martes, 28 de noviembre de 2023

MILAGROS EUCARISTICOS - 60




EL PEQUEÑO CUSTODIO DE JESUS SACRAMENTADO 
 Año 1939, Almolda (Zaragoza) 

Cuando entraron los rojos en uno de los pueblos de Aragón, obligaron a un cristiano hornero a que echase en su horno todas las imágenes de los Santos de la parroquia. 

Se resistió, con valentía, el hornero. 

No le valió; uno de los oficiales hizo astillas las imágenes, y le obligó a quemarlas en el horno. 

Entre estas imágenes llevaron también un hermoso Sagrario que el oficial hizo pedazos, y se marchó. 

Un hijo del hornero, de cinco años, notó entre el montón de leña un objeto que relucía, un cristal redondo. Lo tomo en sus manos y se dio cuenta de que era el viril. Todavía conservaba la sagrada Forma. 

Va corriendo a su padre, y le dice: "Padre, ahí está Nuestro Señor". No acababa de comprender el hornero las palabras del niño. Va al montón de leña y se puso a temblar. 

"Toma, hijo mío, tómalo tú que eres un ángel." Lo cogió el niño con todo respeto y reverencia, y se lo llevó a su cuarto. 

Durante el día le acompañaba todo el tiempo que podía. Durante la noche descansaba junto a Jesús. 

El mismo día de la liberación del pueblo, fue el señor Cura a tomar el viril de casa del hornero. Se formó una procesión devotísima hasta la iglesia. Vio, con sorpresa, que no se habían corrompido las sagradas Especies durante los dos años que había estado el viril en el aposento del niño, y las sumió. 

El niño se llama Antonio Peña, su padre José Peña Pallas, hornero del pueblo de Almolda, provincia de Zaragoza.


 (Del "Boletín Parroquial suplemento del 'Boletín Oficial del Arzobispado—.—Valencia. 29 de octubre de 1940)


P. Manuel Traval y Roset S.J. (1856-1919)