Nota publicada por: "Sí Sí No No"
versión original italiana, nº 15 del 15 de setiembre 2.013 pág. 8, firmada por
"Romanus"
Traducido por Cristina pallero.
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En el viaje entre Río de Janeiro y Roma, el papa
Francisco ha concedido una charla por casi dos horas, a los periodistas que lo
han interpelado "de omnibus rebus et
de quibusdam aliis".
Respecto a la vocación de la mujer en la
Iglesia, el Papa ha dicho-con sorpresa-
que la Iglesia tiene necesidad de una "teología
de la mujer". Él no daba a
entender de referirse a una teología que
fuese elavorada por mujeres, porque las teólogas abundan ya en todo el mundo
(De Nueva York a Pechín, de Roma a Manila) con absoluta evidencia de muestras
de ningún valor propiamente teológico (o, más simplemente, científico), y
ninguna en la Iglesia siente la necesidad de otras proclamaciones
publicitarias, de otras mujeres como "doctoras de la Iglesia".
Entendía en cambio, referirse a una teología que tenía como objeto la mujer.
La sopresa causada por el papa Francisco
venía sobre todo del hecho que el Papa tiene expresamente admitido que una gran
luz viene propiamente de la Maternidad divina de María: ciertamente él sabe que la
teología mariológica está desarrolladísima y que por eso la Iglesia no tiene
necesidad de una "teología de la mujer": basta aplicar a la mujer
cristiana la luz que proviene de la misión mediadora y correndentora de la
Santa Madre de Dios en el Cuerpo Místico, misión destacada de las luces de
Fátima (de la cual Bergoglio se dice devoto).
Pero el choque ha crecido cuando el Papa ha pasado, en el contexto indicado, a exaltar
"el heroísmo de las mujeres
paraguayas" las cuales en 1.869 se hicieron protagonistas de una
extrema decisión patriótica. Ya que la patria se había quedado (a causa de los
eventos bélicos) privada de hombres adultos; reducidos a 29.000 (sobre una
población activa de 220.000 habitantes); las mujeres decidieron de producir el
número más grande de hijos (evidentemente también fuera del cuadro
matrimonial).
Es evidente que la calificación de
"heroísmo" patriótico no basta avalar como cristiano el
comportamiento de aquellas mujeres, incluso bautizadas.
Ninguna teología cristiana puede justificar
el "adelantamiento" del matrinonio monogámico y la
instrumentalización de la relación sexual a los fines patrióticos.
El haber invocado una "teología de la
mujer" para avalar decisiones femeninas "autocríticas" como
aquellas paraguayas significa que se quiere una antropología feminista basada
no ya sobre la revelación propuesta del Génesis y del Apocalipsis; sino
sobre la subjetividad (o sea sobre el
objetivismo) de la mujer, según la lógica del trascendentalismo alemán aceptado largamente también entre los
eclesiásticos argentinos.