jueves, 31 de diciembre de 2015

EL IMPRESIONANTE CASO DE POSESIÓN DIABÓLICA DE ANTOINE GAY (Video)



¿HAY MILAGROS FUERA DE LA IGLESIA CATOLICA? ¡...LA CEREZA DEL PASTEL!




En una de nuestras Misiones, al fin de la Misa, hice la siguiente pregunta….¿Puede Dios hacer milagros fuera de la Iglesia Católica?.....y un joven gaucho, sin muchos estudios, más aplicando el Sentido Común más elemental, contesta, “¡No!”.

Vuelvo a preguntar… y...¿ por qué no ?,… porque la única Iglesia Verdadera es la Católica, y si Dios hiciera milagros en otra ¡se contradeciría!

¡Magnífica respuesta de un sencillo, que aún razona!

Mas no son pocos los que no tienen o no desean aplicar el sentido común, y desean buscar la quinta pata al gato y no contentos con los argumentos dados días atrás, (*), precisan de más razonamientos…

Pasemos a los principios…

1º Del Evangelio… El árbol malo no puede dar buen fruto….del árbol de la Ig. Conciliar, de la nueva misa, del nuevo catecismo,  ….¿se puede tomar buen fruto….? …. ¿no están ellos a la vista?

Alguien argumentará que “el árbol”, la Iglesia Católica y la Ig.. Conciliar son la misma cosa…

Ellos, los modernistas, se llaman a sí mismos “Ig. Pos conciliar o Conciliar”, .... ¡a declaración de parte relevo de prueba!  Son OTRA Iglesia, que encarna la herejía modernista, a la cual no se puede aplicar las cuatro notas de la Iglesia de Xto… por tanto, la herejía, ¿puede dar buen fruto?

2º También del Evangelio, nadie puede servir a dos señores….nadie puede servir a la Iglesia de Xto. y a la Ig. Post Conciliar o Conciliar…. ¡el principio de no contradicción es patente en el Evangelio!

3º  De la sana filosofía…. ¡nadie obra sin un fin!.... ¿Dios puede tener por fin algo que no conduzca a su Gloria?.... a qué fin conduce un supuesto “milagro” en una misa nueva…. ¡Evidentemente a permanecer en ella!

 Va contra el principio de no contradicción….el milagro es “ la firma de Dios”…. ¡Él no puede firmar herejías! ....¡¡¿dónde queda el: “ SI, SI, NO, NO”, que enseña el mismo Cristo ?!!

Pero… alguien puede decir, recordando su Catecismo, ¡que Dios es omnipotente! ....por tanto, si Dios quisiera hacer, por ejemplo, llorar una imagen de Buda …. ¿no lo podría hacer?

¡De potencia absoluta sí! .... ¡Dios puede hacer llorar una estatua de Buda si quiere! …. ¡o que la secta del evangelio octogonal reformada se vuelva triangular! .... ¡¡¡pero!!!

Un niño de Catecismo, ¿no aprende que Dios es ORDENADO?...¿Que  Dios es el Supremo Ordenador que hace todas las cosas con peso, número y medida? .… recordemos que Dios  es el Primer Ordenador, ¡y lo que desordena el plan de Dios es nuestro pecado!

¿Acaso no es el pecado un desorden contra el orden establecido por Dios en los diez mandamientos, por ejemplo?.... ¿no son un desorden, el amar la creatura más que a DIOS, la impiedad, el servilismo ?  

Ahora bien, si Dios es Ordenado, ¿puede Él mismo desordenar su propia obra?.... ¡EVIDENTEMENTE que no!

Pero el milagro,… ¿no implica un cierto desorden en sus leyes?

El milagro implica la suspensión de las leyes naturales sobre una persona, objeto o cosas, por ejemplo, es un milagro que una persona pueda vivir sin comer ni beber durante años, alimentándose sólo de la Eucaristía, este fenómeno se llama Inedia, y lo tuvieron muchos Santos CATÓLICOS.

Dios como Supremo Legislador suspende sus propias leyes para mostrar el poder de la Sta. Eucaristía, amén de mostrar la Gloria de sus Santos, mas suspender sus leyes no implica el contradecirlas.

San Pascual Bailón cuando levitaba ante el Ssmo. Sacramento, las leyes de la gravedad para él quedaban suspensas, no obstante, hasta en el milagro, el Santo guardaba un Orden, ¡y no quedaba cabeza abajo o en posturas que causen escándalo o irrisión!

¡DIOS en todo ES ORDENADO!

Por tanto Dios no puede hacer milagros fuera de SU Iglesia.

Pero… Sto. Tomas, ¿nos dice lo contrario en la II-II – 178-2?

Si leemos bien, Sto. Tomas se pregunta si los malos pueden hacer milagros, o sea pecadores, pero por las respuestas se ve que trata de gente que está sin la Gracia, pero no habla de herejes o infieles o paganos, que NO pertenecen a la Iglesia de ningún modo o lo son sólo en potencia.

¿Y por qué el Santo no se hace la pregunta que aquí tratamos?

¡Fácil¡.... !Porque es obvio! …. !Porque Sto. Tomas estima que todos los hombres tienen entendimiento! ....el mismo Cristo, ¿no les reprochaba a los suyos .… “vosotros también estáis sin entendimiento?”

Alguien reclamó, ¡esperar tener un Papa Católico que de una definición del Magisterio infalible sobre el tema! .... ¿no les parece un tanto exagerado molestar a un Papa para declarar algo que es obvio o que al menos por simple deducción de lo enseñado en los Evangelios y el Catecismo, se puede deducir?

Y los monjes dominicos, ¿que contestaron?.... que era un tema muy complicado,  que no se debe abordar y que no tratarán el tema…. ¡Por favor!

Leíamos con nuestros queridos Ejercitantes del Retiro Espiritual de Navidad, un hermoso libro de Mons. Tihamer Toth, “Los Diez Mandamientos”, donde tratando del problema del espiritismo dice que es un asunto misterioso y aún no bien esclarecido pero que …. los sacerdotes Católicos NO PODEMOS huir de ningún problema religioso o moral…”

¿Hace falta hacer un comentario?

Pero …..primum vívere, dopo filosofare, lo que aquí no se planteó es la siguiente cuestión ……en el orden práctico …¿cuál  opinión vamos a seguir?

¿La primera, que dice no haber milagros fuera de la Iglesia o la 2da, su opuesta?.... ¡evidente que las más segura! .... ¡la opinión más probable  y más segura es que no los haya!

Pero, concedamos que la 2º opinión sea cierta, en el día a día, es la 1º la que debemos seguir, aplicando la más elemental prudencia y sentido común, y estos fueron los  grandes ausentes en este conflicto ….

¿Nosotros, iríamos a postrarnos en un milagro modernista?....

Y si la contestación fuese que sí, ….

Entonces, …. ¿Qué hacemos en la Tradición?

¡Para mi este tema está terminado! ....¡el que quiera buscar la cuadratura del círculo, que le aproveche! .... Prefiero quedarme en la seguridad que otorga la cereza de este pastel....¡El Bendito Sentido Común!


P. Ernesto Cardozo
Ipatinga M.G., 30 de Diciembra del 2015.




martes, 29 de diciembre de 2015

PROFECIAS DE LA VENERABLE MARIA DE JESUS DE AGREDA


Llamada en el siglo María Coronel, nació en la villa de Agreda (Soria) en 1602. Falleció en 1665. Entró religiosa Franciscana, y era de una familia tan piadosa que tanto se padre como su madre ingresaron también religiosos. A los veintiséis años fue nombrada Superiora de su convento, y se vio adornada con los dones más extraordinarios, como visiones, revelaciones, levitaciones y casos de bilocación perfectamente comprobados.

Tuvo correspondencia con el Rey Felipe IV, que la visitó varias veces en su convento. Las obras que escribió por mandato de sus directores constituyeron uno de los fenómenos más extraordinarios de la Mística de todos los tiempos. Se conservan tres autógrafos, que volvió a copiar después de haberlos destruido a la menor insinuación de los que gobernaban su alma, y existen copias de otros que andaban entre algunos de sus devotos, como la «Escala Espiritual», «El Jardín Espiritual» y «El Nivel del Alma». Pero la que le proporcionó una fama inusitada fue su «Mística Ciudad de Dios», narración de la vida de la Santísima Virgen con toda suerte de detalles.

Aun considerándola como obra meramente humana, sin intervención de lo alto, resulta un libro sorprendente por ser obra de una mujer sin cultura especial, y a ha constituido el pasmo y sorpresa de muchos teólogos de todas las escuelas, proporcionando a su autora uno de los puestos más excelsos entre los cultivadores de la teología mística de todos los tiempos.

A nosotros sólo nos interesa copiar de alguno de los capítulos de la «Mística Ciudad de Dios» algunos párrafos donde nos pone de relieve la misión de España en los planes de la Providencia y la tutela especialísima que la Santísima Virgen tiene sobre la ciudad de Zaragoza, como se ha comprobado en el trascurso de los siglos, entre los paganos, las invasiones de los sarracenos y los avatares de las guerras y revoluciones, y a través de la ciudad que baña el Ebro y conserva su Pilar como columna indefectible de la Fe a toda la Nación Hispana, bajo cuyo patronazgo se cobija.

Exponemos en primer lugar los Castigos que sucederán al fin de los tiempos para vengar las injurias proferidas contra la Santísima Virgen. Dice a este respecto: «Estos ángeles, de quien habla en este lugar el evangelista, son siete de los que asisten especialmente al trono de Dios y a quien Su Majestad ha dado cargo y potestad para que castiguen algunos pecados de los hombres. Y esta venganza de la ira del Omnipotente sucederá en los últimos siglos del mundo; pero será tan nuevo el castigo, que ni antes ni después en la vida mortal se haya visto otro mayor... Este uno que habló a San Juan es el ángel por quien singularmente vengará Dios las injurias hechas contra su Madre Santísima con formidable castigo. Por haberla despreciado con osadía loca, han irritado la indignación de su omnipotencia, y por estar empeñada toda la Santísima Trinidad en honrar y levantar a esta Reina del Cielo sobre toda criatura humana y angélica y ponerla en el mundo por espejo de la Divinidad y Medianera única de los mortales, tomará Dios señaladamente por su cuenta vengar las herejías, errores y blasfemias y cualquier desacato cometido contra ella, y el no haberle glorificado, conocido y adorado en este su tabernáculo y no haberse aprovechado de tan incomparable misericordia.» (Cf. «Mística Ciudad de Dios», nº 266, pág. 121. Madrid, 1970.)

Después de describir la aparición de la Santísima Virgen al apóstol Santiago, consigna lo siguiente sobre el Pilar de Zaragoza y nuestra Patria:

«Prosiguió la Reina del Cielo y dijo: Hijo mío, Jacobo, siervo del Altísimo, este lugar ha señalado y destinado el Altísimo y Todopoderoso Dios del cielo para que en la tierra lo consagréis y dediquéis en un templo y casa de oración de donde debajo del título de mi nombre quiere que el suyo sea ensalzado y engrandecido, y que los tesoros de su divina diestra se comuniquen, franqueando liberalmente sus antiguas misericordias con todos los fieles y que por mi intercesión las alcance, si las pidieren con verdadera fe y piadosa devoción. Yo, en nombre del Todopoderoso, les prometo grandes favores y bendiciones de dulzura y mi verdadera protección y amparo, porque éste ha de ser templo y casa mía y mi propia herencia y posesión. Y en testimonio de esta verdad y promesa quedara aquí esta columna y colocada mi propia imagen, que en este lugar donde edificareis mi templo perseverara y durara con la santa Fe hasta el fin del mundo.

Dio humildes gracias nuestro apóstol a María Santísima y le pidió el amparo de este Reino de España con especial protección y mucho más de aquel lugar consagrado a su devoción y nombre...
(Cf. «Mistica Ciuda de Dios», libro VII, cap. 17, págs. 1294-5).

Alerta Humanidad.
Capitulo 47.

domingo, 27 de diciembre de 2015

LA RENOVACIÓN DE LA IGLESIA - PROFECÍAS DE LA BEATA ANA CATALINA EMMERICH



En la Iglesia se vio operar una reconciliación acompañada de testimonios de humildad. Vi a los obispos y pastores aproximarse unos a otros y cambiar sus libros: las sectas reconocían a la Iglesia, a su maravillosa victoria y a las claridades de la revelación que ellas habían visto con sus ojos irradiar sobre ella. Estas claridades venían de los rayos del surtidor que san Juan había hecho brotar del lago de la montaña de los profetas. Cuando vi esta reunión, sentí una profunda impresión de la proximidad del reino de Dios. Sentí un esplendor y una vida superior manifestarse en toda la naturaleza y una santa emoción embargar a todos los hombres, como en los tiempos cuando el nacimiento del Señor estaba próximo y sentí de tal manera la cercanía del reino de Dios que me sentí forzada a correr a su encuentro y a dar gritos de alegría.

Tuve el sentimiento del advenimiento de María en sus primeros ancestros. Vi su estirpe ennoblecerse a medida que Ella se aproximaba al punto en el que se produciría esta flor. Vi llegar a María, ¿cómo fue? Yo no sé expresarlo; es de la misma manera que tengo el presentimiento de un acercamiento del reino de Dios. Yo lo he visto aproximarse, atraído por el ardiente deseo de muchos cristianos, llenos de humildad, de amor y de fe; era el deseo que le atraía.

Vi una gran fiesta en la Iglesia que, tras la victoria conseguida, irradiaba como el sol. Vi un nuevo Papa austero y muy enérgico. Vi, antes del comienzo de la fiesta, muchos obispos y pastores expulsados por él, a causa de su maldad. Vi a los santos apóstoles tomar una parte muy especial en la celebración de esta fiesta en la Iglesia. Vi entonces muy cerca de su realización la plegaria: «Venga a nosotros tu reino». Me parecía ver jardines celestes, brillantes de luz, descender de arriba, reunirse en la tierra, en lugares donde el fuego estaba encendido, y bañar todo lo que está por debajo en una luz primordial.

(...)

Lo mismo que en la estirpe de David, la promesa fue preservada hasta su cumplimiento en María en la plenitud de los tiempos; lo mismo que esa estirpe fue cuidada, protegida, purificada hasta el momento en el que ella produjo en la Santa Virgen la luz del mundo, de la misma manera, este santo de la montaña de los profetas purifica y conserva todos los tesoros de la creación y de la promesa, así como el significado y la esencia de toda palabra y de toda criatura hasta que los tiempos se cumplan. Él rechaza y borra todo lo que es falso y malo; entonces es una corriente tan pura como cuando sale del seno de Dios, y es así como fluye hoy en la naturaleza entera.

Yo estaba en el jardín de la Casa nupcial. La matrona estaba todavía enferma, pero sin embargo ella ponía en orden, limpiaba y quitaba los escombros por aquí y por allí en el jardín.

Vi a varios santos revestidos de antiguos hábitos sacerdotales que limpiaban diversas partes de la iglesia y quitaban las telas de araña. La puerta estaba abierta, la iglesia se volvía cada vez más luminosa. Era como si los dueños hicieran el trabajo de los criados: ya que aquellos que estaban en la casa nupcial no hacían nada y muchos estaban descontentos. (AA.II.361)

Había sin embargo por aquí un gran movimiento. Parecía que algunos dudaran de entrar aun cuando la iglesia estaba totalmente puesta en orden: pero algunos entonces debían ser apartados a un lado. (AA.II.361)

Mientras que la iglesia se volvía cada vez mas bella y más luminosa, surgió de repente en su seno una bella fuente limpia que extendió por todas partes un agua pura como el cristal, salió a través de los muros y, fluyendo en el jardín, reanimó todo. (AA.II.361)

A la efusión de esta fuente, todo se volvió luminoso y más dichoso y vi por encima de ella un altar resplandeciente como un espíritu celeste, como una manifestación y un crecimiento futuros (AA.II.361)

Parecía que todo iba creciendo en la iglesia, muros, tejados, decoraciones, cuerpo del edificio, en fin todo; y los santos continuaban trabajando y el movimiento cada vez más grande en la Casa nupcial. (AA.II.361)

Entonces tuve una nueva visión. Vi a la Santa Virgen por encima de la iglesia, y alrededor de ella a los apóstoles y obispos. Vi por encima grandes procesiones y ceremonias solemnes.

Vi grandes bendiciones repartidas desde lo alto y muchos cambios. Vi también al Papa ordenar y regular todo ello. Vi surgir hombres pobres y simples de los cuales muchos eran todavía jóvenes. Vi muchos antiguos dignatarios eclesiásticos que, habiéndose puesto al servicio de los malos obispos, habían dejado en el olvido los intereses de la Iglesia, arrastrarse en muletas, como cojos y paralíticos; fueron llevados por dos conductores y recibieron su perdón.

Vi una cantidad de malos obispos, que habían creído poder hacer algo ellos mismos y que no recibían por sus trabajos la fuerza de Cristo por la intermediación de sus santos predecesores y de la Iglesia, alejados y reemplazados por otros. (AA.II.492)

Los enemigos que habían huido en el combate no fueron perseguidos; pero se dispersaron por todos lados. (AA.II.240)

Vi al sacerdocio y a las órdenes religiosas renovarse tras una larga decadencia.

Me parecía que una masa de personas piadosas había surgido y que todo salía de ellos y se desarrollaba (AA.III.176)

Vi en la iglesia de San Pedro, en Roma, una gran fiesta con muchas luces y vi que el Santo Padre, así como muchos otros, ha sido fortalecido por el Espíritu Santo.

Vi también, en diversos lugares del mundo, la luz descender sobre los doce hombres que veo tan a menudo como doce nuevos apóstoles o profetas de la Iglesia. (AA.II.429)

Texto tomado de Capilla Católica.

NOVENA A LA SAGRADA FAMILIA



NOVENA
A LA
SAGRADA FAMILIA

ADVERTENCIAS PARA HACER ESTA NOVENA

El modo y tiempo más a propósito de hacer esta Novena a la Sagrada Familia, es siempre que la devoción lo dictare o la necesidad lo pidiere. Y para alcanzar con más seguridad lo que en ella se pide será bueno purificar la conciencia recibiendo los Santos Sacramentos de la Confesión y Comunión, lo que podrá hacerse el primer día o en cualquier otro de la Novena, para que de esta suerte, limpios de corazón, sean más eficaces las peticiones y Dios nos las conceda propicio, y puede asegurarse que con estas diligencias se logrará la gracia que se pretende alcanzar en esta Novena, si es que conviene para nuestra salud espiritual y corporal.


MODO DE HACER LA NOVENA

Puestos de rodillas delante de una imagen de la Sagrada Familia, se santiguará y luego dirá todos los días el siguiente.


ACTO DE CONTRICIÓN

¡Oh Padre de misericordia! aquí me tenéis arrepentido de todas mis culpas; tened piedad de mi. Me pesa de haberos ofendido porque sois sumamente bueno y digno de ser amado sobre todas las cosas. Con la ayuda de vuestra gracia, renuevo el propósito firme de no pecar más. Jesús, José y María, sed mis protectores para que huya de toda ocasión y peligro de caer en pecado, y que nada haya que sea capaz en adelante de hacerme faltar a este propósito y apartarme del amor y servicio de Dios. Amén.


ORACIÓN PREPARATORIA PARA
TODOS LOS DÍAS

¡Oh Jesús, Redentor nuestro amabilísimo! que viniendo del cielo para ilustrar al mundo con la doctrina y el ejemplo, quisiste pasar la mayor parte de tu vida mortal en la humilde casa de Nazareth, sujeto a María y a José, consagrando aquella Familia, que había de ser en adelante el modelo de todas las familias cristianas. Recibe benigno esta familia, que ahora se entrega toda a Tí. Protégela y guárdala, y confirma en ella tu santo temor, juntamente con la paz y concordia de la caridad cristiana, para que se haga semejante al divino ejemplar de tu Familia, y todos cuantos la componemos consigamos la eterna bienaventuranza.

¡Oh amantísima María, Madre de Jesucristo y Madre nuestra! haz por tu piedad y clemencia, que Jesús acepte nuestra consagración, y nos conceda sus beneficios y bendiciones.


ORACIÓN FINAL PARA TODOS
LOS DÍAS

¡Oh Sagrada Familia de Nazareth! Vednos aquí postrados humildemente a vuestros pies para manifestaros nuestro amor e implorar vuestro poderoso patrocinio. Os reconocemos y confesamos por la Familia más santa, el modelo incomparable y perfecto de todas las familias. Os pedimos, Santos Protectores nuestros, echéis una mirada de piedad sobre todos los que constituimos la familia de esta casa. Haced que el Espíritu Santo con el fuego ardiente de su caridad, consuma todo aquello que pueda separarnos de vuestro amor. Alcanzadnos aquellas gracias que sabéis necesita nuestra familia y ardientemente desea nuestro corazón. Perdonadnos, si es que nuestra devoción hacia Vos no ha sido hasta ahora todo lo viva y ferviente que debiera. Acogednos bajo vuestro fidelísimo amparo; miradnos como cosa vuestra y protegednos en todos los peligros y adversidades. Amén.


DÍA PRIMERO

De rodillas, hecha la señal de la cruz, se dirá el acto de contrición y la oración preparatoria para todos los días.

ORACIÓN

Dulcísimo Jesús, que por vuestro amor quisisteis aparecer en el mundo entre humildes en un pobre y abandonado establo, ser envuelto en míseros pañales y vivir sujeto a todas las privaciones y penalidades comunes a todos los hombres. Aquí nos tenéis a vuestros pies postrados, con nuestro corazón oprimido por el dolor de nuestras pasadas faltas. ¡Cuánto sentimos, oh dulce y querido Niño, el haberos ofendido! Aceptad esta Novena que os ofrecemos, en desagravio de cuanto por nuestra miseria o malicia hayamos hecho ofensivo a vuestra bondad y misericordia, y para consolaros y acompañaros en tantos sacrificios como realizasteis, durante vuestra infancia. Vos que vinisteis a la tierra para abrasarla en el fuego de vuestro amor, inflamad nuestros corazones, ¡oh Jesús mío! a fin de que entregados a Vos sin reserva, seáis el único objeto de nuestras aspiraciones. Por piedad ¡oh buen Jesús! no nos desechéis, ni permitáis que nuestros tibios corazones cesen jamás de amaros con fervor. ¡Oh María, dulcísima Reina mía! ¡Oh José, esperanza de los mortales! os rogamos intercedáis con vuestro divino Hijo para que acepte esta ofrenda y nos una a El para siempre, con los lazos de su santo amor. Amén.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patris a la Santísima Trinidad, y luego pide a la Sagrada Familia lo que deseas conseguir de la Novena.

A continuación se dirá la Oración final para todos los días y los Gozos a la Sagrada Familia


DÍA SEGUNDO

De rodillas, hecha la señal de la cruz, se dirá el acto de contrición y la oración preparatoria como el día primero.

ORACIÓN

¡Oh Príncipe soberano, Dios inmenso e incomparable! En nombre de todas las criaturas te doy infinitas gracias por tu venida al mundo en carne mortal para sacarnos del cautiverio de la culpa y librarnos de la tiranía del mal, estableciendo la paz entre Dios y los hombres. Seáis mil veces bien venido, dulcísimo Jesús mío, a buscarme como oveja extraviada para enseñarme el camino de la salvación y abrirme las puertas de la eterna morada. Dadnos el don de vuestro santo amor para que abrasado nuestro corazón en sus dulcísimas llamas cantemos vuestras bondades aquí en la tierra y después hagamos coro con los moradores del cielo eternamente. Amén.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patris a la Santísima Trinidad, y luego pide a la Sagrada Familia lo que deseas conseguir de la Novena.

A continuación se dirá la Oración final para todos los días y los Gozos a la Sagrada Familia.


DÍA TERCERO

De rodillas, hecha la señal de la cruz, se dirá el acto de contrición y la oración preparatoria como el día primero.

ORACIÓN

¡Oh amado Jesús mío! ¿Cómo es que siendo lo que sois, el Rey de reyes, el Rey de cielos y tierra, el Hijo de Dios, quisiste nacer en un establo, pobre y desamparado de todos; y siendo Creador de cuanto tiene ser, vivisteis sujeto a José y a María? Nadie en efecto os acompaña y asiste más que la Virgen María, vuestra santísima Madre, y su privilegiado esposo San José. ¡Con que gozo me uniría yo también a Ellos para haceros compañía y aprender de cerca las admirables lecciones de humildad, obediencia y desprecio de todo lo terreno que nos dais!. Dignaos recibirme, aunque estoy persuadido de que no lo merezco, pero resuena en mi corazón la dulce voz con que me llamáis. Aquí me tenéis, pues, amado Jesús, todo lo dejo en este día para estar aquí con Vos. Si hasta ahora he andado buscando equivocadamente los placeres del mundo, ya, merced a la luz que comunicáis a mi mente, no quiero ni pretendo otra cosa que vivir siempre unido a Vos que sois la alegría de los cielos y el sincero y verdadero amante de mi alma.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patris a la Santísima Trinidad, y luego pide a la Sagrada Familia lo que deseas conseguir de la Novena.

A continuación se dirá la Oración final para todos los días y los Gozos a la Sagrada Familia


DÍA CUARTO

De rodillas, hecha la señal de la cruz, se dirá el acto de contrición y la oración preparatoria como el día primero.

ORACIÓN

Oh Virgen María, toda mi esperanza y consuelo, después de Jesucristo; gracias te doy por los incontables favores que me has alcanzado hasta la hora presente y por los males de que me has librado. Dígnate, Madre mía, continuar dispensándome tu valiosa protección, especialmente para que no caiga en pecado. Te encomiendo mi cuerpo y mi alma, para poderlo emplear, con tu ayuda, en servicio tuyo, de tu Hijo Santísimo y en el de tu privilegiado Esposo, proponiéndome evitar todo pecado mortal el resto de mi vida. ¡Oh Madre mía! que no pierda yo la gracia de Jesús, sino que mi alma adornada con las virtudes celestiales, sea digna morada de tan Sagrados Huéspedes; haced que mi fervor a Vos sea cada día más grande para poder amaros de todo corazón y que mis labios no cesen en todo tiempo de bendecir los sacratísimos nombres de Jesús, José y María, con la alegría y gozo santo con que los bendicen los moradores del cielo y los justos de la tierra, y con el que deseo ardientemente sean también benditos y alabados por todas las criaturas. Amén.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patris a la Santísima Trinidad, y luego pide a la Sagrada Familia lo que deseas conseguir de la Novena.

A continuación se dirá la Oración final para todos los días y los Gozos a la Sagrada Familia.


DÍA QUINTO

De rodillas, hecha la señal de la cruz, se dirá el acto de contrición y la oración preparatoria como el día primero.

ORACIÓN

Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre mía, con todo el afecto de mi corazón y con toda mi alma, me consagro y me entrego a Vos en este día , con el deseo de que seáis mi abogada y especial protectora, esperando de vuestra piedad inmensa que os dignéis interceder con vuestro divino Hijo para que con el auxilio de su santa gracia me aparte de toda ocasión de ofenderle y aproveche las que se me ofrezcan para agradarle. Deseo ocuparme siempre, pero especialmente en este tiempo, en el servicio de mi Dios y en el vuestro. Renuevo ahora todos mis propósitos de enmendar mi vida, refrenar mis pasiones, contener los ímpetus desordenados de mi corazón y seguir fielmente las inspiraciones de la gracia. Ayudadme, Madre mía, para que así lo cumpla. Sed mi Madre todos y cada uno de los días de mi vida; haced que la última palabra que pronuncien mis labios en la hora de mi muerte, sea vuestro nombre bendito con los de Jesús vuestro Hijo, y José vuestro purísimo Esposo, para que defendida mi alma con tan poderoso escudo, al desprenderse de este cuerpo miserable, pase a las mansiones eternas de la gloria a bendeciros y alabaros por todos los siglos de los siglos. Amén.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patris a la Santísima Trinidad, y luego pide a la Sagrada Familia lo que deseas conseguir de la Novena.

A continuación se dirá la Oración final para todos los días y los Gozos a la Sagrada Familia.


DÍA SEXTO

De rodillas, hecha la señal de la cruz, se dirá el acto de contrición y la oración preparatoria como el día primero.

ORACIÓN

¡Oh Virgen benditísima! Inmaculada Reina y Madre mía, refugio y consuelo de los pecadores: postrados ante vuestro trono, con todos los que formamos esta familia, os elegimos por Señora, Madre y Abogada nuestra, y todos nos dedicamos y consagramos para siempre a vuestro servicio, suplicándoos humildemente nos admitáis en el número de vuestros siervos, y a todos nos toméis bajo vuestro amparo, ayudándonos en vida y sobre todo en la hora de nuestra muerte. Bendecidnos Señora, a todos los que somos miembros de esta familia y no permitáis que ninguno en adelante ofendamos a Dios. Defendednos en las tentaciones, socorrednos en las necesidades, libradnos de los peligros, inspiradnos en las dudas, consoladnos en las aflicciones, asistidnos en las enfermedades, principalmente en la última de nuestra vida. No permitáis ¡oh santa Madre de Dios! que el común enemigo pueda gloriarse de tener esclavo suyo a ninguno de nosotros, después de habernos consagrado a vuestro amor y servicio, sino que todos tengamos la dicha de ser siempre vuestros y llegar un día al reino de la gloria para estar en vuestra compañía, en la de vuestro Hijo Santísimo, nuestro divino Redentor, y en la de vuestro amadísimo esposo San José, para bendeciros y alabaros por los siglos de los siglos. Amén.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patris a la Santísima Trinidad, y luego pide a la Sagrada Familia lo que deseas conseguir de la Novena.

A continuación se dirá la Oración final para todos los días y los Gozos a la Sagrada Familia.


DÍA SÉPTIMO

De rodillas, hecha la señal de la cruz, se dirá el acto de contrición y la oración preparatoria como el día primero.

ORACIÓN

Poderosísimo San José; cuando en medio de las angustias y necesidades que en este valle de lágrimas nos rodean, levantamos nuestros corazones afligidos al cielo, parécenos escuchar una voz amorosa que nos dice: «Acudid a José y él os dará el remedio que necesitáis.» Por eso recurrimos a Vos bondadoso Patriarca, y con todo el fervor de nuestro afligido corazón os pedimos que desde el trono de gloria en que os colocaron vuestros merecimientos, escuchéis propicio nuestras súplicas y aceptéis esta Novena con que os obsequiamos, en reconocimiento del gran favor que nos dispensáis al escuchar nuestras súplicas con vuestra santísima Esposa y el bendito Niño Jesús. Humildemente confesamos que las tribulaciones que nos afligen son la pena merecida por nuestros pecados y, arrepentidos de haberlos cometido, pedimos a Dios perdón de todo ellos. Alcanzádnoslo, amorosísimo San José, y por el amor que profesasteis a vuestro Jesús y María y por la autoridad que sobre Ellos ejercisteis aquí en la tierra, interceded ahora por nosotros en el cielo, escuchando nuestras peticiones y presentándolas Vos mismo a vuestra Esposa Inmaculada y a vuestro divino Hijo, para que sean favorablemente despachadas, para mayor gloria de Dios, de la Santísima Virgen y vuestra. Amén.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patris a la Santísima Trinidad, y luego pide a la Sagrada Familia lo que deseas conseguir de la Novena.

A continuación se dirá la Oración final para todos los días y los Gozos a la Sagrada Familia.


DÍA OCTAVO

De rodillas, hecha la señal de la cruz, se dirá el acto de contrición y la oración preparatoria como el día primero.

ORACIÓN

Castísimo José, esposo de María; me gozo de veros elevado a tan sublime dignidad y adornado de las más heroicas virtudes. Por los dulcísimos ósculos y estrechísimos abrazos que disteis al divino Niño Jesús, os suplicamos nos admitáis en el número de vuestros devotos. Proteged a todas las familias y alcanzadnos a todos la gracia de conservar la pureza de cuerpo y alma. Amparad a los pobres y a los afligidos, por la pobreza y amarguras que padecisteis en compañía de Jesús y María en Belén, en Egipto y en Nazareth, y haced que sufriendo con paciencia nuestros trabajos merezcamos el descanso eterno. Sed protector de todos los padres y esposos para que en todos los hogares reine la paz y eduquen a sus hijos en el santo temor a Dios. Y que estas familias, en fin, así protegidas por vuestro poderoso patrocinio, sean modelo de santas y cristianas costumbres y sirvan de estímulo para que con Jesús y María, seáis en todas partes amado y por todos siempre alabado, así en la tierra como en el cielo. Amén.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patris a la Santísima Trinidad, y luego pide a la Sagrada Familia lo que deseas conseguir de la Novena.

A continuación se dirá la Oración final para todos los días y los Gozos a la Sagrada Familia.


DÍA NOVENO

De rodillas, hecha la señal de la cruz, se dirá el acto de contrición y la oración preparatoria como el día primero.

ORACIÓN

Aquí nos tenéis a vuestros pies postrados ¡oh incomparable protector nuestro San José! con el más humilde y tierno afecto, confiados en vuestro poderoso y eficaz patrocinio. Dirigid una mirada compasiva sobre nuestras miserias, que son la causa de tantos trabajos y contrariedades como nos afligen por doquier. Y así como Vos ¡oh pacientísimo Custodio de la Sagrada Familia! disfrutasteis gozos inefables por vuestra gratitud a los divinos beneficios, y por la firmísima esperanza que en los dolores y amarguras de vuestra vida tuvisteis que tolerar con vuestra santísima Esposa e Hijo divino en la realización de los misteriosos designios del Eterno, sufriéndolo todo con heroica resignación, alentado por la absoluta confianza que depositasteis en la protección del mismo Dios, que te llamaba Padre; así nosotros, por vuestra poderosa intercesión ¡glorioso Patriarca! seamos vuestros más fieles servidores e imitadores en esta consoladora virtud; y en las amarguras, dolores y tribulaciones de esta vida, esperemos firme y confiadamente la celestial ayuda, a fin de que las espinas se conviertan en rosas, las tristezas en alegrías y las penalidades temporales en goces eternos. Amén.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patris a la Santísima Trinidad, y luego pide a la Sagrada Familia lo que deseas conseguir de la Novena.

A continuación se dirá la Oración final para todos los días y los Gozos a la Sagrada Familia.


GOZOS A LA
SAGRADA FAMILIA

En la Sagrada Familia, 
Escuela de perfección, 
Encuentra, quien lo medite
Con sincera devoción.

La fe a todos necesaria, 
Tan tibia en muchos está, 
Que parece llegó ya
La fecha del Anticristo, 
No dejará de creer
Quien escuche al Niño Dios, 
Las lecciones que nos dio, 
Que el mundo no había visto.

La esperanza siempre fue 
Consuelo en la adversidad
Y el que la pierde, en verdad 
En su desgracia cayó
En las dudas San José, 
de la preñez de su esposa,
Siente el peso de una losa, 
Pero confía y triunfó.

Dios por amor se encarnó, 
Nace pobre en un establo, 
Sufre, padece, y al cabo 
Muere por nuestra salud.
Sin amor con amor se paga
Amar a Dios es forzoso 
Y no puede ser dichoso 
Quien no tenga esta virtud.

Integra el amor a Dios 
Amar luego a nuestro hermano, 
Pues todo sería en vano
Sin perfecta caridad;
Que es vínculo dulce y santo, 
Que une a las tres Personas, 
Y al hombre da la corona
De eterna felicidad.

También se debe tener 
Pureza, humildad, paciencia, 
Y cuanto enseña la ciencia, 
Que para el cielo nos guía 
Con todas estas virtudes 
Cesaran nuestros dolores
Y tendremos protectores 
En Jesús, José y María

viernes, 25 de diciembre de 2015

LA SANTA NAVIDAD: LA HORA DE LA CONFIANZA EN LA NOCHE DEL MUNDO



La santa Navidad es algo más que una tradición cultural de Occidente o la simple conmemoración, grata a los cristianos, de un hecho histórico sucedido en Palestina hace 2015 años. La Navidad es el momento en que el Redentor de la humanidad se hace presente entre nosotros en un pesebre, y nos pide que lo adoremos como Rey y Señor del universo. Desde esta perspectiva, la Natividad es uno de los misterios centrales de nuestra fe, la puerta que nos abre todos los misterios de Cristo.

El papa san León Magno (440-461) escribió: «Aquel que era invisible según su naturaleza se ha hecho visible en la nuestra. El incomprensible ha querido ser comprendido; el que existía antes del tiempo, ha comenzado a existir en el tiempo; el Señor del universo, ocultando su Majestad, ha tomado forma de esclavo» (Sermo in Nativitate Domini, II, § 2).

La manifestación en la historia del Verbo Encarnado fue también el momento de mayor gozo para los ángeles. Desde el momento de su creación, en los albores del universo, sabían que Dios se haría hombre y lo habían adorado mientras resplandecía desde el interior de la Santísima Trinidad. Esta revelación había separado irremediablemente a los ángeles fieles de los rebeldes, el cielo de la tierra, los hijos de la luz de los de las tinieblas. En Belén llegó por fin para los ángeles el momento de postrarse ante el Santo Niño, causa y medio, como escribe el padre Faber, de su perseverancia.

Las armonías del Gloria in excelsis inundaron el Cielo y la Tierra, pero aquella noche sólo fueron oídas por las almas que vivían distanciadas del mundo e inmersas en el amor de Dios. Entre ellas se encontraban los pastores de Belén, que no pertenecían al círculo de los ricos y poderosos. Pero en la soledad y las vigilas nocturnas junto a sus rebaños conservaron la fe de Israel. Eran hombre sencillos, abiertos a lo maravilloso, y no se sorprendieron de la aparición del ángel, que haciendo resplandecer sobre ellos una luz celestial, les dijo: «¡No temáis!, porque os anuncio una gran alegría que será para todo el pueblo: hoy os ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo Señor. Y esto os servirá de señal: hallaréis un Niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» (Lc 2, 11-12).

Los pastores siguieron obedientes las indicaciones del ángel, que los condujeron a la gruta donde encontraron al Niño en el pesebre, junto con María y San José: «Invenerunt Mariam, et Joseph et Infantem positum in Praesepio» (Lc 2, 16). Tuvieron la gracia de ser los primeros después de María y José en realizar sobre la tierra un acto de adoración externa al Niño de Belén. Y al adorarlo, entendieron que a pesar de su aparente fragilidad era el Mesías prometido, el Rey del universo. La Natividad es la primera afirmación de la realeza de Cristo, y el pesebre su trono. El pesebre era también el cofre que contenía el tesoro de la naciente Civilización Cristiana, de la cual los pastores fueron los primeros profetas. El programa de dicha civilización quedó expresado en las palabras que proclamó aquella noche una multitud de ángeles: «Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad» (Lc 2, 14).

Con inmensa alegría, los pastores fueron a anunciar por todas partes, en los campos y por los montes, la alegre noticia. «Omnes qui audierunt mirati sunt» (Lc 2, 18), todos los que la oyeron quedaron maravillados, aunque no todos emprendieran camino hacia la cabaña de Belén. Muchos estaban enfrascados en sus ocupaciones y no quisieron tomarse una molestia que les habría transformado la vida en el tiempo y en la eternidad. Y hubo también muchos otros que pasaron aquel día ante la gruta, e incluso se asomarían tal vez curiosos, pero no comprendieron –o no quisieron comprender– aquel suceso maravilloso.

No obstante, la Realeza del Niño Jesús fue reconocida por algunos de los hombres más sabios de su tiempo. Los Magos, Reyes de Oriente, eran hombres que tenían la mirada absorta en los fenómenos del cielo cuando vieron a aparecer una estrella. Estrella que fue para ellos lo que el ángel para los pastores: la voz de Dios, que dice de Sí mismo: «Ego sum stella splendida et matutina» (Apoc. 22, 16). También los Reyes Magos, al igual que los pastores, correspondieron a la perfección al impulso divino. No fueron los únicos que vieron la estrella, y es probable que tampoco fueran los únicos en entender su significado. Pero sí fueron los únicos que emprendieron camino a Occidente. Otros quizá comprendieron, mas no quisieron dejar atrás su tierra, su casa y sus asuntos personales.

Los pastores venían de las proximidades; los Magos, de tierras lejanas de Belén. Pero a unos y a otros se les puede aplicar el principio según el cual Dios no abandona jamás a quien lo busca con pureza de corazón. Pastores y Magos llevaron regalos de diverso valor, pero en todo caso lo más valioso que poseían. Obsequiaron al Santo Niño los ojos, los oídos, la boca, el corazón, toda su vida; en una palabra, se ofrecieron en cuerpo y alma a la Sabiduría Encarnada, y lo hicieron a través de las manos de María y de José y en presencia de toda la corte celestial.

De este modo imitaron la perfecta sumisión a la voluntad de Dios del Niño Jesús, que siendo el Verbo de Dios se humilló asumiendo la forma de esclavo de la voluntad divina, para dejarse más tarde conducir a través de toda condición social, hasta la muerte en la Cruz y la gloria: no escogió posición social, pero se dejó conducir momento a momento por la inspiración de la Gracia, como escribió un místico del siglo XVII (Jean-Baptiste Sainte-Jure, Vita di Gaston de Renty, tr. it. Glossa, Milano 2007, p. 254). La devoción al Niño Jesús se caracteriza porque experimenta un abandono radical en manos de la Divina Providencia, porque aquel Niño envuelto en pañales es un Dios humanado que ha aniquilado su voluntad para hacer la de su Padre que está en los cielos. Y la hará sometiéndose a dos criaturas excelsas, pero sometidas a Él: la bienaventurada Virgen María y San José.

La Santa Navidad conmemora el extremo abandono a la Divina Providencia, pero también una inmensa confianza en los misteriosos planes de Dios. De este día escribe también San León Magno que «el Hijo de Dios se manifestó para destruir las obras del diablo (1 Jn 3, 8), el día en que se unió a nosotros y nos unió a Él, a fin de que el rebajamiento de Dios hacia los hombres eleve a los hombres hacia Dios (In Sermo in Nativitate Domini, VII, § 2). En el mismo sermón, San León denuncia el escándalo de quienes, en su tiempo, mezclaban las oraciones de la Iglesia con invocaciones a los astros y la naturaleza mientras subían los peldaños de la Basílica de San Pedro: «Que los fieles –escribía– rechacen esta costumbre condenable y perversa, que el honor debido a Dios deje de mezclarse con los ritos de quienes adoran las criaturas. La Sagrada Escritura declara: “Adorarás al Señor tu Dios, y a Él solo servirás” (Gen. 1, 3) ».

Es imposible dejar de captar la actualidad de estas palabras mientras sobre la fachada de la basílica de San Pedro se proyectan espectáculos neopaganos y se celebra el culto panteísta a la Naturaleza. En estas horas oscuras, los católicos fieles siguen teniendo la misma confianza que tuvieron los pastores y los Magos que se acercaron al pesebre para contemplar a Jesús. Llega la Navidad, se disiparán las tinieblas en que está inmerso el mundo, y tiemblan los enemigos de Dios, porque saben que aproxima la hora de su derrota. Por eso odian la Santa Navidad, y por eso también nosotros, contemplamos con mirada confiada al Niño Jesús que nace, y le pedimos que nos ilumine la mente en la oscuridad, nos caliente el corazón en el frío y dé ánimo a nuestra desfallecida conciencia en la noche de nuestro tiempo. ¡Niño Jesús, venga a nosotros tu Reino!

Roberto de Mattei

[Traducido por J.E.F]

jueves, 24 de diciembre de 2015

¡FELIZ Y SANTA NAVIDAD!


Apostolado Eucarístico les desea a todos sus lectores 
amigos una Feliz y Santa Navidad.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

MARÍA, PROTECTORA DE LA IGLESIA - PROFECÍAS DE LA BEATA ANA CATALINA EMMERICH


Vi por encima de la iglesia (San Pedro de Roma) muy disminuida, una mujer majestuosamente vestida con un manto azul cielo que se situaba a lo lejos, portando una corona de estrellas sobre la cabeza. (AA.III.160)

Vi una especie de gran manto que iba ampliándose constantemente y que acabó por abrazar todo un mundo con sus habitantes. Al mismo tiempo este símbolo fue para mi una imagen del tiempo presente, y vi a sacerdotes hacer agujeros en ese manto para mirar a través de él. (BB.III.344)

Vi en una gran ciudad una iglesia que era la mas pequeña, llegar a ser la primera. (AA.III.160)

Los nuevos apóstoles se reunieron todos en la luz. Creo haberme visto entre los primeros con otro que yo conocía. (AA.III.160)

Ahora todo volvía a florecer. Vi un nuevo Papa, muy firme; vi también el negro abismo retraerse cada vez más: al final llegó un momento que un cubo de agua podía cubrir la abertura.

En último lugar vi todavía tres grupos o tres reuniones de hombres unirse a la luz. Tenían entre ellos personas iluminadas, y entraron en la iglesia.

Las aguas abundaban por todas partes: todo era verde y florido. Vi construir iglesias y conventos. (AA.III.161)

Vi también que la ayuda llegaba en el momento de más desolación.

Vi de nuevo a la Santa Virgen subir a la iglesia y extender su manto. Cuando tuve esta última visión, no vi al Papa actual. Vi uno de sus sucesores. Le vi a la vez suave y severo. El sabía atraerse a los buenos sacerdotes y expulsar a los malos.

Vi todo renovarse y una Iglesia que se elevaba hasta el cielo. (AA.III.103)

Texto tomado de Capilla Católica.