

Fisichella, sin duda, es el que nos hacía falta para remediar lo de las tres provincias vascongadas y sus desarreglos de víctimas y asesinos. Pelillos a la mar y tomarse unos chiquitos con unos pinchos. Y ya está.

Y el bombazo, el pedo gordo del final, atentos:

Pregunta el tentador astuto (i.e. el periodista):

P. ¿La nueva evangelización apuesta por el cambio de estructuras en la Iglesia católica?

Responde el incitado, el tentado, el excitado Fisichella con un cóctel-rebozado exegético-místico-eclesiológico de agárrate y no te menees:

"...La paciencia es una nota característica de la fe. Lo principal es esperar la venida del Señor. Mire, Juan y Pedro corren hacia el sepulcro vacío. Juan es el signo del amor. Pedro, el de la institución. Juan, el amor, llega al sepulcro antes que Pedro, la institución siempre más lenta. Pero el amor es respetuoso y Juan no entra en el sepulcro. Y espera a Pedro, que es más lento. Como decía Urs Von Balthasar, del que me siento discípulo, tenemos que ejercer la kénosis del Espíritu Santo, es decir respetar los ritmos del Espíritu y de la institución. Desde esta dinámica, esperemos que la nueva evangelización informe también a la estructura de la Iglesia."

Un topicazo, por otra parte, muy manoseado ya, del que abusan los progres vaticanosecundistas que aspiran al vaticanotercerismo, muy alegóricos ellos cuando toca arrimar el ascua de la exégesis a su sardina eclesial. De todas formas, inquietante, muy inquietante. Más todavía dicho por boca del capo de la nuevangelización (sic).

Cierra la entrevista una lista de campanazos, citas/ titulares/ brani scelti del Monseñor Don Rino, como estos (que destaco yo):

"No se puede recurrir a la arrogancia ni al orgullo ni al sentido de superioridad respecto a otras doctrinas"

"La dulzura significa que la nueva evangelización no es otra cosa que una propuesta de vida que proporciona alegría y felicidad"

"Estamos obligados a no repetir errores del pasado en el ámbito apologético"

"Tenemos que estar presentes en el mundo de la política, porque la política hace la ley y la ley crea la cultura"

"En Asís recordamos que la paz es el primer objetivo de las religiones"

"Esperemos que la nueva evangelización informe también a la estructura de la Iglesia"

Y este, señoras y señores, católicos atque católicas mios-as es el panorama que se desprende (nunca mejor dicho) de las palabras del dicharachero Monseñor Salvatore Fisichella (Rino para los amigos).

¡Que el Señor nos coja confesados!

+T.

Fuente: Ex Orbe

lunes, 19 de diciembre de 2011

LA EUCARISTIA NECESIDAD DE NUESTRO CORAZON


Autor: San Pedro Julián Eymard


Fecisti nos ad Te, Deus!
¡Oh Dios mío, para ti has hecho nuestro corazón!

Por qué está Jesucristo en la Eucaristía? Muchas son las respuestas que pudieran darse a esta pregunta; pero la que las resume todas es la siguiente: porque nos ama y desea que le amemos. El amor, este es el motivo determinante de la institución de la Eucaristía.

Sin la Eucaristía el amor de Jesucristo no sería más que un amor de muerto, un amor pasado, que bien pronto olvidaríamos, olvido que por lo demás sería en nosotros casi excusable.

El amor tiene sus leyes y sus exigencias. La sagrada Eucaristía las satisface todas plenamente. Jesucristo tiene perfecto derecho de ser amado, por cuanto en este misterio nos revela su amor infinito.
Ahora bien: el amor natural, tal como Dios lo ha puesto en el fondo de nuestro corazón, pide tres cosas: la presencia o sociedad de vida, comunidad de bienes y unión consumada.

El dolor de la amistad, su tormento, es la ausencia. El alejamiento debilita los vínculos de la amistad, y por muy arraigada que esté, llega a extinguirla si se prolonga demasiado.

Si nuestro señor Jesucristo estuviese ausente o alejado de nosotros, pronto experimentaría nuestro amor los efectos disolventes de la ausencia.

Está en la naturaleza del hombre, y es propio del amor el necesitar para vivir la presencia del objeto amado.

Mirad el espectáculo que ofrecen los pobres apóstoles durante aquellos tres días que permaneció Jesús en el sepulcro. Los discípulos de Emaús lo confiesan, casi han perdido la fe: claro, ¡como no estaba con ellos su buen maestro! Ah! Si Jesús no nos hubiera dejado otra cosa por ofrenda de su amor que Belén y el calvario, ¡pobre Salvador, cuán presto le hubiéramos olvidado! ¡Qué indiferencia reinaría en el mundo!

El amor quiere ver, oír, conversar y tocar.

Nada hay que pueda reemplazar a la persona amada; no valen recuerdos, obsequios ni retratos... nada: todo eso no tiene vida.

¡Bien lo sabía Jesucristo! Nada hubiera podido reemplazar a su divina persona: nos hace falta El mismo.
¿No hubiera bastado su palabra? No, ya no vibra; no llegan a nosotros los acentos tan conmovedores de la voz del Salvador.

¿Y su evangelio? Es un testamento.

¿Y los santos sacramentos no— nos dan la vida? Sí, más necesitamos al mismo autor de la vida para nutrirla

¿Y la cruz? ¡La cruz... sin Jesús contrista el alma! Pero ¿la esperanza...? Sin Jesús es una agonía prolongada. Los protestantes tienen todo eso y, sin embargo, ¡qué frío es el protestantismo!, ¡qué helado está!

¿Cómo hubiera podido Jesús, que nos ama tanto, abandonarnos a nuestra triste suerte de tener que luchar y combatir toda la vida sin su presencia?

¡OH, seríamos en extremo desventurados si Jesús no se hallara entre nosotros! ¡Míseros desterrados, solos y sin auxilio, privados de los bienes de este mundo y de los consuelos de los mundanos, que gozan hasta saciarse de todos los placeres..., una vida así sería insoportable!

En cambio, con la Eucaristía, con Jesús vivo entre nosotros y, con frecuencia, bajo el mismo techo, siempre a nuestro lado, tanto de noche como de día, accesible a todos, esperándonos dentro de su casa siempre con la puerta abierta, admitiendo y aun llamando con predilección a los humildes! ¡Ah, con la Eucaristía, la vida es llevadera! Jesús es cual padre cariñoso que vive en medio de sus hijos. De esta suerte, formamos sociedad de vida con Jesús.

¡Cómo nos engrandece y eleva esta sociedad! ¡Qué facilidad en sus relaciones, en el recurso al cielo y al mismo Jesucristo en persona!

Esta es verdaderamente la dulce compañía de la amistad sencilla, amable, familiar e íntima. ¡Así tenía que ser!

El amor requiere comunidad de bienes, la posesión común; propende a compartir mutuamente así las desgracias como la dicha. Es de esencia del amor y como su instinto el dar, y darlo todo con alegría y regocijo.

¡Con qué prodigalidad nos comunica Jesús sus merecimientos, sus gracias y hasta su misma gloria en el santísimo Sacramento! ¡Tiene ansia por dar! ¿Ha rehusado dar alguna vez? ¡Jesús se da a sí mismo y se da a todos y siempre! Ha llenado el mundo de hostias consagradas.
Quiere que lo posean todos sus hijos. De los cinco panes multiplicados en el desierto sobraron doce canastos. Ahora la multiplicación es más prodigiosa, porque es preciso que participen todos de este pan.
Jesús sacramentado quisiera envolver toda la tierra en una nube sacramental; quisiera que las aguas vivas de esta nube fecundasen todos los pueblos, yendo a perderse en el océano de la eternidad después de haber apagado la sed de los elegidos y haberlos confortado.
Cuán verdadera y enteramente nuestro es, por tanto, Jesús sacramentado.
La tendencia del amor, su fin, es unir entre sí a los que se aman, es fundir a dos en uno, de modo que sean un solo corazón, un solo espíritu, una sola alma.

Oíd a la madre expresar esta idea, cuando abrazando al hijo de sus entrañas, le dice: "Me lo comería".
Jesús se somete también a esta ley del amor por El establecida. Tras haber convivido con nosotros y compartido nuestro estado, se nos da a sí mismo en Comunión y nos funde en su divino ser.
Unión divina de las almas, la cual es cada vez más perfecta y más íntima, según la mayor o menor intensidad de nuestros deseos: In me manet et ego in illo. Nosotros permanecemos en El y El permanece en nosotros. Ahora somos una sola cosa con Jesús, y después esta unión inefable, comenzada aquí en la tierra por la gracia, y perfeccionada por la Eucaristía, se consumará en el cielo, trocándose en eternamente gloriosa.
El amor nos hace vivir con Jesús, presente en el santísimo Sacramento; nos hace partícipes de todos los bienes de Jesús; nos une con Jesús.
Todas las exigencias de nuestro corazón quedan satisfechas; ya no puede tener otra cosa que desear.

"Obras Eucarísticas de San Pedro Julián de Eymard"

Fuente: Stat Veritas

lunes, 12 de diciembre de 2011

CHINA SE UNE A RUSIA, ORDENA AL EJÉRCITO PREPARARSE PARA LA TERCERA GUERRA MUNDIAL

8/12/2011 Un preocupante boletín del Ministerio de la Defensa girado al Primer Ministro Putin y al Presidente Medvedev el día de hoy señala que el Presidente Hu ha “convenido en principio” que la única forma de detener la agresión del Occidente encabezado por los Estados Unidos es por medio de “acción militar directa e inmediata” y que el líder Chino ha ordenado a sus fuerzas navales “prepararse para la guerra”.

El llamado de Hu para la guerra se une al del contralmirante Chino y prominente comentarista militar Zhang Zhaozhong que, igualmente, advirtió la semana pasada que “China no dudará en proteger a Irán aun si para ello se necesita una Tercera Guerra Mundial” y el General Ruso Nikolai Makarov que, fatídicamente declaró la semana pasada “No descarto que conflictos armados locales y regionales desemboquen en una guerra a gran escala, incluyendo el uso de armas nucleares”

El aumento de las tensiones globales entre el Oriente y el Occidente explotó durante la pasada quincena cuando el Embajador Ruso, Vladimir Titorenko y dos de sus asistentes que regresaban de Siria fueron brutalmente atacados y enviados al hospital por fuerzas de seguridad de Qatar ayudados por agentes de la CIA y del M16 Británico que intentaban obtener acceso a las valijas diplomáticas que contenían información de la inteligencia Siria de que los Estados Unidos estaban inundado a Siria e Irán con mercenarios de alQaida con respaldo Estadounidense que derrocaron al gobierno Libio

Más evidencia en esas valijas diplomáticas, dice ese boletín, revela que los Estados Unidos está preparando un “solución máxima” a la crisis del Medio Oriente si es que llega a estallar la guerra nuclear al atacar a Siria con agentes biológicos mortales con la intención de matar a decenas de millones de ciudadanos inocentes.

El descubrimiento del agente biológico que usa el Occidente fue revelado hace dos semanas por el virólogo Holandés, Ron Fouchier del Centro Médico Erasmus en los Países Bajos que encabeza un grupo de científicos que descubrieron que unas cinco mutaciones del virus de la influenza aviar eran suficientes para dispersarlo con mucha mayor facilidad y hacerlo el asesino más letal que jamás haya inventado la humanidad.

Si Estados Unidos comienza un ataque utilizando este mortal virus, continua indicando ese boletín, su método más probable de dispersión sería via su Dron Sentinel RQ-170 que es operado por la CIA.

Las aterradoras suposiciones de las futuras acciones de los Estados Unidos contra sus enemigos fueron reveladas en ese boletín con base en el examen que hicieron los analistas de inteligencia Rusa del Dron Sentinel RQ-170 que fue derribado sobre territorio Iraní la semana pasada con el sistema electrónico de bloqueo e inteligencia con base en tierra Avtobaza que se usa contra vehículos aéreos no tripulados con el mínimo daño y que se demostró está equipado con un sistema sofisticado de dispersión en aerosol.

Es importante destacar que el primer uso que dieron las potencias Occidentales a un virus de influenza mortal para destruir a sus enemigos y desbaratar el orden mundial establecido fue hace menos de un siglo en 1918, cuando una variante de la Influenza Española fue desatada a fines de la Primera Guerra Mundial y mató a aproximadamente 500 millones de personas que representaban un 3% del total de la población mundial.

Expedientes de la KGB sobre la pandemia de la Influenza Española siempre han señalado que este mortal virus fue “bio-diseñado” por los científicos del ejército Estadounidense que usaron como “conejillos de Indias” a soldados Estadounidenses que fueron las primeras víctimas registradas y que estaban estacionados en Fort Riley, Kansas.

Para comprender mejor las razones detrás del empuje de los Estados Unidos y sus aliados Occidentales para la Guerra Mundial Total, el más destacado periodista investigador Estadounidense Greg Hunter, cuyo impactante reporte titulado “¿Se Está Saliendo el Mundo de Control?” las detalló recientemente revelando que todo el edificio del sistema económico Occidental se está desmoronando bajo el peso de la deuda de $ 100 Trillones de Dólares que nadie puede pagar y de ahí, advirtió que: “Nunca en la historia ha estado el mundo tan cerca al caos financiero total y de la guerra nuclear al mismo tiempo”

Tristemente, pero como siempre, al pueblo Estadounidense no se le está permitiendo conocer el espantoso futuro que sus líderes élite están planeando para ellos, una situación que empeoró la semana pasada cuando el Senado aprobó una nueva ley con una votación de 93-7 que se alerta destruirá a Estados Unidos para siempre dándole el control total de su otrora libre nación a sus fuerzas militares y para destruir la Constitución.

Como lo señalamos en nuestro reporte anterior, vale la pena mencionar de nuevo las palabra de uno de los Padres de la Patria, Thomas Jefferson, que previno a sus conciudadanos hace más de 200 años sobre lo que está sucediendo hoy al decir:

“Yo creo que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que los enemigos declarados. Si el pueblo Estadounidense permite alguna vez, que los bancos privados controlen el asunto de su moneda, primero por inflación, luego por deflación, los bancos y las corporaciones que crecen a su alrededor le quitarán al pueblo toda su propiedad hasta que los niños despierten sin casa en el continente que sus padres conquistaron”.


BEATO JOSÉ SANCHEZ DEL RIO, OFICIAL DE CRISTO REY, MÁRTIR CRISTERO

“Mi querida mamá: fui hecho prisionero en combate en este día. Creo que voy a morir, pero no importa, mamá. Resígnate a la voluntad de Dios. No te preocupes por mi muerte, que es lo que me mortifica; antes diles a mis dos hermanos que sigan el ejemplo que les dejó su hermano el más chico. Y tú haz la voluntad de Dios, ten valor y mándame la bendición junto con la de mi padre. Salúdame a todos por última vez. Y tú recibe el corazón de tu hijo que tanto te quiere y verte antes de morir deseaba. José.”

Un gran ejemplo de defensor de la verdad: "¡Jamás, jamás! ¡No quiero unirme a los enemigos de Cristo Rey!", que nosotros repitamos siempre lo mismo.


Dios nuestro, que has querido que los beatos mártires
derramaran su sangre en México,
para dar un testimonio valiente
de su fe en la realeza de tu Hijo
y de su amor a santa María de Guadalupe,
concédenos, por su intercesión, ser siempre fieles al Evangelio
para que siempre demos testimonio con nuestra vida
de la fe por la que ellos murieron. Amén


Enviado por P. Cardozo

sábado, 10 de diciembre de 2011

REFLEXIÓN EUCARÍSTICA DEL PATER NOSTER, POR SAN PEDRO JULIÁN EYMARD

(En latín y español)

Reflexión que devela la devoción eucarística de San Pedro Julián Eymard. La traducción al castellano está al final. (De las "Obras Eucarísticas de San Pedro Julián Eymard")

Amen, amen, dico vobis... quodcumque petieritis Patrem in nomine meo, hoc faciam, ut glorificetur Pater in Filio . (Ioannes XIV, 13)


I. – Pater noster, qui es in caelis, caelis Eucharisticis, tibi sedenti in throno amoris et gratiae, benedictio honor et gloria et potestas in saecula saeculorum!


II. – Sanctificetur nomen tuum, in nobis humilitatis, obedientiae et charitatis tuae spiritu et te in Eucharistia cognosci, adorari et amari ab omnibus faciamus humiles et devoti.


III. – Advenia regnum tuum, eucharisticum. Regna solus in aeternum super nos amoris tui imperio, virtutem tuarum, triumpho, gratiae vocationis Eucharisticae dono ad majorem tuam glorian).

Dona nobis gratiam et missionem sanctae tuae dilectionis, ut regnum tuum eucharisticum praeclicare, extendere, diffundere, ubique valeamus potentes, et sic desiderium tuum implere guando dicebas: “Ignem veni mittere in terram, et quid volo nisi ut accedantur?” Ultinam et nos hujus ignis ccelestis simus incendiarii!


IV. – Fiat voluntas tua sicut in celo et in terra. Te unum velle, te unum desiderare, te unum cogitare gaudeamus; semper et in omnibus abnegantes nos ut obedientia tua bona, beneplacens et pefecta, in nobis sit lux et vita.


V. – Panem nostrum quotidianum da nobis hodie. Domine Jesu, qui manna in deserto, quotidie populis praebuisti, qui levitis pass et haereditas sola et tota esse voluisti, qui Apostolis paupertatem tuam divinam legasti, te solum provisorem et procuratoren in omnibus volumus et eligimus; tu solus cibus et vestis, thesaurus et gloria, medicina in malo et protectio ab hostibus. Nihil a favore humano, nihil ab amicitia mundi accipere nec etiam desiderare promittimus; tu eris nobis omnia, et homines, et ab hominibus, nihil, nisi cruz et oblivio!


VI. – Et dimitte nobis debita nostra. Paree, Domine Jesu, peccatis juventutis mea; paree peccatis in vocatione tam sancta patratis, ut, corde puro et conscientia bona digne ad sacrum altare tuum accedere audeam, sancteque tibi servire, te laudare cum angelis et sanctis merear. Dimitte delicta in nos commissa; ne vindictam sumas de oppugnantibus, calumniantibus et persequentibus nos; da eis bonum pro malo, gratiam pro delicto, amorem pro odio.


VII. – Sicut et nos dimittimus debitoribus nostris; toto corde, in charitate vera; tota mente, in simplicitate infantium; tota voluntate illis omnia bona tua sicut et nobis desiderantes et procurantes in amore tuo.


VIII. – Et ne nos inducas in tentationem. Longe fac a familia tua eucharistica vocationes subdolosas, falsas, impuras: nullus superbus et ambitiosus, durus et iracundus, hanc humilem et pauperem familiam unquam regat.

Ne tradas bestiis inmundis et perversis animas confitentes tibi.

Redde tuam societatem a scandalo inmunem, a vitio virginem, a servitute mundana liberam, a reculo alienam, ut tibi in sanctitate et libertate, in pace et quiete servire gaudeat.


IX. – Sed libera nos a malo. Libera nos a daemone superbo, impuro et discordiarum seminatore. Libera nos ab hujus vitae sollicitudinibus et curis, ut, puro, cum corde et libera mente, toti servitio eucharistico devoti nos et nostra gaudenter impendamus.

Libera nos a falsis fratribus, ne infantilem societatem tuam opprimant; a sapientibus hujus saeculi, ne spiritum tuum in nobis vitient; a viris doctis et superbis, ne in nos iracundiam tuam et derelictionem provocent; a viris affeminatis, ne virtutis ardorem et sanctae disciplina vigorem emolliant; a viro duplici animo et inconstanti, ne simplicitatem nostram perturbet.


X. – Amen. In te, Domine Jesu, speravi; non confundar in aeternum. Tu solus bonus, tu solus potens, tu solus aeternus. Tibi soli honor et gloria, amor et gratiarum actio in saeculorum saecula.


TRADUCCIÓN

“En verdad, en verdad os digo... cuanto pidierais al Padre en mi nombre, yo lo haré a fin de que el Padre sea glorificado en el Hijo” (Juan 14, 13)

I. Padre nuestro que estás en los cielos, en los cielos de la Eucaristía, a ti, que estás sentado sobre ese trono de gracia y de amor, bendición, honor, gloria y poder por los siglos de los siglos.

II. Santificado sea tu nombre... en nosotros por el espíritu de tu humildad, obediencia y caridad, y hagamos humildes y devotos que tú seas conocido, adorado y amado por todos en la Eucaristía.

III. Venga a nosotros tu reino... eucarístico. Reina tú solo para siempre sobre nosotros con el imperio de tu amor, por el triunfo de tus virtudes, por la gracia de la vocación eucarística, para tu mayor gloria.

Concédenos la gracia y la misión de tu santo amor, para que podamos predicar, extender y difundir por todas partes con la mayor eficacia tu reino eucarístico, y cumplir así tu vehemente deseo manifestado cuando decías: Ignem veni mittere in terram et quid volo nisi ut accendatur (Lc 12, 49). Fuego he venido a traer a la tierra y ¿qué he de querer sino que arda? ¡Ojalá seamos nosotros los incendiarios de este fuego celestial!

IV. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Quererte a ti solo, desearte sólo a ti, pensar solamente en ti sea siempre nuestra mayor alegría y regocijo, de tal manera que, abnegándonos en todo y siempre, el cumplimiento de tu voluntad buena, complaciente y perfecta sea nuestra luz y nuestra vida. Por lo que hace al estado y desarrollo de nuestra Sociedad quiero lo que tú quieras, porque tú lo quieres, del modo que lo quieras, todo el tiempo que quieras; perezcan nuestros pensamientos y deseos, si no proceden puramente de ti, no terminan en ti y en ti no descansan.

V. El pan nuestro de cada día dánosle hoy. Señor mío Jesucristo que alimentaste diariamente a tu pueblo con el maná del desierto; que quisiste ser la única herencia de los levitas; que legaste a los apóstoles tu divina pobreza, a ti sólo queremos y elegimos por nuestro único procurador y mayordomo. Tú sólo serás nuestra comida, nuestro vestido, nuestra riqueza, nuestra gloria, el remedio de nuestros males y la defensa de nuestros enemigos. Te prometemos no recibir ni desear nada del favor de los hombres ni de la amistad del mundo. Tú serás para nosotros todas las cosas; los hombres, nada, y nada queremos de ellos, como no sean la cruz y el olvido.

VI. Perdónanos nuestras deudas. Perdona, Jesús, los pecados de mi juventud, los cometidos en mi vocación tan santa, para que con buena conciencia y puro corazón pueda con dignidad acercarme a tu santo altar, servirte santamente y merecer alabarte con los ángeles y santos. Perdona los pecados cometidos contra nosotros; no castigues a los que nos combaten, calumnian y persiguen, sino devuélveles bien por mal, beneficios por las ofensas, amor por el odio.

VII. Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Sí, de todo corazón, con caridad verdadera, con toda el alma y con sencillez de niños, se lo perdonamos todo, deseándoles y procurándoles, con entera voluntad y por tu amor, todos tus dones, del mismo modo que los quisiéramos para nosotros.

VIII. Y no nos dejes caer en la tentación. Aleja de tu familia eucarística las vocaciones falsas, engañosas, impuras; no permitas que esta pobre y humilde familia caiga jamás en manos de un orgulloso, de un ambicioso ni de ningún hombre duro e iracundo.

No entregues a bestias inmundas y perversas las almas que te confiesan y esperan en Ti.

Preserva a tu familia eucarística de todo escándalo, consérvala virgen de todo vicio, libre de toda servidumbre mundana, extraña al siglo, a fin de que pueda cifrar toda su alegría en servirte santa y libremente, con paz y tranquilidad.

IX. Mas líbranos del mal. Líbranos del demonio impuro, orgulloso y sembrador de discordias. Líbranos de las preocupaciones y cuidados de esta vida, a fin de que, con corazón puro y espíritu desasido de todo, nos consagremos gozosos con todas nuestras cosas a tu servicio eucarístico.

Líbranos de los falsos hermanos no sea que opriman esta pequeña Sociedad, todavía en mantillas; de los sabios del mundo, para que no corrompan en nosotros la sencillez de tu espíritu; de los sabios orgullosos, no sea que provoquen tu cólera y nos abandones; líbranos de los hombres afeminados, no sea que menoscaben el vigor de la santa disciplina y el ardor de la virtud, y, finalmente, de los hombres inconstantes y falsos, no sea que turben nuestra sencillez.

X. Amén. Espero en ti, ¡oh Jesús y Señor mío! Nunca jamás seré confundido. Tú sólo eres bueno, poderoso, eterno. A Ti solo, honor y gloria, amor y acción de gracias por los siglos de los siglos.

Tomado de MILES CHRISTI

SAN PEDRO JULIÁN EYMARD (BIOGRAFÍA)


SAN PEDRO JULIÁN EYMARD
Sacerdote (1811-1868)

San Pedro Julián nació cerca de Grenoble, en Francia, el año 1811. Recorrió varios caminos hasta encontrar su vocación definitiva, pero siempre, en todas las etapas de su vida, se empleó a fondo, sin desviaciones.

Quizá la fortaleza de su carácter la recibió de la formación cristiana y austera que le dio su madre. Desde muy niño acompañaba a su madre, a la Iglesia, muy de mañana, para asistir a la Misa y comulgar.
Esto me recuerda el caso, de Ryckmans, que explica así su vocación sacerdotal: Mi madre me despertaba a las 6,30. Yo podía quedarme a estudiar antes del desayuno, o ir a Misa con ella. Todos los días la acompañaba para oír Misa y comulgar. Si mi madre no me hubiese hecho madrugar cada mañana, no hubiera tenido coraje para ir a Misa de 7 cada día, ni menos la idea y el coraje de hacerme sacerdote. Éste es el origen de mi vocación.
Eymard realizó también, hasta los 18 años, un duro trabajo con su padre en una prensa de aceite. Pero no olvidaba la piedad. Las horas libres las pasaba en el templo. Y de este modo surgió en él la vocación religiosa.
Su padre se oponía rotundamente. Pero Pedro Julián no cejaba en su empeño. Estudiaba latín a escondidas, en los ratos libres, y de este modo se preparaba lo mejor posible para cuando llegara el momento oportuno.
Por fin intervino el sacerdote Guibert, futuro cardenal y arzobispo de París, y su padre cedió. Julián entró en el noviciado de los Oblatos de Marsella. Pero la dura disciplina le debilitó y hubo de dejarlo.
Estuvo después en el seminario de Grenoble, donde fue ordenado sacerdote. Trabajó cinco años en varias parroquias, y luego ingresó en los Padres Maristas de Marsella, donde desempeñó diversas tareas.

Desde que, de niño, acompañaba a su madre a la Iglesia, se distinguió por su ardiente amor al Santísimo Sacramento. Sentía hacia él una atracción irresistible, un vivo deseo de contrarrestar las tristes secuelas que había dejado el jansenismo, siempre prontas a rebrotar.
De aquí nació el deseo de fundar una congregación dedicada exclusivamente al culto eucarístico. Dejó la Congregación de los Maristas y fundó la Congregación del Santísimo Sacramento. Sus miembros, llamados vulgarmente Sacramentinos, se dedican a adorar al Señor en la Eucaristía, día y noche, como carisma principal de su apostolado.
Fundó además la Congregación de Religiosas Siervas del Santísimo Sacramento. También organizó la archicofradía del Santísimo Sacramento, que se estableció en muchas parroquias. Promovió por todo el mundo, y con todos los medios a su alcance, el culto a la Eucaristía. Este era su mensaje: "Sólo en la vuelta a Cristo Sacramentado está la salvación".
En una de sus correrías apostólicas conoció Eymard a la señorita Tamisier. Ingresó Tamisier en la Congregación de las Siervas del Santísimo Sacramento. Luego recorrió diversos países, como viajera del Santísimo Sacramento y como organizadora de los Congresos Eucarísticos, que se siguen celebrando con notable provecho. El primero fue en Lille en 1881.
Tenía también San Pedro Julián una tierna devoción a la Virgen María. En una ocasión terminaba así su predicación: "Honremos a María con el título de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento". Y desde entonces María es invocada con este título, que sus Hijos propagan por doquier.

San Pedro Julián murió el 1 de agosto de 1868. Muy pronto se extendió su devoción. El Papa Juan XXIII lo canonizó el año 1962.

Fuente: Stat Veritas

martes, 6 de diciembre de 2011

MILAGROS Y PRODIGIOS DEL SANTO ESCAPULARIO DEL CARMEN - 7



QUITA UN RAYO LA VIDA A UN MANCEBO QUE NO LLEVABA EL
SANTO ESCAPULARIO Y DEJA CON VIDA A OTROS VARIOS QUE
LO VESTÍAN CON FERVOR  

Refiere Fr. Daniel de la Virgen María, que en la ciudad de Manresa se levantó, una tarde del mes de junio, una horrorosa tempestad y , estándola conjurando con gran fervor un religioso nuestro, cayó un rayo que hizo grandísimos estragos.

El primero a quien alcanzó fue a este devoto religioso. Cayó en tierra, efecto de la exhalación, y viéndole otro religioso, que se hallaba algo distanciado, llegose a él, observando que el rayo había abrasado y consumido todos sus vestidos excepto el Santo Escapulario. Tomole el pulso, y viendo que aún palpitaba, fue a toda prisa, después de absolverle, a dar cuenta al Prelado, que vino con otros muchos religiosos, cuando ya al que daban todos por muerto se había recobrado del susto y sobresalto, sintiendo tan sólo en la pierna derecha un intenso dolor, que, en el poco tiempo que duró, diole a bien a entender, lo mucho que tenía que agradecer a María Santísima nuestra Madre, pues por un señalado favor y merced celestial de la reina de los Cielos no había sido reducido a pavesas como otros muchos.

Quedóle después un grandísimo dolor en la pierna, de tal suerte, que en muy largo rato no podía el infeliz ni moverse, pero, más tarde, se reanimó y quedó perfectamente bien y sin que se notase la menor molestia.

Aquel mismo rayo que lo dejase a él sin vestiduras había tocado de soslayo a otros muchos vecinos de aquel pueblo, mas a ninguno quitó la vida, sino a un mancebo licencioso y disoluto que se jactaba de no llevar el Escapulario de la Virgen. Con este hecho parecía decirnos en su lenguaje el rayo, con su soberbia desvastadota: “Lo mismo hubiera hecho con todos vosotros si el bendito Escapulario de la Virgen santísima del Carmen no hubiese sofocado mis voraces incendios.”. Y así, demos todos gracias rendidísimas a nuestra Madre por semejantes estupendos beneficios como nos prodiga a cada paso su mano liberal y misericordiosa. Así sea.

Milagros y Prodigios del Santo Escapulario del Carmen
por el P. Fr. Juan Fernández Martín, O. C.

viernes, 2 de diciembre de 2011

CARTA ABIERTA A LOS CATÓLICOS PERPLEJOS (XXIII)


CONSTRUIR, NO DESTRUIR

Han transcurrido veinte años y bien se podría pensar que las reacciones provocadas por las reformas conciliares se apaciguarían, que los católicos enterrarían la religión en que habían sido educados y que los más jóvenes, no habiéndola conocido, abrazarían la nueva religión. Esa es por lo menos la apuesta hecha por los modernistas. Estos no se sorprendían demasiado de las agitaciones provocadas pues se sentían muy seguros de sí mismos en los primeros tiempos. Posteriormente estuvieron menos seguros: las concesiones múltiples y esenciales hechas al espíritu del mundo no daban los resultados esperados, nadie quería ser sacerdote del nuevo culto. Los fieles se alejaban de la práctica religiosa, la Iglesia que quería ser la Iglesia de los pobres se convertía en una Iglesia pobre obligada a recurrir a la publicidad para obtener el dinero necesario al culto y obligada a vender sus inmuebles.

Al mismo tiempo, la fidelidad a la tradición se manifestaba en todos los países cristianos y especialmente en Francia, en Suiza, en los Estados Unidos, en Hispanoamerica. El autor de la nueva misa, Monseñor Annibale Bugnini, tuvo que reconocer él mismo esta resistencia mundial en su libro póstumo (La Reforma litúrgica, Edizioni Liturgiche, Roma).
Resistencia que no cesa de crecer, de organizarse, de atraer cada vez más gente. No, el movimiento "tradicionalista" no está "perdiendo velocidad" como escriben de cuando en cuando los periodistas progresistas para tranquilizarse. ¿Dónde hay tanta gente que asista a Misa como en Saint-Nicolas-du-Chardonnet? ¿Y dónde hay tantas Misas, tantas bendiciones del Santo Sacramento, tantos hermosos oficios? La Fraternidad Sacerdotal de San Pío X cuenta en el mundo con setenta casas, cada una de las cuales tiene por lo menos un sacerdote, con iglesias como la de Bruselas, como la que últimamente compramos en Londres, como la que pusieron a nuestra disposición en Marsella; cuenta con multiplican. Las comunidades de religiosos y de religiosas creadas desde unos quince años atrás escuelas, cuatro seminarios. (1)

Nuevos establecimientos se inauguran y se que se atienen estrictamente a las reglas de las órdenes correspondientes, rebosan de vocaciones y, en efecto, hay que ampliar constantemente los locales, construir nuevos edificios. La generosidad de los católicos fieles no deja de maravillarme, especialmente en Francia.

Los Monasterios son centros de irradiación espiritual y allí acuden multitudes, a veces desde muy lejos; jóvenes extraviados por las ilusorias seducciones del placer y por la evasión en todas sus formas encuentran allí su camino de Damasco. Tendría que citar los lugares en que se conserva la verdadera fe católica y que atraen por esa razón: Le Barroux, Flavigny-sur-Ozerain, La Haye-aux-Bonshom-mes, los benedictinos de Ales, de Lamairé, las hermanas de Fanjeaux, de Brignoles, de Pontcallec, las comunidades como la del padre Lecareux... Como viajo mucho, veo en todas partes la mano de Jesucristo que bendice a su Iglesia. En México el pueblo expulsó de las iglesias al clero reformador conquistado por la presunta teología de la liberación, clero que quería quitar las imágenes de los santos en las iglesias. "Los que se irán serán ustedes, no las imágenes." Las condiciones políticas nos impidieron fundar una casa en México pero tenemos un centro instalado en El Paso, en la frontera de los Estados Unidos, que resplandece con la presencia de sacerdotes fieles. Los descendientes de los Cristeros les hacen fiestas y les ofrecen sus iglesias. Llamado por la población, yo mismo hube de administrar allí dos mil quinientas confirmaciones.

En los Estados Unidos, jóvenes matrimonios cargados de hijos acuden a los padres de la Fraternidad. En 1982 ordené en ese país a los tres primeros sacerdotes formados enteramente en nuestros seminarios. Los grupos tradicionales se multiplican en tanto que las parroquias se degradan. Irlanda, que al comienzo se mostró refractaria a las novedades, llevó a cabo su reforma en 1980: los altares fueron arrojados a los ríos o reutilizados como materiales de construcción. Al mismo tiempo se formaban grupos tradicionalistas en Dublín y en Belfast. En Brasil, en la diócesis de Campos a la que ya me referí, la población permaneció estrechamente apretada alrededor de los sacerdotes alejados de sus parroquias por el nuevo obispo. Manifestaciones de cinco a diez mil personas recorrieron las calles.

De manera que estamos en el buen camino; allí están las pruebas, y el árbol se conoce por sus frutos. Lo que realizaron los clérigos y los laicos a pesar de la persecución del clero liberal —pues, como decía Louis Veuillot, "No hay peor sectario que un liberal"— es casi milagroso.

No os dejéis engañar, queridos lectores, por el uso del término "tradicionalista" que se trata de emplear en sentido despectivo. En cierto modo se trata de un pleonasmo, pues no veo qué cosa puede ser un católico que no sea tradicionalista. La Iglesia es una tradición, como creo haberlo demostrado ampliamente en este libro. Nosotros, los católicos, somos una tradición. También se habla de "integrismo"; si se entiende por esa expresión el respeto a la integridad del dogma, del catecismo, de la moral cristiana, del santo sacrificio de la misa, entonces, sí, somos integristas. Pero tampoco veo cómo un católico puede no ser integrista en este sentido.

Se dice también que mi obra desaparecerá conmigo porque no habrá obispos que me reemplacen. Estoy seguro de lo contrario; sobre esto no tengo ninguna inquietud. Puedo morir mañana y el buen Dios tiene todas las soluciones. Sé que en el mundo se encontrarán suficientes obispos para ordenar a nuestros seminaristas. Aun cuando hoy uno u otro de los obispos permanezca callado, recibirá del Espíritu Santo el coraje para manifestarse a su vez. Si mi obra es de Dios, El sabrá conservarla y hacerla servir para bien de la Iglesia. Nuestro Señor nos lo prometió: las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.

Por eso yo me obstino, y si se quiere conocer el motivo profundo de esa obstinación, helo aquí. En la hora de mi muerte, cuando Nuestro Señor me pregunte: "¿Qué has hecho de tu episcopado, qué has hecho de tu gracia episcopal y sacerdotal?", yo no quiero oír de su boca estas terribles palabras: "Tú has contribuido con los otros a la destrucción de mi Iglesia".

Mons. Marcel Lefebvre

(Fin de la obra)

(1) La Hermandad San Pío X cuenta en España con varias capillas, una casa de ejercicios espirituales, una revista bimensual (“Tradición Católica”). Para cualquier información dirigirse a: Casa San José, 28607-El Alamo (Madrid), teléfono: 91 812 28 81.