domingo, 11 de septiembre de 2016

MIRAD LAS AVES DEL CIELO... III - SERMÓN DEL R. P. ALTAMIRA



MIRAD LAS AVES DEL CIELO... 
Sermón “C” 
(Bogotá, año 2016)

Nota: El Evangelio corresponde al Domingo 14 post Pentecostés, pero este año hemos querido predicar también en los otros dos domingos siguientes sobre el tema.

(Introducción)

Queridos hijos:

Queríamos seguir con una tercera prédica sobre el tema de la parábola de las Aves del Cielo y los Lirios del Campo (San Mateo 6,24ss y San Lucas 12,22ss). Fue el Evangelio del Domingo 14, éste es el Domingo 16 después de Pentecostés.

Dios Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó: “NO ANDÉIS SOLÍCITOS por vuestra vida: qué comeréis, ni por vuestro cuerpo: con qué os vestiréis… Mirad las aves del cielo… Por eso, NO ANDÉIS SOLÍCITOS diciendo qué comeremos, o qué beberemos, o con qué nos vestiremos. Pues todas estas cosas buscan con afán los paganos. Vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Por lo tanto: BUSCAD PRIMERO EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA, Y TODO LO DEMÁS SE OS DARÁ POR AÑADIDURA” (texto de San Mateo).

Comenzaremos con un nuevo resumen, un fragmento, de otras palabras del Padre Castellani1, palabras dadas en el año 1967. Y luego retomaremos parte de las objeciones que planteábamos la primera vez.

(Cuerpo)

Escuchemos entonces al Padre Castellani:

“Es curioso que a los que se ocupan mucho de economía, les va mal la economía. Jesucristo en este Evangelio nos enseña que no nos ocupemos mucho de la economía… Y eso vale tanto para los individuos como para las naciones, las cuales son muchos individuos juntos.

Esta parábola de los pájaros y los lirios está al final del Sermón de la Montaña, el cual comienza diciendo “bienaventurados los pobres en su corazón, porque dellos es el Reino”, y es completada más tarde con las vehementes imprecaciones de Cristo contra los malos ricos.

No hay demagogo en el mundo que haya proclamado así; Cristo barre el tablero. La vida comienza a ser enfocada diversamente, inversamente. Las riquezas no dan la felicidad; y al revés la pobreza da la felicidad: ESTO ES CONTRA TODO LO QUE DICE Y PIENSA EL MUNDO. Se necesitaba ser Dios para poder revelar esto, y Cristo conecta enseguida este repudio de la riqueza, y de LA SOLICITUD acerca de ella, con la Providencia de Dios, una cosa que solamente por Fe se puede creer. Y toda esta doctrina nueva solamente por Fe puede admitirse.2

El Verbo de Dios no dijo que la pobreza es un bien y la riqueza es un mal, que el dolor es un bien y el placer es un mal, que la enfermedad es un bien y la salud es un mal; eso es contra la razón humana, y es en sí falso. Cristo enseñó que, dado el estado actual del hombre caído, LE CONVIENE MÁS AL HOMBRE LA POBREZA PARA SALVAR SU ALMA. Por eso dije que Cristo apela a la Fe, no a la filosofía.

Es decir, que al hombre le conviene preferir ese mal relativo que es la pobreza, para huir del mal absoluto que es la condenación. Y al hombre le conviene dejar ese bien relativo que es la riqueza, para propiciar el bien absoluto que es la santidad y la vida eterna. Los filósofos hablan de las esencias, Cristo habla de las cosas como de hecho son en este mundo mundillo. La razón es buena cosa, pero la Fe es mejor.

Razonemos pues por qué la pobreza es así en este mundo mundillo.
De las cien razones que dan los Santos Padres, aquí nos basta una: Porque el pobre tiene que trabajar le guste o no, y el rico no tiene que trabajar. Y el trabajo es como la sal que impide la corrupción: Ayuda las virtudes todas, como la humildad, la gratitud, la caridad; dificulta los vicios, e incluso hace casi imposibles los vicios carnales, la vida de farra, borracheras, lujo, lujuria [aunque también es cierto que muchos “desperdician” el dinero de su trabajo -y por lo mismo el dinero de su familia, de su esposa y de sus hijos- gastándolo en borracheras, lujuria, el juego, el casino, etc]. Por eso San Ignacio de Loyola [en los Ejercicios Espirituales] pone los tres escalones del Buen Caudillo en pobreza, desprecio de los honores y humildad; y los del Mal Caudillo en riqueza, honores, soberbia. Además de eso, el pobre tiene que confiar en Dios; de no, su vida es insegura y amarga; y entonces, y por eso, TIENE QUE REZAR.

Hay malos pobres por supuesto y buenos ricos, pero son como excepciones: Más difícil es a un rico entrar en el Reino [de los Cielos, que a un camello pasar por el ojo de una aguja, dice Cristo].

Milagrosamente, el mundo católico con sus pobres, sus religiosos, sus santos y sus mártires creyó a Cristo, y edificó sobre la pobreza de corazón la civilización mejor que ha existido y que ahora estamos perdiendo, ¡y en qué forma! No fue perfecta: No fue nunca perfecta porque los hombres somos fallutos; pero fue la mejor que ha existido. Existieron malos ricos, criminales incluso, pero la ley estaba contra ellos, eran juzgados, y eran vituperados por los pobres abajo y por los sacerdotes arriba. La ley de Cristo permanecía vigente aun siendo quebrantada cuanto ustedes quieran; y permaneció vigente hasta que se inventó en Italia, en el Siglo XIV, el Capitalismo, el cual fue chiquito entonces y creció hasta hacerse el gigante de hoy día, y no nos va bien con la ley del gigante. Sepan pues que cuando hablan de desarrollo, subdesarrollo y superdesarrollo están hablando de riquezas, están tomando la máxima contraria a Cristo, han dado vuelta otra vez el tablero”3. [Hasta aquí el resumen del Padre Castellani].

Retomemos las palabras de Dios Nuestro Señor Jesucristo, y luego las objeciones, o parte de ellas (las de la primera prédica).

Dios Nuestro Señor Jesucristo nos dice: “NO ANDÉIS SOLÍCITOS por vuestra vida: qué comeréis, ni por vuestro cuerpo: con qué os vestiréis… Mirad las aves del cielo… Por eso, NO ANDÉIS SOLÍCITOS diciendo qué comeremos, o qué beberemos, o con qué nos vestiremos. Pues todas estas cosas buscan con afán los paganos. Vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Por lo tanto: BUSCAD PRIMERO EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA, Y TODO LO DEMÁS SE OS DARÁ POR AÑADIDURA”.

Y ahora intentemos ver más, a través de las objeciones (esta vez tomaremos las referidas a los individuos, y no las de las naciones):
(a) “Padre, a mí me falta la añadidura, en mi familia se padece”. Sí, pero usted no busca, o no busca bien, o peor: no busca ni por casualidad, primero el reino de Dios y su justicia. Su mente y su vida van por otro lado; usted no se confiesa; tiene sus pecados graves y no se corrige; hace 20 años que llega tarde a Misa; en su familia ven cualquier cosa en el internet y en la televisión; usted no se preocupó por la verdadera y santa educación católica de los hijos; por cumplir con el Matrimonio ante Dios; usted tal vez hace anticoncepción y planificación, evita tener niños, evita la familia numerosa; etc. Entonces, ¿usted busca realmente primero el reino de Dios y su justicia? Si usted no lo hace, usted no va a recibir añadidura, porque la condición de la añadidura es buscar primero las cosas de Dios.

(b) Tampoco se puede caer en la falacia o inversión de cosas de buscar a Dios con el fin de tener lo material, para lo material, “cumplo con Dios para tener plata”. Porque eso es falso y es invertir las cosas, y esa es la falsedad de los protestantes o “cristianos”: “Cumpla con Dios, y le va a ir bien en los negocios”. El católico dice: “Cumpla con Dios, y le va a ir bien en el Cielo”. A Dios se lo debe buscar, y se debe cumplir con Él y con su Religión Católica, PORQUE DIOS ES DIOS, por lo que Él es: Dios es el Ser Supremo, Dios merece y exige el ser servido: Servir a la Santísima Trinidad. Y, secundariamente, eso (cumplir con Dios, buscar su reino) hará que a uno le venga la añadidura, en la medida y cantidad en que sea necesaria para nuestra salvación. Pero el motivo por el cual se sirve a Dios no puede ser el deseo de la añadidura (la añadidura es de segundo orden y es consecuencia de otra cosa, es consecuencia de lo primero). A Dios se lo sirve simplemente por lo que Él es.

(c) “Padre, Fulano de Tal es un santo varón; él dedica su corazón y su vida para buscar a Dios; no es un católico hipócrita y fingido, es un católico de corazón y hace las cosas bien; y sin embargo padece pobreza”. Como decía el Padre Castellani, Dios Nuestro Jesucristo enseña a favor de la pobreza, porque en el estado actual del hombre (somos naturalezas caídas, tendemos al pecado), la pobreza, una cierta pobreza, sirve más al hombre para su salvación en vez de las riquezas. Relean al Padre Castellani. Y si a pesar de buscar el reino de Dios, esa persona padece algo más todavía, una cruz todavía más dura, respondemos con la paráfrasis o enseñanza de San Agustín que ya reseñamos: 

Incluso si llegase a faltarnos algo, lo que a veces Dios permite para probarnos, nuestro propósito de servirlo no se debería debilitar. Bien sabe Dios que necesitamos estas cosas, pero también sabe Él cuándo darlas y cuándo quitarlas, cuándo nos convienen y CUÁNTO nos convienen. Dios no ignora a quiénes hay que probar y a quiénes hay que dar y consolar. Él nos gobierna en medio de estos vaivenes para después colocarnos seguros en la estabilidad del Cielo. Tengan en cuenta que las riquezas no están prometidas como premio a la piedad cristiana: El hombre que sinceramente se entrega a la búsqueda del “reino de Dios”, las recibirá, pero sólo en la medida en que sean necesarias y útiles para su salvación. LA MEDIDA DE LA AÑADIDURA ES EL REINO.

(Conclusión)

Concluimos con dos elogios de Dios, en la Sagrada Escritura, para el hombre que sufre pruebas, para el hombre que no pone su corazón en las riquezas, para el hombre que es desprendido de ellas a través de la limosna. Se utilizan en la Misa del común de un obispo mártir, y en la Misa del común de los confesores; también en el Breviario

-Para las personas que están sufriendo pruebas: BEATUS VIR QUI SUFFERT TENTATIONEM: BIENAVENTURADO EL HOMBRE, EL VARÓN, QUE SUFRE TENTACIÓN, que soporta la prueba, que se encuentra probado.

Quoniam cum probatus fuerit, accipiet coronam vitae: Puesto que, una vez probado, recibirá la corona de la vida;
quam repromisit Deus diligéntibus se: la cual ha prometido Dios para los que le aman (Misa “Statuit”, Epístola: Santiago 1,12ss).

-Y para no estar apegados al dinero: BEATUS VIR QUI INVENTUS EST SINE MÁCULA: BIENAVENTURADO EL HOMBRE, EL VARÓN, QUE ES HALLADO SIN TACHA, QUE ES HALLADO SIN PECADO. ET QUI POST AURUM NON ABIIT, NEC SPERAVIT IN PECUNIA ET THESAURIS: Y QUE NO HA ANDADO TRAS EL ORO, Y NO HA PUESTO SU ESPERANZA EN EL DINERO NI EN LOS TESOROS. Quis est hic, et laudábimus eum? Fecit enim mirabilia in vita eius: ¿Quién es éste, y le alabaremos? Pues ha hecho maravillas en su vida. Qui probatus est in illo, et perfectus est, erit illi gloria eterna: [Algunos traducen:] Ha sido tentado por el oro (“in illo”: en aquellas cosas: las recién nombradas, “pecunia et thesauris”), y ha permanecido íntegro, ello será su gloria eterna, su honor eterno. Qui potest tránsgredi, et non est transgressus: Pudo transgredir la ley, y no la transgredió. Fácere mala, et non fecit: Hacer el mal, y no lo hizo. Ideo stabilita sunt bona illíus in Dómino: Por eso sus bienes (sus premios) están asegurados, firmes, en el Señor. ET ELEEMÓSYNAS ILLÍUS ENARRABIT OMNIS ECCLESIA SANCTORUM: Y toda la Iglesia de los santos narrará (publicará) SUS LIMOSNAS [otra vez el tema del dinero y no tener angurria del dinero, ser desprendidos de él, dar limosna] (Misa “Os iusti”, Epístola: Eclesiástico 31,8-11).

AVE MARÍA PURÍSIMA

P. Fernado Altamira

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1 Padre Leonardo Castellani (+1981), prédica sobre el Domingo 14 después del Pentecostés, prédica del año 1967: “Domingueras Prédicas”, Tomo I, páginas 239 y siguientes, Ediciones Jauja (año 1997), Mendoza Argentina.
2 Esta doctrina tampoco es la “aurea mediocritas de Horacio”, pues ésta no es la pobreza sino que significa tener una riqueza mediana. Ni en el paganismo ni en el mosaísmo encontrarán esta doctrina nueva, en el Antiguo Testamento no encontrarán ni un solo lugar donde se loe o recomiende la pobreza, lo contrario sí. Solamente Isaías había dicho que “el Mesías evangelizará a los pobres”, que dará una buena nueva a los pobres, pero nadie sospechaba que la buena nueva era que siguieran siendo pobres, y contentos con eso. Esto parece un absurdo, Cristo parece combatir no sólo la codicia de riquezas y la solicitud terrena –que es un grado inferior, pero lleva a lo otro- , sino también el mismo sentido común y la filosofía.
3 Nuestro resumen continuaba así: “Sarmiento *el mismo “prócer” argentino que nombraba el domingo pasado] dijo que Cristo no sabía Economía Política y que la moral de Cristo es inferior a la de Benjamín Franklin, o sea la moral calvinista, porque ésta conduce al desarrollo –que Dios le haya perdonado [era un blasfemo y probablemente un masón también]. Los herejes ebionitas decían que todos los pobres se salvan y que todos los ricos se condenan; los herejes calvinistas al contrario enseñan que los ricos se salvan y que las riquezas son una señal de predestinación al Cielo. Quería hacerles un retrato moral de una nación superdesarrollada, la más rica del mundo, para que no la pongamos como nuestro ideal supremo… No hay tiempo; quédese para el año próximo porque este Evangelio lo voy a tener que explicar cinco más veces, si es que vivo todavía cinco años…”.