domingo, 4 de septiembre de 2016

MIRAD LAS AVES DEL CIELO... II - SERMÓN DEL R. P. ALTAMIRA



MIRAD LAS AVES DEL CIELO... 
Sermón “B” 
(Bogotá, año 2016) 

Nota: El Evangelio corresponde al Domingo 14 después de Pentecostés, pero este año hemos querido predicar un poco más del tema en otros domingos. 

(Introducción)

Queridos hijos: La semana pasada, Domingo 14 después de Pentecostés, predicamos sobre la hermosa parábola de “Las Aves del Cielo y los Lirios del Campo”: ¡Mirad las Aves del Cielo!

Deseábamos seguir con este tema para darles, y darnos, más elementos, y poder ver –si Dios nos ayuda- toda la profundidad de esta enseñanza. 

Hoy, queríamos simplemente leerles un resumen del Padre Leonardo Castellani (+ 1981), palabras escritas en el año 1956.1

(Cuerpo: Palabras del Padre Castellani) 

«En el Evangelio que se lee hoy (Mateo VI y Lucas XII), Cristo nos propone como ejemplos a los Pajaritos y a los Lirios. Los Pajaritos no siembran ni ensilan y siempre tienen qué comer. Los Lirios no hilan ni cosen y están muy bien vestidos. Ha parecido a algunos una exhortación a la gandulería2 general (a la pereza general). Eso no es así, mas en esta parábola nos prohíbe Cristo la Solicitud Terrena, que trae consigo la angurria de riquezas, la cual arrastra males innumerables. Después de haber dicho: “Ningún siervo puede servir a la vez a dos señores. Vosotros no podéis servir a Dios y a las Riquezas”, Cristo prevé la réplica obvia: “¡es que el dinero es necesario para vivir!”; y persigue a la angurria de dinero en su último escondrijo, diciendo no solamente “no os esclavicéis al dinero”, sino “despreciad el dinero”. 

¡Pero esta parábola no se puede cumplir hoy día! Algunos han querido que sea declarada “un aditamento poético de Cristo”. El Papa León XIII condenó el 22 de enero de 1899, en carta al Cardenal Gibbons, un error que él llama “americanismo”. El americanismo, entre otras cosas, enseña en contra de la pobreza voluntaria [de las órdenes religiosas], y en contra de la pobreza en general, y del sufrimiento, y de las virtudes pasivas, y de la actitud contemplativa en el hombre, “antiguallas de la Edad Media”

Y por ese mismo tiempo, un “prócer” argentino opinó lo mismo [casi con seguridad se refiere a Domingo Faustino Sarmiento, pues habla de “un sanjuanino”, y en otra u otras prédicas también habla de él sobre este tema]. Dijo que si una nación aceptara la moral evangélica en lo que atañe al dinero, se iría por un tubo a la bancarrota. Jesús fue un lírico y un gran moralista… pero estaba flojito en Economía Política. Si un hombre quisiera vivir como “las Aves del Cielo”, iría derecho al naufragio. Eso de despreciar el Ahorro, la virtud primera de un hombre moderno; eso puede estar bien para los españoles, los napolitanos y otros pueblos cantores y atrasados, “pero no para nosotros los argentinos”. Leed el Evangelio si queréis, en Norteamérica lo leen mucho, pero leedlo con grandísima precaución. Hasta aquí el prócer. [Domingo Faustino Sarmiento, fue presidente de Argentina, murió en 1888, y era muy probablemente un masón y -por lo mismo- anticatólico; fue una generación que en general, para mayor deshonra de ellos, tenía desprecio por España, nuestra Madre Patria, y admiraban “babosamente” a Inglaterra y eventualmente a Estados Unidos] 

[Seguimos con el Padre:] Muy bien, no pedimos otra cosa: Mal leído el Evangelio hace mal. De un versillo del Evangelio mal entendido, se puede sacar una herejía. De hecho, sobre este texto se hizo la herejía medieval de los Fraticelli. Y de otros textos han salido docenas de herejías; de las cuales ninguna peor que la de Renán, de la cual nuestro prócer estaba un poco tocado [Ernest Renan fue un autor francés, muerto en 1892: se lo coloca dentro de la herejía del Modernismo]. Además, despreciar el dinero es ser sobremanera imprudente, eso lo saben todos los argentinos, sin necesidad de que lo diga ningún prócer. 

Cristo vivió como las Aves del Cielo y los Lirios del Campo, y no fue imprudente. Tampoco fue un mendigo. De joven tenía un oficio y lo sabía bien. De joven fue artesano. De hombre fue Rabbí o Recitador-Instructor ambulante que era entonces oficio muy necesario, reconocido y honrado en Israel, tan importante como sería en nuestro tiempo el de predicador-profesor-periodista todo en uno. Yo soy eso y tengo donde reclinar la cabeza, aunque sea un poco duro; Cristo no tuvo. A Él le daba por no cobrar sus Recitales, y a veces hasta regalaba pan, peces y curaciones instantáneas y gratuitas, sabía que había de morir joven y no necesitaba acogerse a los beneficios de la jubilación. Yo, lo confieso, me he acogido a los beneficios de la jubilación, solamente que me he acogido hace dos años y los “beneficios” todavía no han venido. 

CRISTO NO PREDICÓ LA HARAGANERÍA NI LA SUPRESIÓN DE LA PRUDENCIA. La prudencia es la más importante de las virtudes morales, sin la cual todas las otras se convierten en vicio. Cristo no predicó que no había que trabajar, que no había que pensar en los hijos ni en la vejez, que no había que guardar el dinero como los Fraticelli, aunque nunca tocó con sus manos una moneda -según parece-; Judas llevaba las monedas de todos. Pero el caso es que Jesús tenía “bolsa”, y “sabía tan poca Economía Política” que se dejó robar, lo mismo que el vivísimo pueblo argentino. Mas Santo Tomás de Aquino, que era fiel discípulo de Jesús, y además religioso mendicante, sabía Economía Política, y más sólida que la de hoy: En su “Tratado Para el Príncipe” enseña que las naciones han de tratar de ser ricas, es decir, que el Rey debe tener riquezas, no para él, sino para el pueblo todo. 

A un obispo argentino que decía que un obispo deber ser pobre, le contestó, rectamente a mi entender, un religioso: “Sí, monseñor, debe ser pobre, pero no como un religioso: un obispo debe tener bienes de fortuna, no para él, sino para los sacerdotes pobres, primero; para el pueblo pobre, segundo; y después para el culto divino”. Y si hubiera añadido “y para editar los libros religiosos de los escritores católicos” no hubiera estado mal tampoco. Coincidía con Santo Tomás. 

Todas las órdenes religiosas al nacer se propusieron no tener riquezas; y algunas vivir de meras limosnas, las mendicantes. Pero después piensan que guardar dinero para un año más o menos, no está mal; en lo cual aprueba Santo Tomás y San Jerónimo; pero quien dice un año dice dos, o diez, o cincuenta; y así poco a poco se adentra a veces la Solicitud Terrena; y llegan a pensar a veces que si no tienen dinero para un siglo –pícara natura humana- no pueden hacer ningún bien a las almas. 

Cristo no nos manda ser imprevisores, nos manda vencer en nosotros la Solicitud Terrena. “No andéis solícitos y ansiosos por lo que habéis de vestir o de comer, o por el día de mañana: el día de mañana se trae su propia ansiedad, no la asumáis hoy… Mirad las Aves del Cielo… ¿Hay alguno de vosotros que pueda añadir un trecho al tiempo de su vida?”. 

La Solicitud Terrena ha de ser vencida por el católico con todos los medios, aun los más atrevidos, como “vender todo lo que tienes y darlo a los pobres”, en algunos casos. Porque ella es la raíz de la avaricia y de muchos otros desórdenes. La avaricia es un pecado jefe, que manda a otros muchos. ¡Si lo sabremos los argentinos!... Solicitud Terrena pueden tener tanto los ricos como los pobres, sin Cristo.

Dicen los filósofos que todos los hombres nacemos con angustia, temor, inquietud, ansiedad, desasosiego. Los pobres poetas lo habían dicho antes: 

Inútil la fiebre que aviva tu paso 
no hay nada que pueda matar tu Ansiedad, 
por mucho que tragues, el alma es un vaso 
que sólo se llena con eternidad… 

¡Qué mísero eres! 
Basta un soplo leve para helarte. Cabes en un ataúd… 
¡Y el espacio inmenso del cielo te es breve 
y la tierra es corta para tu Inquietud! 

El Desasosiego no se puede suprimir. Se puede convertir en tres cosas: o en Inquietud Religiosa, la cual es buena y espuela de salvación eterna; o en Solicitud Terrena, la cual es mala y prohibida por Cristo; o en Angustia Demoníaca, la cual es pésima. Pero la Solicitud Terrena es lo más común, es -en cierto modo- natural; y el mundo moderno privado de lo Sobrenatural está como sumergido en ella. 

Cristo no mandó a los Lirios del Campo que desenterrasen sus raíces, ni a las Aves del Cielo que volasen cabeza abajo. Él estaba vestido como un lirio en su conducta –y hasta en su atuendo: limpio siempre, y blanco como luz de luna-. Y cantaba como las aves del Cielo cuando predicaba. Los que puedan imitarlo en todo y vivir como Él, que lo hagan, y se metan de ermitaños urbanos o “Padres de Don Orione” [congregación italiana que se difundió mucho en Argentina], y que se arrojen en los brazos de la Providencia y naveguen en esta vida sobre una lancha rota sobre 10.000 metros de agua. No es para todos, sino para quienes Dios llama. 

PERO TODOS DEBEN ARROJAR DE SÍ LA ANGURRIA DEL DINERO. “¿Para qué diablos quieres tener 1.600 millones de pesos, oh ingenuo Creso argentino3, que no los puedes gastar con todos tus hijos naturales [i.e. ilegítimos] en toda tu vida?”.4 

[Y en nota dice] Al mandato de huir de la Solicitud Terrena (madre del temor, de la avaricia y de la explotación del trabajo ajeno) y al consejo de la pobreza voluntaria, se añade el “Vae vobis divítibus”, “Ay de vosotros los ricos”, es decir, los tremendos anatemas de Cristo a las riquezas y a los ricos, bastante olvidados hoy en la predicación del Evangelio. Haciendo sospechosas y peligrosas a las riquezas superfluas, Cristo opone así, a su tremenda y omniactuante atracción natural, el contrapeso religioso, facilitando de ese modo su distribución justa, en la medida de lo posible, a la dañada natura humana. Estas tres formidables palancas crearon lentamente en la Cristiandad lo que hoy llaman “justicia social”, primero en la práctica que en la teoría, y suscitaron fuertes estamentos o instituciones que iban poco a poco acercándose al ideal de la sociedad que cuida de sus miembros. Si hoy día, en que el Estado se va convirtiendo en uno de los primeros explotadores, esto parece puro lirismo, la culpa no la tiene Cristo; y las catástrofes que hemos visto y las que nos amenazan, han dejado buenas todas sus palabras… 

Es curioso que cuando los Estados se volvieron virtualmente ateos y dijeron “la Religión es asunto privado”, LA IRRELIGIÓN se convirtió en asunto público. Y cuando los reyes dijeron a los súbditos que no tenían por qué pensar en la salvación de sus almas, ellos tuvieron que empezar a pensar en la salvación de sus cabezas coronadas. La pálida sonrisa con que Cristo subió a los Cielos, se ha ido desvaneciendo con el correr de los siglos, al ver que el mundo fracasaba cada vez más, a medida que seguía sus enseñanzas… cada vez menos. Y si nos dejó con una sonrisa triste, no volverá sino con un trueno ».

(Conclusión: Colombia y los otros países) 

Hasta allí el resumen de las palabras del Padre Castellani. 

Cristo dice: “Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura”

Otros dicen: “Padre, yo no tengo ninguna añadidura, en mi familia se padece”. Pues, ese hombre, esa familia, ¿buscan primero el reino de Dios y su justicia?: Pecados, incoherencias de católicos, el no confesarse, la falla en la educación católica de los hijos, flojeras con Dios, flojeras con la Misa del Domingo, flojeras con el Santo Rosario, flojeras con el internet y la televisión, etc. 

Otros también dicen: “En Colombia hay hambre, en Argentina hay desnutrición infantil, ¡en el mundo entero hay hambre!”. Sí; pero como dijimos el domingo pasado eso no es objeción de nada, porque si algo es absolutamente evidente, es que Colombia, Argentina y el mundo entero, si algo hacen los países y sus presidentes, es no buscar, ¡ni por casualidad!, el reino de Dios. Entonces el hambre y la desnudez del mundo entero no es objeción de nada. Los países no buscan primero el reino de Dios, no lo buscan en lo más mínimo; antes desprecian, insultan y ultrajan a Dios Nuestro Señor Jesucristo, a la Santísima Trinidad, y tratan de destruir su Santa Religión, única verdadera, el Catolicismo.

Colombia, entre las mil cosas que tiene en contra de Jesucristo, “educa” niños, adolescentes y jóvenes pervirtiéndolos con la supuesta “educación sexual”, con el Presidente a la cabeza, y con su ministra de “educación” Gina Parody, la cual se muestra públicamente como lesbiana. Escuchen esta noticia de hace tres días: “Gina Parody y su pareja Cecilia Álvarez quieren adoptar un bebé. La ministra de Educación y la ex ministra de Comercio han tocado puertas…5”. Por supuesto también se hace eco de la noticia la “gran” y “sana” revista “Hola” en la portada de su edición Colombia (espero que ninguno de mis fieles compre ese tipo de revistas). Con todo esto: Hambre y desnudez serán para Colombia.

AVE MARÍA PURÍSIMA

P. Fernando Altamira


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1 El Evangelio de Jesucristo, Ediciones Dictio, Buenos Aires, Argentina, año 1977, páginas 317 y siguientes. Ésta fue la cuarta edición de la obra; la primera fue en el año 1957.

2 “Gandulería”: Inactividad y falta de ganas de trabajar propias de la persona gandula. “Gandul, gandula”: *persona+ Que tiene poca disposición para hacer algo que requiere esfuerzo o constituye una obligación, especialmente trabajar; "es un gandul, lleva todo el día sin hacer nada"; sinónimos: haragán, holgazán, vago.

3 La palabra “creso” se usa para designar a “un hombre muy rico”; de allí también la expresión “rico como Creso”. Viene del nombre propio “Creso”, nombre del último rey de Lidia (gran parte de la Turquía actual), en el Asia Menor, hacia el 546 antes de Cristo; se decía que era el hombre más rico del mundo. 

4 Nuestro Resumen continuaba así: Cuanto a mí, yo prefiero la economía de Jesucristo: es la más sencilla. Las naciones católicas, si desaprenden su propia economía, no aprenden tampoco la de los protestantes o la de los judíos. “El que desaprende de su padre, no aprende nada del vecino”, dicen los proverbios. 

[En nota agrega:] Ernesto Renán [hace unos momentos lo nombramos+, en su “Vie de Jésus”, ha dicho que “Cristo no dio soluciones a la cuestión social”, porque su interés todo fue salvar las almas individuales y no reformar la sociedad ni hacer política alguna, pues su idílica moral individual de campesino galileo no percibía los condicionamientos sociales ni los problemas colectivos… Es un error y una blasfemia: Aquí está la solución de la decantada “cuestión social”. El problema social de la lucha de clases por el dinero desaparecería cuando la sociedad pudiese decir a sus miembros las palabras de Jesús… Es degradante para el alma humana tener atados sus pensamientos, que le son necesarios para ir más arriba, por la molienda del sustento cotidiano y por el temor del porvenir, la vejez, los eventos desdichados y la miseria. Lo que conturba al proletariado actual es más la inseguridad tal vez, que la impecuneidad en sí misma. La pobreza es una bendición, porque es un Purgatorio; pero la miseria es el Infierno. 

El espíritu del Cristianismo, de hecho es el espíritu del estado religioso u órdenes religiosas, y es éste: Haced por amor vuestra obra, y dejad que vuestros prójimos os alimenten y vistan también por amor. 

Parece que hay aquí un círculo vicioso, pues ni la sociedad ni el individuo pueden dar el primer paso: Si el individuo tiene que esperar para despreocuparse que la sociedad sea perfecta, y la sociedad no puede serlo si antes no lo son sus miembros, estamos en plena utopía idílica. 

Pero Cristo rompió ese círculo; invitó a los más fervientes, espirituales y corajudos a dar el salto, a renunciar a todo osadamente por puro amor a Dios –por imitarlo a Él-, sin seguridad previa sino la de la Providencia, a sus riesgos y peligros, “a embarcarse con canoas escoradas”. Nuestro Señor lanzó a la brecha –como si dijéramos- una pequeña falange de “desesperados”, los cuales con su vida de pobres voluntarios, los religiosos: 1) Prueban que es posible la cosa, “vivir como las Aves del Cielo y los Lirios del Campo”; 2) Incitan con su ejemplo a los demás al desapego y a la confianza; 3) Viviendo con lo mínimo, regalan el resto a los demás. Al mandato de huir de la Solicitud Terrena (madre del temor, de la avaricia y de… [ver arriba como sigue].