No bienvenidos
Cuatro organizaciones de derechos humanos denunciaron este lunes en Berlín la situación de los refugiados cristianos en los centros de acogida de Alemania. [Actuall]
La agresión y el acoso por motivo de su religión son habituales en los albergues, ante la inacción de las autoridades. La ONG Open Doors Deutschland dio a conocer un informe basado en 743 entrevistas con víctimas de agresiones físicas, abusos sexuales y amenazas de muerte contra ellos o sus familiares en los países de origen. Puedes leer el informe completo aquí. [Open Doors Deutschland, en inglés]
En el 90,7% de los casos, las agresiones fueron cometidas por otros refugiados, y en un 28%, también por el personal de seguridad. El 17% de las víctimas presentó una denuncia ante la Policía y el 22% lo hizo ante la administración del albergue. La Policía no hizo nada en el 52% de las denuncias, y la gerencia de los centros se inhibió en el 71%. [W Radio]
“La situación en los centros de acogida en Alemania es inconcebiblemente dramática, pero no es percibida así por la opinión pública”, dijo Markus Rode, presidente de esta organización. [El Diario]
Más de un millón de refugiados han llegado a Alemania desde 2015, huyendo de las guerras y el terrorismo en Siria, Iraq, Afganistán o Libia. El 97% son musulmanes, y entre un 1 y un 2%, cristianos. La canciller Angela Merkel dijo en septiembre que no quiere dar ventaja a los refugiados cristianos sobre los musulmanes. “Nuestro sistema de valores reconoce la libertad religiosa y eso significa que no diferenciamos entre personas de creencias cristianas o musulmanas”, argumentó. [ABC]
A juzgar por los datos de las ONG, el Gobierno de la señora Merkel está llevando este principio de neutralidad religiosa al extremo de dejar que en los albergues rija la ley de la selva contra los más vulnerables.
Si no llegan más cristianos es porque no son bienvenidos allí donde buscan seguridad: ni en los campos de refugiados de la ONU en Jordania, de donde huyen por miedo a los abusos, ni en los albergues gubernamentales de Europa, a donde llegan en busca de seguridad para descubrir que también aquí son perseguidos por su fe.
Los datos conocidos este lunes muestran la injusticia de estos “otros” refugiados de los que casi nadie habla. Quizá las iglesias cristianas de Europa y otras organizaciones de la sociedad civil podrían hacer algo más para denunciarlo, para presionar a los gobiernos y para acoger por sí mismas a quienes las autoridades no son capaces de dar cobijo y seguridad.
Si los cristianos que sufren persecución no son bienvenidos en Europa, ¿dónde si no encontrarán refugio?
Fuente: Actuall