1. Mientras tú estás en el baile, muchas almas arden en el fuego del infierno por los pecados cometidos en la danza y por causa de la danza.
2. Muchos religiosos y personas devotas, a la misma hora, están en la presencia de Dios, cantan sus alabanzas y contemplan su belleza. ¡Oh, cómo emplean el tiempo mejor que tú!
3. Mientras tú bailas, muchas almas entran en agonía; millones de hombres y mujeres padecen grandes trabajos en la cama, en los hospitales, por la calle: dolor de gota, mal de piedra, fiebre abrasadora. ¡Ah! ellos no tienen un momento de reposo. ¿No les tendrás compasión? ¿No piensas que, un día, gemirás como ellos, mientras otros bailarán, como tú bailas ahora?
4. Nuestro Señor, la Santísima Virgen, los ángeles y los santos te han visto en el baile. ¡Ah! qué compasión les has causado, cuando han visto que tu corazón se divertía en una tan gran nonada, atento a aquella frivolidad.
5. ¡Ah! mientras estás allí, el tiempo pasa y la muerte se acerca. Mira cómo se burla de ti y te invita a su danza, en la cual los gemidos de tus familiares servirán de violín, y donde sólo darás un paso: de la vida a la muerte. Esta danza es el verdadero pasatiempo de los mortales, pues por ella pasa el hombre, en un instante, del tiempo a una eternidad de goces o de penas.
Pongo estas sencillas consideraciones, pero Dios te inspirará muchas otras, con el mismo fin, si es que sientes su santo amor.
INTRODUCCIÓN A LA VIDA DEVOTA
SAN FRANCISCO DE SALES
Fuente: Ecce Christianus