Si bien hace tiempo que no suele sorprenderme nada ni por mi edad ni por mi experiencia, -o sea, por viejo y por fraile-, no dejan de llamar mi atención las perlas que uno puede encontrarse cada día en las decisiones, actos, dichos, hechos y ocurrencias de este Bergoglio con el que Dios nos ha castigado; sin duda como medicina saludable para hacer posible nuestra conversión. Por la paciencia, salvaréis vuestra almas, dijo el Señor pensando en los católicos del año 2013 y posteriores (digo yo).
Porque aunque es verdad que parte del mundo laico y pagano está alelado con la persona y la figura de Francisco; aunque no es menos cierto que parte del mundo papolátrico está embobado por sus actuaciones; aunque es fácilmente constatable que todo el progrerío frailuno, monijl, ex-monjil y ex-frailuno, episcopocobardoide, ecologistoide, gayperverso, lesbicomprometido, protestanticatolizado y católicodescarado está que se sale de gusto con el Pontífice que les acoge, les ama, les da la razón, les anima a seguir así y les comprende como un Buen Pastor que disfruta viendo a sus ovejas caer en el abismo –pasad, hijas mías, pasad; aunque aquello es un abismo, no hay problema; venid a mí que yo os voy a liberar de cargas y yugos pesados-, ya va siendo algo más habitual encontrarse con ovejas que están hasta las lanas del cogote de tanta destrucción, tanto mensaje puramente humano, tanta des-sobrenaturalización y tanta perversión calculada y medida. Como les digo a mis novicios (a los que tengo que explicar cada uno de mis neologismos papales), no hay mal que por bien no venga. Aunque sean muchos menos en número, creo que Dios está permitiendo que gracias a Bergogolio muchos están comenzando a abrir sus ojos de oveja mosqueada, a empezar a sospechar del pastor que pacta y disfruta con el loberío y a mirar al Cielo esperando la liberación.
No deja de tener su gracia el hecho de que con la que está cayendo en Europa y en el mundo en general, con el descaro satánico de todo el poderío mundial y con los graves problemas de persecuciones y muertes de cristianos a manos del Islam (muertes físicas) y a manos de la masonería reinante (muertes espirituales por el pecado reinante), Francisco se dedique a jugar al parchís, a la oca y al poker con los judíos, musulmanes, protestantes y politicastros comunistas. Y pobre del que rechiste. A la vista está. Nadie se atreve a ponerle un calce para evitar el misericordieo. Tiene que haber sinodalidad en la destrucción, para destruir al que se salga de la sinodalidad. Antes se decía que el que se mueve no sale en la foto, pero ahora al que se atreva a moverse un poco se le pixela el cargo, la figura, el sueldo y la vesícula. Así que estamos a merced de Bergoglio. Menos mal que a fin de cuentas Bergoglio está a merced de Dios y en algún momento se acabará este valle de lágrimas. Ya decía el Señor que no es aconsejable quitar la cizaña por las buenas. Ya la quitará el Juez Supremo.
La ocurrencia de esta semana ha sido proponer a María Magdalena como Apóstola. Creo que dice Apóstola de los Apóstoles. Toma ya. Y como suele hacerse ahora, meten a Santo Tomás de Aquino por medio, con citas actualizadas al pairo de la moda actual. Ahora vamos a hacer a la Magdalena una feminista del siglo I, sin la cual no hubieran salido adelante los pobres apóstoles. Seguramente la hicieron lectora y ministra extraordinaria en Antioquía o en alguna capillita del Ponto. Y es que Francisco sigue al pie de la letra la partitura del Nuevo Orden Mundial. ¿Por qué hay solamente apóstoles? Si la ONU se entera de que no estamos aplicando la ley de paridad, nos la vamos a cargar. Así que ya tenemos de momento 12 apóstoles y una apóstola. Seguiremos buscando hasta completar la lista. Por lo menos que estén todos y todas. A ver si pronto metemos a Salomé, la suegra de San Pedro, la hemorroísa, la verónica, santa Marta y la sobrina de Herodes, que bailaba estupendamente el tango galileo.
No importa que en estos días se haya inaugurado el túnel de Suiza con un lamentable y execrable espectáculo satánico frente a los líderes europeos. Menudo aquelarre. Desde luego yo no me metería en ese túnel ni loco. No importa que la corrupción mundial esté al máximo, que se exalte el pecado, que el sexo se haya convertido en el dios de nuestros días. No verán ustedes a Bergoglio hablar contra esto. Él está en la solidaridad en las ciudades, en el feminismo apostólico, en el cambio climático, en los calvinistas, en el Ramadán y en conmemorar a Lutero como él se merece. Ah, y en el Prefacio propio de María Magdalena, feminista palestina.