Queridos hijos: Les escribo esta carta para que podamos ser conscientes sobre “¿Cuál es la situación de la así llamada Resistencia?”.
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Frente al estado de cosas en que nos encontramos (el imperio de la confusión, el daño a los feligreses, todos los sacerdotes peleados entre sí): El responsable de todo ello es Monseñor Williamson. Yo hablo objetivamente; la culpabilidad será juzgada por Dios.
Somos el hazmerreír de todo el mundo.
Hasta Monseñor Fellay y su grupo “se mueren de risa de nosotros”. Nada mejor le podría haber ocurrido a él, pues al ser nosotros tan ridículos y farsantes (por los problemas que tenemos), ningún sacerdote de la Fraternidad San Pío X (de los que están pensando en romper con Mons. Fellay) querrá venir con nosotros.
Frente a lo causado por Monseñor Williamson, tenemos que: En el caso de Monseñor Faure, del futuro Monseñor Dom Tomás, del Padre Trincado con su sitio Non possumus, y de otros padres, por defender “el interés de grupo” (el interés “de partido”… político), por obsecuencia, o por lo que sea, se defiende y se justifica a toda costa a Mons. Williamson, las cosas que él ha dicho y las cosas que él ha hecho. Si Mons. Fellay hubiera dicho o hecho las mismas cosas, los nombrados estarían “comiéndolo vivo”. ¡Pero el que lo dijo fue Mons. Williamson!, “ah, entonces no diremos nada, y lo defenderemos públicamente”.
No somos honestos ni con nosotros mismos, ni con nuestros fieles.
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En julio del año pasado, julio 2015, yo recibí desde Europa información sobre Mons. Williamson.
En julio del año pasado, julio 2015, yo recibí desde Europa información sobre Mons. Williamson.
Allí se habla, entre otras cosas, sobre el tema de los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X a los cuales Mons. Williamson habría dicho que no se salieran de ella. “No, padre. Es imposible que Mons. Williamson esté diciendo eso”. ¿Es eso imposible? Respondamos: Yo no puedo expresarme sobre esos casos, pues no conozco a esos sacerdotes. Pero yo sí conozco un caso fuera de ellos: “El caso del Padre Altamira, Padre Trincado y Monseñor Faure”.
En octubre del año 2012, Mons. Williamson fue expulsado de la Fraternidad San Pío X. Para entonces, Mons. Williamson me escribió “en una semana me expulsan de la Fraternidad San Pío X”. Yo le respondí con copia al Padre Trincado y con copia al Padre Faure: Monseñor, cuando a usted lo expulsen, yo me declararé públicamente bajo sus órdenes y haremos algo aquí. El Padre Trincado respondió desde Argentina: Yo también. Monseñor Faure respondió: Yo también. ¿Y quién nos frenó para que no lo hiciéramos? La respuesta es: El que nos frenó fue Mons. Williamson. Así y todo, un año después, yo di el paso. Aún tenía esperanzas en Monseñor Williamson. ¡Tonto de mí!
En septiembre del año pasado (año 2015), yo escribí una carta conjunta a Monseñor Faure, al Padre Pierre Marie (el Superior de los dominicos de Francia) y al Padre Bruno (encargado de los sacerdotes de Francia), diciéndoles que si estas cosas del informe sobre Mons. Williamson eran verdad, ¡algo teníamos que hacer! Esta carta va aquí adjuntada(*).
En esta carta yo decía a ellos tres:
“Si es verdad que existen estos problemas o que ocurrieron estas cosas, algo debemos hacer (!): Los neonazis; el P. Bruewieler (Hannover, Alemania); el P. Jacqmin; el P. Weber y el P. González; los padres Weinzierl, Zaby y Trauner; la situación del P. XX; el P. Ramón Anglés (¿?); lo ocurrido con la misa moderna en Canadá (además de USA); la situación de los fieles de Inglaterra (Londres); etc.”.
En otra carta más reciente, yo escribí a los padres de la así llamada Resistencia, y les decía: “Si solamente la mitad de todos estos hechos [del informe] es cierta y verdadera, el problema [con Mons. Williamson] es más grave de lo que pensamos”.
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Toda esta información es conocida por Monseñor Faure y él la tiene. La tiene el futuro Monseñor Dom Tomás (Brasil). La tiene el Padre Trincado (con su sitio Non possumus), y casi todos los padres de la así llamada Resistencia. Por eso es inadmisible que sigan defendiendo públicamente a Mons. Williamson. En algunos momentos, nos explicaremos un poco más.
Todo esto muestra lo mal que estamos en la Resistencia. No somos serios. Somos el hazmerreír de todos.
Aquí hay que responder una objeción y rechazar una posible tentación: Es cierto que en la Resistencia estamos muy mal, pero también es cierto que la solución no es Mons. Fellay y su camino hacia el Modernismo, y su camino hacia la Iglesia Conciliar.
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Ante todos estos hechos, estaría mal –y creo que sería un pecado- quedarse callado. Pero uno podría decir ad hóminem: “Ya que usted [Monseñor Faure, Monseñor Tomás, Padre Trincado] no quiere decir los errores de Mons. Williamson, por lo menos quédese callado y no lo defienda públicamente; esto sería menos indigno”.
Me explico más.
Sobre Mons. Williamson tenemos:
Sus muchísimas manifestaciones tramposa y ocultamente a favor de la falsa Iglesia Conciliar y de la Religión del Concilio Vaticano II. Sus manifestaciones sobre seguir yendo a la falsa Roma. Sus manifestaciones sobre hacer un acuerdo (un status jurídico, una regularización canónica, “es algo muy deseable”). Sus manifestaciones tramposamente a favor de la validez del rito del episcopado modernista, a favor de los obispos modernistas (cuando en realidad hay serias dudas sobre la validez). Sus manifestaciones escandalosas diciendo que él necesita que Francisco lo nombre como autoridad de la Resistencia (Comentario Eleison 420). Sus manifestaciones diciendo que él necesita permiso de Francisco para fundar una Congregación Religiosa. Sus manifestaciones en pro de la misa moderna (ir a ella; los milagros de la misa moderna; los frutos de la misa moderna: el santuario de Polonia… para la falsa Religión del Concilio Vaticano II… y para hacer ecumenismo dentro de dicho santuario –según lo que se ha publicado-). Su Aparicionismo, las visionarias de Mons. Williamson, sus mensajes: María Valtorta (que tiene condenas del Santo Oficio), la señora de Estados Unidos, las apariciones de Akita, etc. Sus elogios hacia Putin (¡falta de sentido común total!: Putin, junto con Obama, son los dos mejores gerentes o empleados del Demonio, aquí en la tierra, para hacer el Gobierno Mundial). En fin: La lista sería interminable.
Ya lo anterior, descalifica totalmente a Mons. Williamson, y no admite su defensa pública, sino al revés.
Todo esto es demasiado grave, y estas actitudes son demasiado escandalosas e incoherentes como para seguir callado y no decir nada.
“Pero ¡debemos defender el interés de grupo!, el interés de partido debe prevalecer. Y sepan que los padres que se nos oponen [que ya somos casi la mitad], se quedarán solos, serán puestos de lado, serán aislados, marginalizados; no tendrán obispo; sus seminaristas no serán ordenados”.
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¿Cuál es, en esta lucha, la tragedia que vivimos?
¿Cuál es, en esta lucha, la tragedia que vivimos?
Todo este esfuerzo que hacemos es tan difícil de realizar. Es un esfuerzo en el que todo, a nosotros: sacerdotes y fieles, nos cuesta muchísimo (y no nos referimos a lo económico, sino al esfuerzo que implica esta lucha).
Entonces, hacer todo esto ¡para nada!, para caer en lo mismo que Mons. Fellay, para que Mons. Williamson nos lleve a lo mismo. Atención: En realidad estamos peor que Mons. Fellay.
Con todo esto de la defensa de la misa moderna y de los “milagros” de Mons. Williamson, hagamos un argumento ad absurdum, un argumento ad ridículum:
Supongamos que en la conferencia de USA (¿también de Canadá?), supongamos además que en tres o cuatro Comentarios Eleison, Monseñor Williamson hubiera dicho que “no puede haber milagros en la misa moderna”. El Padre Trincado con su sitio Non possumus, Mons. Faure con sus textos y sermones, el futuro Mons. Dom Tomás, ¿estarían escribiendo artículos para justificar los milagros de la misa moderna?, ¿estarían escribiendo para defender la validez de la misa moderna?, ¿estarían escribiendo para justificar que Mons. Williamson haya dicho de ir a la misa moderna?, ¿estarían en toda esta pelea contra otros padres que se oponen?
No; no podemos callar; algo debemos hacer. Quiera ayudarnos el Buen Dios a salir de este atolladero, en donde nos han puesto los que tendrían que haber sido luz, y sólo han sido y sembrado tinieblas.
Les doy mi bendición sacerdotal. En María Santísima.
Padre F. Altamira (13 marzo 2016)
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(*) CARTA A MONS. FAURE, P. PIERRE-MARIE, P. BRUNO
Mons. Faure,
P. Pierre-Marie,
P. Bruno (coordinador de Francia).
Estimado Monseñor, estimados padres:
Les escribo por una información que tiene que ver con Mons. Williamson, información que recibí hace algo más de un mes, antes de enviarles mi otra carta.
Aclaro desde el principio que escribo realmente sin mal espíritu, sino con espíritu “constructivo”. Lo hago porque creo que tenemos un problema entre manos, y si no le damos una solución, esta cosa minúscula que somos (lo que algunos llaman La Resistencia) terminará por desaparecer y morir.
Si es verdad que existen estos problemas o que ocurrieron estas cosas, algo debemos hacer (!): Los neonazis; el P. Bruewieler (Hannover, Alemania); el P. Jacqmin; el P. Weber y el P. González; los padres Weinzierl, Zaby y Trauner; la situación del P. XX; el P. Ramón Anglés (¿?); lo ocurrido con la misa moderna en Canadá (además de USA); la situación de los fieles de Inglaterra (Londres); etc.
Alguna vez oí de un sacerdote algo así: En la FSSPX muchos superiores no hacían nada y dejaban que las cosas siguieran avanzando, y entonces terminaran peor por no haber… Pienso que no debemos arriesgarnos a caer en lo mismo, y esto incluso para ayudar a Monseñor.
Yo decía en la otra carta: Los problemas ya son tantos que la única actitud “constructiva” no está en negarlos ni excusarlos, sino en solucionarlos. Tal vez son las últimas oportunidades que la Providencia nos da para ello. Corremos el riesgo de no ser honestos ni con nosotros mismos ni con nuestros fieles.
Nuestros compañeros de la FSSPX (sacerdotes, hermanos) no vienen con nosotros, “no dan el paso”, porque ellos ven los problemas que tenemos y entonces no se les presenta ni razonable ni sensato venir hacia nosotros. No sé si se puede decir que tal vez esto también ocurra con los Benedictinos de Bellaigue o con los capuchinos de Morgon; ustedes –allí en Francia- saben más sobre ellos.
Tengo la impresión, con todas estas cosas, que Mons. Fellay “se muere de risa” de nosotros.
Queridos cofrades, por favor, solucionemos estos problemas.
Les envío cordialmente mis saludos. En María Santísima.
Padre F. Altamira (domingo 6 set 2015, Solemnidad de San Pío X)