Todos los que militáis
debajo de esta bandera
ya no durmáis, no durmáis,
pues que no hay paz en la tierra.
Si como capitán fuerte
quiso nuestro Dios morir,
comencémosle a seguir,
pues que le dimos la muerte.
¡Oh qué venturosa suerte
se le siguió de esta guerra!
Ya no durmáis, no durmáis
pues Dios falta de la tierra.
Con grande contentamiento
se ofrece a morir en cruz
por darnos a todos luz
con su grande sufrimiento.
¡Oh glorioso vencimiento!
¡Oh dichosa aquesta guerra!
Ya no durmáis, no durmáis,
pues Dios falta de la tierra.
¡No haya ningún cobarde!
¡Aventuremos la vida!
Pues no hay quien mejor la guarde
que el que la da por perdida.
Pues Jesús es nuestra guía,
y el premio de aquesta guerra.
Ya no durmáis, no durmáis,
porque no hay paz en la tierra.
Ofrezcámonos de veras
a morir por Cristo todas,
y en las celestiales bodas
estaremos placenteras.
Sigamos esta bandera,
pues Cristo va en delantera.
No hay qué temer, no durmáis,
pues que no hay paz en la tierra.
Santa Teresa de Jesús