Un niño de cinco años con su catecismo puede muy bien contestar a su obispo, si su obispo viniera a decirle: “Nuestro Señor no está presente en la Sagrada Eucaristía”. “Yo soy el testigo de la Verdad”, diría el obispo. “Yo soy el testigo de la Verdad. Yo te digo que Nuestro Señor no está presente en la Sagrada Eucaristía”. Este niño con su catecismo, tiene cinco años, lee y dice: "Pero mi catecismo dice lo contrario”. ¿Entonces quién es el que tiene razón? ¿Es el obispo o es el catecismo? ¡El catecismo evidentemente! El catecismo que representa la Fe de siempre.
Mons. Lefebvre
(Sermón en Lila, 29 de agosto de 1976)
La Iglesia Nueva