martes, 21 de enero de 2014

SANTA INÉS - 21 DE ENERO


SANTA INÉS, 
Virgen y Mártir 
† martirizada hacia el año 304 en Roma 

Patrona de comprometidos en matrimonio; castidad; pureza; 
niñas; vírgenes; víctimas de violaciones; jardineros. 

He aquí a la esposa del Cordero de Dios. Búrlase ella para conservar su cuerpo y su corazón para su esposo Jesús de las proposiciones y de las amenazas del tirano. Los ángeles la acompañan a un lugar infame y dan muerte al insolente que quiere arrebatarle la honra; mas ella devuélvele la vida y lo convierte a la fe. Se la echa al fuego, pero el fuego respeta a la tierna virgen y da muerte a los verdugos. Condenada, finalmente, a ser decapitada, inclina la cabeza y va al cielo a juntarse con su Esposo divino a quien prometiera fidelidad. 


MEDITACIÓN 
SOBRE LA VIDA DE SANTA INÉS 

I. Santa Inés consagra su cuerpo y su alma a Jesús, a los trece años, mediante el voto de castidad. ¡Qué amable Esposo elige! ¡Qué bello! ¡Qué sabio! ¡Qué poderoso! ¡Cuánto amor tiene por ella! Conságrate enteramente a Él y experimentarás los dulces efectos de su amor. ¡Oh Jesús, divino Esposo de nuestra alma, si los hombres os conociesen, os amarían y despreciarían las efímeras bellezas de la tierra para poseeros! ¡Os amo, Dios mío! Si es poco, haced que os ame con amor más ardiente y más puro (San Agustín). 

II. Se amenaza a Santa Inés con los tormentos más crueles si no se casa con el hijo del prefecto de Roma, pero ella responde que es la prometida de Jesucristo. Se la arroja a las llamas, pero éstas no hacen sino aumentar su amor; las heridas la hacen más bella y más parecida a su divino Esposo. ¿Qué haces tú para conservar tu cuerpo y tu alma para Jesucristo? ¿Qué tormentos soportarías? Avergüénzate de saberte menos generoso que una niña de trece años. Tenía menos fuerzas que tú, pero más valor; tenía más fe y amor para con Jesucristo. 

III. Se le promete una considerable fortuna si consiente en casarse con el hijo del prefecto; resiste a las seducciones como ha resistido a los suplicios. ¡Cuán pocas personas hay que resistan al atractivo de los placeres! Cuídate de ese doble veneno. Es más fácil resistir a los tormentos que a la voluptuosidad. Los tormentos aterran: la voluptuosidad halaga (San Cipriano). 

La castidad. 
Orad por la buena educación de la juventud.

ORACIÓN 
Dios todopoderoso, que elegís en el mundo a los más débiles para confundir a los más fuertes, haced, por vuestra bondad, que, celebrando la solemnidad de vuestra virgen Santa Inés, experimentemos los efectos de su protección junto a Vos. Por J. C. N. S.

Santoral del P. Grosez, S.J.