viernes, 15 de noviembre de 2019

MILAGROS EUCARISTICOS - 54


EXTASIS INTERRUMPIDO
Año 1496, Azaña (España)

Estando un día la Beata Juana de la Cruz, Religiosa de la Orden de San Francisco, arrebatada en éxtasis, entró en su celda una Hermana familiar suya, y se puso a registrar en un canastillo, buscando cierto objeto.

En el acto mismo volvió la Beata Juana en si, acudió al canastillo, y tomando del brazo a la Hermana, le dijo:

-¡Guárdate bien de tocar la reliquia envuelta en este blanquísimo lienzo! ¡Es el Santísimo Sacramento, traído por los ángeles!

-¿Cómo puede ser esto? replicó la lega, asombrada.

Hablándole entonces con confianza, le dijo:

-Un pecador impío, que habiendo vivido siempre en desgracia de Dios, ha sido condenado al infierno, murió teniendo en la boca la Hostia consagrada Los ángeles no pudieron sufrir que la Majestad de Dios estuviese en tan execrable cadáver, y tomando la Forma con gran reverencia me la han traído a mí, indignísima sierva del Señor, ordenándome que mañana comulgue con esta Hostia, para libertar del purgatorio a un alma que fue devota del Santísimo Sacramento. Te diré más, y sírvate como prueba de la verdad. En el momento en que te pusiste a registrar el canastillo, me dieron un golpe haciéndome volver en mí, y me avisaron acudiese a quitar el peligro de que tocases la sagrada Forma.

Al día siguiente se preparó la Beata Juana de la Cruz con el fervor propio de una amantísima esposa de Jesucristo, y compareciendo un ángel del Señor, la comulgó con la sacrosanta Hostia, que recibió bañada en lágrimas de tiernísimo amor a Jesús Sacramentado.

(P. Fr. Pedro Navarro, Favores del Rey del cielo hechos a su
 esposa Santa Juana de la Cruz, 1, 2, c. 3, pagina 186.)

P. Manuel Traval y Roset