Una Fundación estadounidense que defiende a la minoría vietnamita de los «degar», ha denunciado que el Gobierno comunista del Vietnam está persiguiendo a los cristianos pertenecientes a esta minoría. Las autoridades han ordenado a las fuerzas armadas atacar 32 pueblos, exigiendo a sus habitantes que abandonen su fe y se sometan a la religión autorizada por el partido.
(JavierLozano-LD/InfoCatólica) Los cristianos, que viven en las montañas del centro de Vietnam, llevan décadas siendo acosados y perseguidos por el régimen comunista vietnamita. Pertenecen a los montagnards o degar, una minoría integrada por hasta seis etnias con distintas lenguas, antes de la guerra estaba formada por unos 3,5 millones de personas, mientras que ahora son aproximadamente un millón.
Un gran número de ellos se convirtieron al cristianismo por la predicación de los misioneros católicos franceses y de los evangélicos estadounidenses. Los degar apoyaron a los estadounidenses durante la guerra de Vietnam y fueron respaldados políticamente por los franceses durante los años 50. Una vez que los comunistas se hicieron con todo el poder desplegaron una gran represión contra ellos. Actualmente, 500.000 son protestantes y 200.000 son católicos, pero deben vivir su fe en semiclandestinidad por el acoso del régimen comunista. Muchos de ellos han emigrado a EEUU.
La última ofensiva del régimen comunista se produjo a finales del mes de agosto, cuando se inició una importante operación militar contra los montagnards. Se les dijo a los habitantes de 32 pueblos de la provinciade Gia Lai que debían renunciar a su fe, abandonando su “culto al Dios americano” e ingresar en la iglesia oficial del régimen, la autodenominada Iglesia Evangélica de Vietnam. Además, les instaron a acudir únicamente a las iglesias oficiales y a escuchar a pastores instruídos por el régimen comunista.
El 22 de agosto, cientos de soldados y policías atacaron los pueblos, con gran violencia contra sus habitantes: se usaron contra ellos sprays con productos químicos para dejarles ciegos, les golpearon hasta dejarles inconscientes y se llevaron a otros en camiones a las cárceles, para seguir allí torturándoles. Las fuerzas armadas también fueron a los pueblos católicos degar de la zona, amenazando a sus habitantes por adorar al “viejo gobierno francés y no a Dios” y exigiéndoles adherirse a la religión oficial del régimen.
Vulneración del derecho a la libertad religiosa
La Montagnard Foundation, radicada en EEUU y cuyo propósito es defender la cultura y dar voz a la minoría Degar, ha denunciado que el Gobierno comunista vietnamita está violando constantemente las leyes internacionales y la propia Constitución. De hecho, Vietnam pertenece a Naciones Unidas y ratificó el Pacto Internacional de Derechos Políticos y Civiles en 1982.
La Fundación asegura que el régimen vulnera de manera flagrante, entre otros, el artículo 27 de dicho Pacto, que establece: “En los Estados en que existan minorías étnicas, religiosas o lingüísticas, no se negará a las personas que pertenezcan a dichas minorías el derecho que les corresponde, en común con los demás miembros de su grupo, a tener su propia vida cultural, a profesar y practicar su propia religión y a emplear su propio idioma”.
Fuente: InfoCatólica
(JavierLozano-LD/InfoCatólica) Los cristianos, que viven en las montañas del centro de Vietnam, llevan décadas siendo acosados y perseguidos por el régimen comunista vietnamita. Pertenecen a los montagnards o degar, una minoría integrada por hasta seis etnias con distintas lenguas, antes de la guerra estaba formada por unos 3,5 millones de personas, mientras que ahora son aproximadamente un millón.
Un gran número de ellos se convirtieron al cristianismo por la predicación de los misioneros católicos franceses y de los evangélicos estadounidenses. Los degar apoyaron a los estadounidenses durante la guerra de Vietnam y fueron respaldados políticamente por los franceses durante los años 50. Una vez que los comunistas se hicieron con todo el poder desplegaron una gran represión contra ellos. Actualmente, 500.000 son protestantes y 200.000 son católicos, pero deben vivir su fe en semiclandestinidad por el acoso del régimen comunista. Muchos de ellos han emigrado a EEUU.
La última ofensiva del régimen comunista se produjo a finales del mes de agosto, cuando se inició una importante operación militar contra los montagnards. Se les dijo a los habitantes de 32 pueblos de la provinciade Gia Lai que debían renunciar a su fe, abandonando su “culto al Dios americano” e ingresar en la iglesia oficial del régimen, la autodenominada Iglesia Evangélica de Vietnam. Además, les instaron a acudir únicamente a las iglesias oficiales y a escuchar a pastores instruídos por el régimen comunista.
El 22 de agosto, cientos de soldados y policías atacaron los pueblos, con gran violencia contra sus habitantes: se usaron contra ellos sprays con productos químicos para dejarles ciegos, les golpearon hasta dejarles inconscientes y se llevaron a otros en camiones a las cárceles, para seguir allí torturándoles. Las fuerzas armadas también fueron a los pueblos católicos degar de la zona, amenazando a sus habitantes por adorar al “viejo gobierno francés y no a Dios” y exigiéndoles adherirse a la religión oficial del régimen.
Vulneración del derecho a la libertad religiosa
La Montagnard Foundation, radicada en EEUU y cuyo propósito es defender la cultura y dar voz a la minoría Degar, ha denunciado que el Gobierno comunista vietnamita está violando constantemente las leyes internacionales y la propia Constitución. De hecho, Vietnam pertenece a Naciones Unidas y ratificó el Pacto Internacional de Derechos Políticos y Civiles en 1982.
La Fundación asegura que el régimen vulnera de manera flagrante, entre otros, el artículo 27 de dicho Pacto, que establece: “En los Estados en que existan minorías étnicas, religiosas o lingüísticas, no se negará a las personas que pertenezcan a dichas minorías el derecho que les corresponde, en común con los demás miembros de su grupo, a tener su propia vida cultural, a profesar y practicar su propia religión y a emplear su propio idioma”.
Fuente: InfoCatólica