En el programa de la RAI Uno Mattina, el conductor le preguntó al cura Alberto Maggi si la Iglesia condenaba la homosexualidad y esto respondió el interrogado:
La doctrina de la Iglesia está en evolución, no es algo establecido para siempre. Actualmente la posición de la Iglesia sobre la cuestión es muy severa, despiadada y hasta inhumana, porque causa sufrimientos. Pero debemos tener esperanza porque la Iglesia cambia la doctrina. Lo que hace cincuenta años se consideraba pecado, hoy no lo es más. Y por lo tanto, en esa evolución y colocando siempre en el primer puesto el bien del hombre, lo que hoy parece ser un mal, mañana pueda ser que no.
La morbosa y paranoica diferencia que el Magisterio hace entre “ser homosexual y “cometer actos homosexuales” es como decirle a una planta: Puedes crecer pero no florecer. ¿Cómo se hace para decirle a una persona que no puede expresar su afectividad y su sexualidad? Esto sí que es contra natura.
Nota catapúltica
Menos mal que esta vez alguien hizo algo: Monseñor Giulio Giulodori, obispo de Macerata, reprendió pública y severamente al clérigo Maggi. Pero este perturbado moral todavía sigue dirigiendo el Centro de Estudios Bíblicos en Montefano.
La doctrina de la Iglesia está en evolución, no es algo establecido para siempre. Actualmente la posición de la Iglesia sobre la cuestión es muy severa, despiadada y hasta inhumana, porque causa sufrimientos. Pero debemos tener esperanza porque la Iglesia cambia la doctrina. Lo que hace cincuenta años se consideraba pecado, hoy no lo es más. Y por lo tanto, en esa evolución y colocando siempre en el primer puesto el bien del hombre, lo que hoy parece ser un mal, mañana pueda ser que no.
La morbosa y paranoica diferencia que el Magisterio hace entre “ser homosexual y “cometer actos homosexuales” es como decirle a una planta: Puedes crecer pero no florecer. ¿Cómo se hace para decirle a una persona que no puede expresar su afectividad y su sexualidad? Esto sí que es contra natura.
Nota catapúltica
Menos mal que esta vez alguien hizo algo: Monseñor Giulio Giulodori, obispo de Macerata, reprendió pública y severamente al clérigo Maggi. Pero este perturbado moral todavía sigue dirigiendo el Centro de Estudios Bíblicos en Montefano.
Fuente: Catapulta