sábado, 10 de octubre de 2015

MILAGROS EUCARÍSTICOS - 40


CORAZON ABIERTO
Año 1274 Laen Francia

Es tan grande el deseo que tiene Jesús de comunicarse a las almas ansiosas de recibirle, que para lograrlo ha obrado estupendas maravillas, unas veces con la sola virtud de su diestra omnipotente, y otras por mediación de los santos ángeles.

San Buenaventura, cuando joven estudiante, asistía a la santa Misa con extraordinaria devoción, abismándose su espíritu en sentimientos de la más profunda humildad.


En cierta ocasión, enardecido su pecho en deseos de recibir a Jesús Sacramentado, después que el celebrante partió la sagrada Hostia se vio descender de lo alto un ángel que tomando uno de los fragmentos que estaban sobre la patena, se lo dio a San Buenaventura para que comulgara, siendo testigo de este milagro toda la Comunidad que lo presenció.

Años después, siendo cardenal-obispo, encontrándose en el lecho de muerte, como se viese imposibilitado de comulgar a causa de continuos vómitos, suplicó se le llevara el Santísimo Sacramento para que, al menos, le pudiera adorar y morir en su esencia.

Se accedió a sus ruegos, y manifestando luego el moribundo gran interés en que se le acercara el copón al pecho cuanto fuera posible, al ejecutarlo, se vio aparecer un ángel, que con sólo tocarle el pecho se lo abrió y tomando en seguida una Hostia del copón la introdujo en el corazón de San Buenaventura.

La herida se cerró al punto por sí misma, y el divino Jesús colmó de inefables consuelos a su amante siervo, que durmió plácidamente el sueño de los justos el 14 de Julio de 1274.

(P. Pedro de Rivadeneira. S. J., Flos Sanctorum.)
P. Manuel Traval y Roset